Imagen: Gojko Franulic

La receta para una manifestación pacífica: mantener a la policía militarizada lejos

En las protestas masivas, una fuerza policial militarizada e intimidante, cambia la mentalidad de las personas, y no para bien. ¿Podremos lograr la paz si cambiamos este aspecto?

Por María Paz Salas @mpazsalasm | 2014-09-05 | 17:30
Tags | protestas, manifestaciones, masa, individuo, disturbios, santiago, marchas, psicolgía, manifestación pacífica, carabineros, fuerzas especiales
En el siglo XX los científicos sociales aseguraban que las personas en una multitud, perdían su individualidad y comenzaban a ser influenciadas por los comportamientos agresivos de quienes los rodeaban. Se empezó a hablar de una idea de masas como una entidad singular más que a una colección de personas individuales capaces de pensar por sí mismas.

El problema de este pensamiento es que se trata a los miembros pacíficos de una multitud de la misma manera en que se trata a las personas más violentas. Pero con el tiempo y un estudio más cercano del comportamiento de masas, se llegó a la conclusión de que la identidad social de las personas que se encuentran en una multitud varía dependiendo de la situación.

Y teniendo esto en cuenta, es que se ha llegado a concluir que el equipamiento anti disturbios cambia las dinámicas de comportamiento del público. Es decir, el equipo estilo militar que se usa para mejorar la seguridad pública, a menudo termina volviéndose en su contra. 

Esta es la principal razón por la que la militarización de la policía local causa problemas. Los oficiales, policías o carabineros con equipos anti disturbios le entregan a todos los individuos en una protesta un enemigo común. Esto no significa, según explican los expertos, que todas las personas dentro de una multitud van a asumir una actitud violenta, sino que muchos manifestantes pacíficos sienten una especie de afinidad con los más violentos. A pesar de sus diferencias, están unidos por un sólo objetivo: defenderse de las fuerzas externas.

El psicólogo Clifford Stott analizó evidencia sobre el comportamiento de la multitud en un informe del año 2009 realizado por oficiales británicos. Stott explica que un enfoque más agresivo por parte de las autoridades lleva a un "cambio directo en la naturaleza de la identidad social de la masa". Se trata de un cambio que pasa de ser de "yo y tú" a "nosotros y ellos". El resultado es que mientras las masas ganan un sentido de unidad, las autoridades se vuelven más agresivas para combatir a la multitud que inicialmente temían. Es un círculo vicioso, ya que eso hace que la masa se una más.

Cualquier disturbio es percibido como un resultado inevitable del mal comportamiento de las masas, escribe Stott. Pero en realidad, ese comportamiento fue "en gran medida iniciado inadvertidamente por las respuestas tácticas de la policía".

Las buenas practicas

¿Cómo debieran las diferentes fuerzas policiales comportarse, entonces, para no provocar de más a las masas? La clave es establecer una intervención gradual que se  intensifique  sólo si es necesario. En primera instancia se despliegan oficiales de baja visibilidad, con uniformes estándar y no con cascos, escudos y bastones. Estos se integran con la multitud y establecen legitimidad. Pueden seguir con intervenciones puntuales de casos aislados de personas más violentas. Y en otro grado, poner policías con equipos militares pero que permanezcan cerca, pero fuera de vista. Esto como último recurso. 

Según Fast Company, cuando los policías aplicaron estos principios con las "barras bravas" en el Campeonato Europeo de Fútbol de 2004, los resultados fueron impresionantes. Sólo un fan inglés fue arrestado por violencia y las unidades anti disturbio nunca usaron sus bastones. La razón de tanta calma fue atribuida a que se instalaron policías no militarizados en las ciudades organizadoras del torneo.

Esto no significa que los manifestantes de diferentes protestas vayan a reaccionar de la misma forma. Hay una gran diferencia por ejemplo, entre una manifestación pacífica, los hinchas de fútbol o una masa enardecida que protesta espontáneamente incitada por la rabia.. Evidentemente, las fuerzas policiales deben adaptar sus tácticas al tipo de manifestación que enfrentan.

Tampoco significa que la policía no deba estar armada y preparada para cualquier amenaza violenta durante una refriega. Lo que sugieren los expertos, es que protegerse militarmente ante una protesta, afecta en la psicología de cada individuo y, no para bien, por lo que es preferible mantener a raya lo más posible este tipo de fuerzas.

¿Crees que esto funcionaría en una protesta masiva en el país?