¿Cómo la hizo este gringo con US$100 en Santiago?

Este periodista del The New York Times eligió nuestra capital para seguir con su serie "A $100 Weekend in", en donde sólo utiliza ese presupuesto para turistear. Aquí los lugares en donde decidió gastar su plata.

Por María Paz Salas @mpazsalasm | 2013-12-11 | 14:47
Tags | US$100 weekend, new york times, santiago, Seth Kugel, viajes, turismo, imagen país
"La Vega es uno de esos estridentes mercados que pueden mantener a un viajero de bajo presupuesto entretenido por una mañana completa, alimentado por todo un día y deprimido por los supermercados estadounidenses de por vida"

Seth Kugel es un periodista norteamericano que escribe sobre viajes en el diario The New York Times.  En su columna "A $100 weekend in", escribe sobre cómo pasar un fin de semana en alguna ciudad con un presupuesto sólo de 100 dólares (alrededor de 50 mil pesos). Esta edición se la dedicó a nuestra capital. Veamos cuáles fueron sus opciones.

Cuando el presupuesto es escaso, la mejor opción para los viajeros puede ser CouchSurfing, esta plataforma web en donde viajeros de todo el mundo ofrecen y también piden, sillones donde quedarse por unos días. Este método fue el que eligió este periodista.

Quien lo recibió fue Marcos, un "fanático de Iron Maiden con cola de caballo", según lo describe Kugel, que lo recibió en el Metro Parque O´Higgins. Su amplio sillón de cuero y su gato blanco llamado Ixi, resultaron ser "un sueño". Eso hasta que Marcos decidió lanzar una fiesta con sus otros amigos amantes del metal hasta las 6 de la mañana. "Haz un amigo, pierde un poco de sueño", asegura Kugel en su nota, sobre el sistema de Couchsurfing.

Los panoramas

Este periodista afirma que Santiago es la ciudad más "amable" de las ocho que ha visitado en su serie de $100 weekend series.

El sábado lo dedicó a visitar los edificios gubernamentales del centro. No describe mucho esta actividad pero sí la cataloga como "triste". Sin embargo, su ánimo empieza a mejorar cuando llega a la Plaza de Armas. "Un lugar repleto de gente y entretenimientos gratuitos, un músico mayor haciendo un truco bastante bueno en donde hacía desaparecer un huevo, maquilladores transformando niñas pequeñas en gatos y un comediante que me preguntó de dónde era y luego hizo un chiste del que todos se rieron pero que yo no entendí", describe el lugar.

De esta experiencia también destaca el Mote con Huesillo a $ 500 y que según lo que le habían contado era un "must" entre la comida de la calle. Un hombre al frente suyo ordenó uno que él calificó como "masivo" y recordó su consejo: "Es lo mejor que hay, 100% natural. Es bueno para el hambre, bueno para la sed, bueno para ti".

Luego este gringo decidió invitar a su anfitrión, Marcos, a comer, como muestra de agradecimiento por haberlo dejado quedarse en su departamento metalero. Se dirigieron hasta La Fuente Alemana una "legendaria parada de sandwich en una ciudad obsesionada con los sandwich", dice.

Luego dejó a Marcos para reunirse con un escritor de viajes chileno en un bar llamado Bocanáriz en el barrio Lastarria. "El me había prometido una ronda de vino por menos de US$10 y lo cumplió", asegura, destacando que incluso pudo probar algunas cepas exclusivas del país.

El sábado fue el día de ir a nuestro tradicional mercado de La Vega. Así lo describe: "La Vega Central es uno de esos estridentes mercados alimenticios que pueden mantener a un viajero de bajo presupuesto entretenido por una mañana completa, alimentado por todo un día y deprimido por los supermercados estadounidenses de por vida", asegura en el artículo.

En un puesto llamado Eben-Ezer comió una "sopa de pata de cerdo" ($1.200) y un suspiro limeño de los Pasteles Normita ($1.000), uno de los muchos negocios peruanos de este lugar.

Luego continuó hasta La Chascona, la casa de Pablo Neruda en donde pagó $4.000 pesos por la entrada y después se dirigió hacia el Cerro San Cristóbal donde "la mitad de Santiago parecía estar andando en bicicleta, visitando el zoológico, paseando por los jardines o filmando un video de música", escribe.

Kugel asegura que Santiago "está fuera de sí de orgullo por el nuevo Mall Costanera Center, un espantoso santuario del materialismo globalizado de seis pisos. De lo que debieran estar haciendo alarde es mi próxima parada: el Persa Bío Bío", cuenta. Según él, los vendedores aquí vendían todo tipo de cosas que un turista nunca querría (lámparas, muebles, antigüedades) y alguna otra cosa que sí, como la copia de "Veinte poemas de amor y una canción desesperada" de Pablo Neruda ($1.500) que justo estaba fuera de stock en La Chascona.

Las calles aledañas, cuenta, le parecieron igual de entretenidas al pasar junto a banda que tocaba covers de Led Zeppelin y a  un grupo de bailarinas de la danza del vientre. En un "caótico" puesto de comida llamado La Picá de Jaime, comió un sandwich de lomito ($2.000) y un schop ($1.500) en un bar desharapado llamado Las Pipas, donde otro comensal le dijo "beber aquí está bien, pero comer no es recomendable". Más tarde, un pisco sour en un bar llamado Maboleta ($2.000), con el que había pretendido comparar el producto nacional con el del país del norte, hasta que se dio cuenta que había ordenado la versión peruana.

El plan del domingo consistió simplemente en sopaipillas y museos. "Todo el fin de semana tuve que resistir la tentación de los discos de mezcla de masa fritas, que vendían por 100 pesos en todas partes", comenta. Pero asegura que eso fue un gran error, ya que el domingo, no pudo encontrar una en ninguna parte.

Así que irritado comió un tamal y un jugo por $3.000 pesos. Luego se dirigió a todos los museos gratuitos: desde el Museo Nacional de Bellas Artes, hasta el Museo de la Memoria, donde se quedó horas y olvidó por completo las sopaipillas.

Total de gasto: $48.940 pesos. (US$100.59)

Bonus

Para los que sepan inglés, es interesante leer los comentarios que hay en la nota original de muchos norteamericanos que han visitado nuestra capital. 

¿Estás de acuerdo con las impresiones de este periodista? ¿Qué lugar bueno, bonito y barato le hubieras recomendado?