Acorde a nuestra línea editorial, quisimos tomar este caso de éxito y descubrir qué es lo que hacen bien, para que así se pueda replicar en otras empresas.
Desde hace ocho años que BancoEstado Microempresas (BEME), no sale de los cinco primeros puestos del ranking de Great Place To Work, figurando el 2013 en el sitio número uno. Con 17 años de vida en el mercado, algo han hecho diferente. El 2005, antes del boom de estudios, seminarios y libros que existen hoy respecto a cómo ser feliz, los gerentes de la empresa se sentaron en torno a la pregunta ¿Para qué trabajamos en esto? Les estaba yendo bien, pero querían que los empleados estuvieran más que bien, querían que estuvieran felices, por lo que crearon el área de gestión de felicidad.
Trabajando bajo ese concepto durante años, el 2011 se dieron cuenta que todas las gerencias de personas tenían que tener en su ADN querer que los empleados estuvieran contentos de trabajar donde estaban y por lo mismo, cambiaron el paradigma bajo el que trabajaba el área de recursos humanos. Ya no sería sólo pagar acorde a su trabajo, otorgarles beneficios, capacitarlos, etc. Ahora se trataría de atenderlos de manera integral para velar por su satisfacción personal.
Decir públicamente en una empresa que ahora las personas están en el centro de la estrategia y que se van a preocupar de que todos estén felices de trabajar ahí, es cosa seria. Mal que mal, son los trabajadores los que juzgan si eso es así o no. Por lo mismo y tal como cuenta Rodrigo Rojas, gerente de Felicidad de BEME, la declaración no se quedó sólo palabras bonitas, sino que establecieron cuatro pilares bajo los que se regiría este nuevo giro en el área.
La jefatura tiene un rol ético no sólo de cumplir con resultados, sino de velar por el cuidado de las personas que tiene a su cargo. "Un jefe te puede hacer la vida fácil y amable o de lo peor. Nosotros nos preguntamos: Si no estás contento donde más tiempo pasas ¿Cuándo vas a ser feliz? Por eso trabajamos para que cada jefe tenga una relación a puerta abierta con el resto de sus compañeros y vele por que estos estén contentos", dice Rojas. La relación horizontal es fundamental para que funcione este pilar. "Yo te puedo dar un manual de las buenas prácticas de cómo hacemos las cosas y lo puedes replicar, pero lo relevante es el espacio de confianza y de cercanía que intentamos establecer entre los pares y entre los equipos y la jefatura, eso es lo que nos distingue del resto". Tener la puerta abierta, reunirse constantemente a conversar sobre temas que no respectan a lo laboral, realizar evaluaciones de jefes a empleados y de empleados a jefes durante el año, tener feedback, son algunas de las practicas que permiten tener una relación horizontal.
Existe un Consejo Consultivo compuesto por 46 personas que no pertenecen a áreas de jefatura y que fueron escogidas por sus compañeros de trabajo para que los representaran en una reunión cada dos meses en el que se trata el tema de las personas. Ellos asesoran a los gerentes en políticas que podrían implementarse para mejorar ciertas cosas y presentar las inquietudes de los trabajadores. Esta dirección organizacional es distinta a lo que se ve en el mercado, ya que "las decisiones no las toma alguien supuestamente sabio entre cuatro paredes y después las informa. Cuando se decide cambiar algo es porque se llegó a un acuerdo entre los involucrados", cuenta Rojas. Se definen reglas, quedan escritas y el resto pasa a conversaciones directas entre los pares y sus jefes respectivos. Si tu decisión no afecta negativamente a tus clientes y compañeros, que se haga, es la mentalidad. De todas formas, Rojas aclara que no han sido sólo buenas experiencias, que es parte del riesgo que se toma y que en ocasiones se han equivocado, pero que los elementos de confianza y diálogo son tan potentes que se llega a buen puerto.
