Imagen: Gojko Franulic

Los colegios y el Simce: cuando el ranking se transforma en obsesión

Los resultados del Simce 2013 continúan demostrando las insistentes carencias del sistema educativo, sin aportar realmente a su solución. ¿Cumple el Simce con su función? ¿Qué cambios debe tener para lograrlo?

Por Macarena Fernández | 2014-06-13 | 12:32
Tags | Simce, educación, colegios, medición, calidad de educación, rankings
Todos nos vimos sometidos en más de una ocasión a la prueba Simce y vimos cómo los colegios nos preparaban con anticipación para rendir esta prueba "tan importante", que ponía nerviosos a los profesores. Luego, tras los resultados, veíamos a nuestros padres buscando nuestros colegios en el diario, para verificar si éste figuraba o no dentro de los mejorcitos, si había subido en ranking respecto a años anteriores, comparándolo con la "competencia", etc. 

Este martes la Agencia de Calidad de la Educación entregó los resultados del Simce 2013, prueba aplicada en 2°, 4°, 6°, 8° básico y II° medio, oportunidad en la que por primera vez se dan a conocer los resultados de factores no académicos que influyen en la educación como: autoestima académica, motivación escolar, clima de convivencia, participación y formación ciudadana.

Independiente de los resultados (los que pueden revisar detalladamente en el sitio web del Simce), nos gustaría analizar qué mide hoy el Simce, qué argumentos hay en contra de este sistema de medición, y qué cambios se proponen para que éste mejore.

¿Qué es y qué mide actualmente el Simce?


El Sistema de Medición de la Calidad de la Enseñanza (SIMCE) se aplica anualmente en Chile desde el año 1987 y se ha transformado en el instrumento más usado al momento de hacer comparaciones entre establecimientos educacionales y tomar decisiones educacionales tanto a nivel nacional y municipal, como a nivel del establecimiento.

Según se explica en su página web, y simplificando un poco los términos, el sistema de medición busca evaluar y orientar al sistema educativo, a través de los logros de aprendizaje de los estudiantes y la gestión de los establecimientos educacionales, con el fin de lograr el mejoramiento de la calidad y equidad en la educación. 

Las asignaturas que actualmente evalúa Simce son: Lenguaje y Comunicación (Comprensión de Lectura y Escritura); Matemática; Ciencias Naturales; Historia, Geografía y Ciencias Sociales; Inglés y Educación Física. El test se aplica a más de un millón de estudiantes de 2°, 4°, 6°, 8° básico y II° medio.

¿Por qué es importante evaluar?


Los resultados del Simce sirven, en teoría, para obtener un catastro de la calidad de educación a nivel país, y para que cada establecimiento pueda verificar si está funcionando su método de enseñanza, ver los avances respecto a años anteriores, y analizar las deficiencias para poder trabajar y avanzar en las materias más débiles.

La subsecretaria de Educación, Valentina Quiroga expresó que, si bien es necesario revisar el Simce actual y aplicar modificaciones, "es muy importante que un país que se enfrenta a una reforma educacional y se autoimpone el desafío de dar un salto en calidad, cuente con un sistema de evaluación (... ) esa información es valiosa para poder diseñar políticas públicas".

Es un instrumento que entrega información importante para orientar políticas públicas de mejoramiento escolar, a través de un método censal, el que además, al hacerse público, permite a los padres comparar y privilegiar los establecimientos con mejor rendimiento para la educación de sus hijos.

¿Qué factores negativos trae consigo este sistema?


Según el debate público, los efectos negativos de este sistema de medición tienen que ver con las enormes expectativas que los establecimientos educacionales tienen respecto a los resultados. 

Esto provoca que se genere un estrés y tensión latente tanto para profesores, directores, como para los alumnos, y así un listado de distorsiones y malas prácticas en el proceso educativo. Como por ejemplo, que se privilegie la preparación para el Simce por sobre las materias y asignaturas obligatorias de la malla nacional de educación, la exclusión de estudiantes de bajo rendimiento, el uso de incentivos materiales a profesores y estudiantes para subir los puntajes, estigmatización, etc.

Pero, ¿por qué tantas expectativas en una prueba que está creada para el uso exclusivo de cada establecimiento para evaluar y mejorar la educación? 

La respuesta está en que los resultados son públicos, se generan rankings y listas de colegios destacados, que dejan en evidencia tanto las fortalezas como las falencias de cada uno de los colegios, lo que permite la comparación constante. 

Por esta razón, las consecuencias de un bajo desempeño en el Simce son tan importantes y van desde la disminución en las matrículas, la pérdida de financiamiento, la disminución en los sueldos de los profesores, hasta incluso la amenaza de cierre de las escuelas. Es aquí donde entra uno de los principales puntos de la discusión. ¿Es negativo o positivo "sancionar" a colegios que, en términos de calidad, estén bajo el promedio del sistema?

Otra crítica al actual sistema de medición, es el exceso de pruebas que se realizan, lo que también implica un estrés, y el hecho de que sean anuales, cuando no se presentan grandes variaciones de resultados de un año a otro.

Juan Pablo Valenzuela, académico del Centro de Investigación Avanzada en Educación de la U. de Chile, expresa que "no alcanzamos siquiera a procesar los resultados de un año y de algunos grados, ni a entender lo que sucede y tomar decisiones estratégicas; para que volvamos en forma mecánica a evaluar una y otra vez, cuando en realidad se necesitan entre dos y cuatro años para modificar las estrategias de aprendizaje de los niños".

¿Qué cambios pueden servir para tener una mejor medición?


Tras el análisis de los resultados del Simce 2013, el Ministerio de Educación decidió convocar a un grupo de trabajo, conformado por expertos en mediciones y distintos sectores del sistema escolar, para introducir cambios en el Simce

Estas modificaciones aún no se han hecho públicas, pero apuntarían a reducir el número de evaluaciones y enfocarlas en apoyar a los colegios, más que rankearlos, privilegiando la información que requieren los establecimientos para tomar decisiones.

Una vez estudiadas las sugerencias que, en parte presentó la Agencia de la Calidad, el Ministerio de Educación entregará una propuesta para modificar el Simce, que debe ser aprobada por el Consejo Nacional de Educación (CNED).

"Hay sugerencias para que ciertas pruebas sean más bien del tipo formativo, que le proporcionen a los docentes información para hacer modificaciones metodológicas y jerarquizaciones en programas de estudios para mejorar los aprendizajes de los niños", comentó la presidenta del consejo de la Agencia de la Calidad, Luz María Budge.

Hay quienes argumentan que bastaría con entregar los resultados por establecimiento a cada uno de ellos, sin hacerlos públicos, para poder terminar con los rankings de colegios y así volver al sentido inicial del Simce, cuyo objetivo es positivo por donde se lo mire: entregar a los colegios las herramientas que miden las fortalezas y debilidades, para avanzar en calidad de educación.

¿Tú qué cambios crees que ayudarían para que la medición sirviera realmente para incentivar la calidad en la educación? ¿Cómo crees que la Reforma Educacional puede afectar al Simce?