Imagen: Gojko Franulic

¿Es verdad que el té verde adelgaza?

Miguel Ortiz se lanzó de cabeza durante una semana para poner a prueba el té verde. ¿Realmente sirve para adelgazar? Aquí sus resultados.

Por Miguel Ortiz A. @ortizmiguel | 2014-06-24 | 12:30
Tags | té verde, miguel ortiz, adelgazar, mate, dietas, nutrición

*Esta nota fue originalmente publicada en 2014.

En el supermercado donde hago las compras hay un pasillo entero destinado al té. Los hay de todos los colores, cada uno con sus “propiedades” apuntadas en la etiqueta, prometiendo algunos resultados chamánicos, casi milagrosos.

Hay infusiones rojas, grises, blancas, negras, para mejorar la digestión, para aliviar el estrés, para los dolores de cabeza, etcétera. El más exitoso, sin embargo, es el té verde, que junto al mate se pelea hoy el primer lugar de las preferencias de consumo. ¿La razón? Muy simple: "adelgaza". O al menos eso es lo que dicen…

Mi experimento de esta semana fue poner a prueba el té verde. Todos los días -temprano, a mediodía, en la tarde y en la noche- me tomé cuatro tazones de té verde. Eso equivale a 28 tazones… lo que aproximadamente suma 7 litros. Mi dieta, por cierto, no la cambié: así estaría seguro de que los resultados podrían ser adjudicados sólo a este brebaje natural. Dirán ustedes, no sin razón, que fue iluso de mi parte intentar modificar mi peso tomando té verde sólo durante una semana… pero esperen a que les cuente el resultado.

Antes, les explico lo que me enseñó Natalia, una amiga nutricionista. Fue ella la que me abrió los ojos al respecto: “El té verde no posee las propiedades ‘quemagrasas’ que algunos le atribuyen. Eso es un mito. Lo único que consigues bebiendo té, de cualquier color, es mantener cierta sensación de saciedad, que permite que al final del día hayas ingerido menos alimentos. Pero eso también lo logras con agua”.

De cabeza me sumergí en Google para corroborar lo que me decían. Encontré un interesante estudio del año 2012 elaborado por el “Centro Nacional de Información sobre Biotecnología”, con sede en Estados Unidos. Según sus indagaciones, las pérdidas de peso asociadas al consumo de té verde no son significativas en personas con obesidad. De hecho, basta con bucear un poco en diferentes foros de la web para toparse con cientos de reclamos contra diferentes formatos de té verde (bolsitas, cápsulas, bebidas en lata) que prometen adelgazar y no cumplen.

Volví donde Natalia. ¿Para qué diantres sirve el té verde?, ¿tiene algún poder especial? Transcribo su respuesta: “Por sus componentes y la cafeína que posee, puede aumentar la agilidad mental y prevenir infecciones a nivel genital (…) También ayuda a evitar mareos en personas con baja presión y disminuye el riesgo de desarrollar el mal de Parkinson”.

-¿No sirve para bajar de peso?, ¿ni un poco?

-Sólo colabora en disminuir los niveles altos de colesterol y triglicéridos en la sangre. No sirve para adelgazar.

Se entiende entonces que, al séptimo día, mi peso haya AUMENTADO en 150 gramos según la báscula digital que utilicé para medir mi humanidad. Claro, no podría sostener que mi experimento fue del todo científico, pero al menos ayuda a ilustrar una realidad que para muchos puede resultar defraudante: el té verde no sirve para reducir tallas. (“Y lo mismo pasa con el mate. Los argentinos son más flacos porque comen menos y mejor, no porque chupen hierba”, me añadió Natalia).

Me di cuenta, finalmente, que en torno al té verde se teje una serie de falacias. Por ejemplo: que servido frío pierde sus propiedades, o que causa hipertensión, que tomado en bolsitas no es tan rico (eso depende de la calidad de la hierba, no del formato), y que combate el cáncer. Todo mentira.

No fue mi intención con esta columna espantarlos respecto del consumo de té verde. Todo lo contrario. Quiero subrayar que se trata de un producto muy recomendable porque es natural, no engorda, mantiene activa nuestra mente y evita que nos dé hambre durante el día.