Restricción vehicular: La descontaminación de la conciencia

Reforestar Santiago tendría más impacto que aplicar la restricción vehicular. ¿Pero qué hacemos más seguido, plantar un árbol o revisar la patente para ver si nos tocó salir a pata?

Por Antonia Laborde @antonialaborde | 2013-03-14 | 13:33

La sabiduría popular dice que toda persona antes de morir debe escribir un libro, tener un hijo y plantar un árbol. Si el último de los tres puntos se llevara a cabo, el tema del smog no nos tendría tan nerviosos. Y es que siempre la atención ha estado puesta en los autos y sus sellos, pero según los entendidos la solución no va tanto por ahí.

Es que si bien Chile está dentro de los países con mayor cantidad de autos por persona en Latinoamérica, ubicándose sólo detrás de Uruguay y Paraguay, con un auto cada 4,6 habitantes (INE, 2011) y si bien en Santiago circulan más de 1,5 millones de automóviles (puestos todos juntos, cubrirían un área equivalente a la comuna de Providencia), el impacto de la restricción vehicular de dos dígitos es casi nulo.

La restricción vehicular afecta a un quinto de los automóviles no catalíticos que quedan en la capital, es decir, a unos 15.000 vehículos, un mísero 1% del total (INE, 2011). Para qué decir que el impacto en el aire y los flujos de la ciudad es casi imperceptible.

Solución verde

Pero no todo es gris. Desde el 2000, la corporación CULTIVA ha estado plantando árboles por nosotros en la Región Metropolitana. Con el objetivo de reforestar Santiago, han realizando una serie de campañas para que la precordillera vuelva a teñirse de verde.

- "Nosotros reforestamos principalmente por dos motivos: En los cerros, para detener la erosión de los suelos, porque cuando llueve toda esa tierra llega a la ciudad y es levantada por los vehículos y para captar el particulado que se encuentra dando vuelta por la ciudad (80% se queda pegado en las copas de los árboles)" - señala Nicolás Dormal, director ejecutivo de CULTIVA.

El CO2 que extrae una hectárea de árboles adultos equivale a sacar de circulación a 10,3 autos de la calle, considerando que un vehículo recorre en promedio 10 mil kilómetros al año. CULTIVA está actualmente reforestando tres cerros de Renca, lo que significa que una vez que logren su objetivo, 1.200 hectáreas quedarán cubiertas, limpiando el equivalente a lo que contaminan 12.360 autos diariamente. Y de manera permanente.

Saque usted la cuenta. La restricción vehicular saca no más de 1.500 autos de la calle intermitentemente durante los cuatro meses establecidos, mientras que con reforestar sólo los cerros de Renca, se estarían "sacando" de circulación doce mil de manera permanente.

Al parecer dejar el auto en la casa las tres veces que nos toca el año restricción sólo descontamina nuestra conciencia. Lo verdaderamente razonable sería fomentar la planta árboles y ampliación de áreas verdes. De hecho, la Región Metropolitana cuenta con 3,46 metros cuadrados de áreas verdes por persona, cuando lo recomendado por la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) es 9 metros cuadrados por persona.

El académico de la Facultad de Ingeniería de la Universidad del Desarrollo y especialista en el tema de la sustentabilidad, Alex Godoy, destaca los múltiples roles que cumple la reforestación para combatir la suciedad del aire, frente a la restricción vehicular, que a su parecer ha ido perdiendo impacto ya que no ha sido modificada en términos de internalizar el cambio tecnológico de automóviles, una gama de combustibles menos contaminantes y el cambio en el parque automotriz.

La reforestación "es una estrategia a largo plazo porque cada árbol plantado es una máquina de captura de CO2 que funciona en el tiempo. Es una forma de recuperar los suelos gracias a la formación de humus (tierra de hoja) necesaria para nuestros cerros y que se ha ido perdiendo dada la venta de esta para uso doméstico y también cumple un rol estético", señala Godoy.

Otras medidas

Entre otras soluciones que enumera para verdaderamente disminuir la contaminación ambiental, figuran mejorar el transporte público para fomentar su uso, flexibilizar horarios laborales para descongestionar las horas punta y situar lugares de aparcamiento cercanos a lugares de estaciones finales del metro para evitar grandes trayectorias de vehículos.

Ahora podríamos hacer más caso a la sabiduría popular y empezar a plantar árboles. Y si además piensa escribir un libro, procure que sea un e-book...