Les contamos hace unos días de la idea que tuvieron Mauricio Contreras, ingeniero civil eléctrico y Jorge Morales, diseñador industrial, ambos de la Universidad de Chile: Una chaqueta equipada para actuar como estación de monitoreo en la minería, que al tener sensores portátiles, pueda recopilar datos sobre el medioambiente y señales biomédicas del trabajador, transmitiéndolos en tiempo real mediante dispositivos.
El proyecto, bautizado como "Estación de Montireo Móvil", contó con el apoyo del Centro de Modelamiento Matmático de la U. de Chile y Codelco y se inspiró en la necesidad de captar información en línea sobre las condiciones ambientales de los trabajadores de la industria, como por ejemplo, el polvo, ruido, iluminación, y oxigenación, entre otros.
Con esa idea, se hicieron acreedores del premio Desafío Intel en Latinoamérica para luego llegar a la final mundial en California, donde se llevaron para la casa ni más ni menos que el premio mayor: 50 mil dólares y el apoyo para el despegue internacional de su emprendimiento, incluido el acceso a los principales capitalistas e inversionistas de riesgo de Silicon Valley.
Los chilenos ganaron entre 18.000 competidores de 60 países y para ellos un factor de suma importancia en el invento fue la usabilidad. Pese a la complejidad del sistema, consideraron que debía ser portado en forma casi imperceptible con un mínimo impacto en la comodidad del usuario y así se sumaron a la prometedora industria del wearable techonology, donde lo tecnológico se vuelve parte de ti.
Otros equipos destacados entre los 20 finalistas que llegaron a la fase final en la Universidad de Berkeley fueron “Gameleon” de Bulgaria, que es una plataforma basada en la nube para crear juegos en línea y “Karmashop” de México, que creó una plataforma de crowdfunding que permite a los usuarios personalizar la forma en que reciben donaciones. También un equipo italiano que inventó biomateriales implantables para la reconstrucción de hueso y tejido.