Esto se entiende como el equilibrio entre lo personal y lo laboral. El objetivo es generar las condiciones para que un empleado no tenga que optar por su desarrollo laboral por sobre el personal. Por ejemplo, cuando se le ofrece un cargo de mayor responsabilidad, que no se vea en la encrucijada entre más horas de trabajo por menos horas con la familia. Para esto hay una serie de medidas como la flexibilidad de horario, entrenamientos para que lo que hace en dos horas lo pueda hacer en una e irse más temprano, teletrabajo, etc. "Nosotros andamos en una búsqueda permanente. Siempre estamos conversando con nuestra gente para que no tenga que optar entre la pega y su familia, ir a dejar a su hijo al jardín o tener que estar trabajando. No queremos que eso nos pase acá y cuando pasa, nos sentamos a preguntar qué dejamos de hacer y cómo podemos mejorar", dice Rojas.
El objetivo es que los empleados entiendan su trabajo como un aporte de valor a la gente. Como su granito de arena al país. No se los capacita para entregar créditos, se los capacita para que microempresarios cumplan los sueños y desafíos que tienen. "Para un banco es fácil prestar plata. Nosotros lo que hacemos es meternos en la vida del cliente, entender su negocio, entender que con el crédito su calidad de vida puede mejorar", señala Rojas. Su cliente es el pescador de la caleta, la señora que tiene un carrito de sopaipillas afuera de la fábrica, el taxista, el lustrador de zapatos, etc. Es por esto que el trabajo de los empleados de BEME tiene un verdadero impacto en las vidas y ellos tratan de que se enteren de cuál es: Tener la casa propia, que el hijo termine los estudios, entrar a Fonasa, etc. Es darle un significado a ir todos los días a su oficina y de esa manera empoderarlos y sentir que lo que haces, importa.
Estos cuatro pilares han influido en sus poco más de mil trabajadores. Si el sector financiero, al que pertenece BEME, tiene un promedio de rotación de 17%, esta empresa tiene un 2,5%. Y no es que tengan un pago de rentas por sobre el promedio de las micro finanzas, Rojas lo denomina técnicamente como "compensación emocional". "Acá un concepto que tiene que ver con la confianza, el cuidado y el cariño por las personas. Sienten que acá se preocupan y ocupan de sus necesidades, que en otros lugares posiblemente no se encuentra".
Para aterrizar más el efecto concreto de este modelo de gestión, mencionaremos algunos de los beneficios que tienen los trabajadores:
Antes de que saliera la ley de post natal, las mujeres ya tenían seis meses a su disposición y los padres también podían hacer uso de él. Además, flexibilidad horaria, teletrabajo, banco de horas disponibles para hacer trámites, permiso con goce de sueldo para cuidar a algún familiar que esté muy enfermo, reintegración paulatina después de una licencia médica prolongada, son parte de los beneficios.
- ¿Cuál es el beneficio que más valoran los trabajadores?
Al ser el 60% mujeres, agradecen mucho la posibilidad de tener libertad horaria. Pero lo que más valoran son cosas más allá del beneficio puntual: es el respeto, el cuidado, el cariño y la honestidad con que nos relacionamos. La horizontalidad. En mayo fuimos a México a recibir el premio por ser Great Place To Work en segundo lugar de Latinoamérica. Fueron gerentes y seis personas en cargos de no jefatura. Siempre cuando, en la medida de lo posible, el banco vaya a recibir algo afuera, van de todas partes porque el reconocimiento es para todos. Y ahí todos viajan en las mismas condiciones, duermen en los mismos lugares, que son cosas simples, pero con ese tipo de acciones se entiende súper claro que la ley es pareja porque todos somos iguales.
Junto a esto, se utilizan distintos tipo de herramientas para medir el ambiente laboral a lo largo del año. En lo cuantitativo hay encuestas, monitoreos trimestrales del clima laboral, otro anual, evaluaciones donde los compañeros califican a sus jefes. En lo cuantitativo hay salidas a terreno, focus group, reuniones de equipos chicos, cafés personalizados, todo en torno a "tener las puertas abiertas, porque las relaciones están en la conversación".