Además de otros aportes que Miguel Ortiz nos contó esta columna, salir a caminar nos podría hacer más productivos, creativos, reflexivos y pacíficos en el trabajo. Estaría bueno, ¿no?

Noah Robischon, editor ejecutivo de Fast Company decidió probarlo en la tarde. Obviamente, cada día le trajo alguna sorpresa o tentación que impedía el paseo diario, pero tener que escribir el artículo con su experiencia, fue razón suficiente para asumirlo como prioridad. 

Nos pasaría lo mismo, agregar una caminata en medio de nuestra rutina no parece fácil, estamos demasiado acostumbrados al "modo escritorio". Pero conocer los beneficios que descubrió Robischon, nos tentará a probarlo aunque sea por una semana. Esto es lo que concluyó.

Respirar, mirar la naturaleza, percibir los sonidos, moverse, todo eso ayuda y todo eso ofrece una caminata, cambiando nuestro ánimo para mejor. Investigadores de la Universidad de Edimburgo aseguran que dar uno de estos paseos en áreas verdes puede disminuir el cansancio de nuestro cerebro y la ciencia ha comprobado que exponerse al sol, alivia la sensación de letargo e impulsa la productividad. 

Noah afirmó haber experimentado un cambio de ánimo y sentirse refrescado al volver a trabajar. ¿Quieres detener tu mal genio o tener más entusiasmo un día laboral cualquiera? Camina. 

¿Cómo dar paso tras paso nos puede hacer más creativos? Se logra porque nos desconecta y hace pensar en otras cosas, así de simple: el pensamiento fluye. Los estímulos que provee una caminata son beneficiosos dado que a menudo estamos demasiado enfocados y centrados en un ángulo de un problema, lo que nos impide apreciar y resolver las cosas desde otro enfoque. 

Los científicos han descubierto que caminar podría aumentar el pensamiento creativo en hasta un 60%. Robischon lo comprobó. No con números, pero aseguró que por su cabeza comenzaron a fluir todo tipo de pensamientos, algunos bastante aleatorios, lógicamente mucho más que cuando estaba frente a la pantalla de su computador.

Su técnica fue pensar en un problema a resolver y después dejar que su mente volara, así pudo llegar a diferentes perspectivas para escribir el artículo que estaba preparando para el diario y sus títulos.

Escenario común: mente cansada, por consecuencia desconcentración, por consecuencia Facebook, Twitter u otras web de culto abiertas. Bueno, es muchísimo más útil gastarnos los minutos dando un paseo que  viendo videos de perritos. Pararse de la silla y salir a caminar justo antes de caer en la divagación nos ayuda a reenfocarnos, como un recargo de baterías.

En base a su experiencia, Noah no puede estar más de acuerdo con la investigación de Harvard, que asegura que tomarse un break de 15 minutos para dar un paseo es una gran solución para estimular el vigor mental y prepararse para una reorientación en el trabajo. Así lo sintió. 

Suena a respuesta de Miss Universo, pero es verdad. Más allá del manoseado concepto, todos sabemos que nos falta un poco de paz a nuestra vida, porque vivimos corriendo y respondiendo todo el tiempo. Nos levantamos, vamos apurados a la oficina, luego queremos volver rápido a la casa para ir a una comida o simplemente prender la TV hasta que los ojos se cierren. Parar y pensar en otras cosas hace bien.

Aunque el editor de Fast Company no se refirió a este aspecto en particular, una escritora de su equipo, Alice Troung, usó sus caminatas para esto. Es bastante lógico, caminar sin una meta nos tranquiliza.

Como veredicto final, Robischon decidió mantener el hábito de los 20 minutos al día de paseo y le recomendó a los que piensan que consume demasiado tiempo, probar con 10 minutos. ¿Qué tanto podrían perder? Y si ustedes lo piden a gritos, los más entusiastas del equipo El Definido probarán el desafío durante una semana.