Imagen: Gojko Franulic

10 mitos que tienen a Chile con escasos donantes de órganos

Que si somos donantes los médicos nos dejarán morir o que la lista de espera por un órgano se maneja por influencias, son algunas de las razones que dan quienes se declaran No Donantes. Mitos producto de la desinformación, que tienen a Chile con una tasa de donantes bajísima.

Por César Burotto @cburotto | 2014-09-26 | 15:39
Tags | órganos, trasplantes, Chile, donante, donación, ley de trasplantes, mitos

Hasta junio de este año, 3.903.749 chilenos se habían inscrito en el registro de No Donantes. Hay que recordar que desde 2010, todos los mayores de 18 años son donantes a menos que manifiesten lo contrario en una declaración jurada. Esto tiene a Chile con una tasa de entre seis y siete donantes efectivos por cada millón de personas. Comparado a España, país que tiene 30 donantes por cada millón de habitantes, estamos muy lejos. Pese a que nos encontramos por sobre la media en Latinoamérica, aún estamos lejos de países más avanzados en el tema como Argentina o Uruguay.

Actualmente existen alrededor de 1.500 pacientes que se encuentran en lista de espera para recibir un órgano (el número varía rápidamente, ya que muchos salen de la lista y otros tantos entran constantemente). Según los datos de la Corporación del Trasplante, el año 2013 se produjeron 303 trasplantes, un número muy bajo si se considera la cantidad de personas en lista de espera.

Pese a que varios de quienes se declaran no donantes lo hacen por razones religiosas o de valores personales, una gran parte se excusa con los mitos que rodean a la donación y trasplantes de órganos. Lo cierto es que la mayoría de estos son infundados, por eso aquí hacemos la revisión de los que más se repiten.

Antes de entrar en los mitos, hay que entender en qué casos es posible donar

Para poder ser considerada para un trasplante, la persona debe haber fallecido por muerte encefálica. Esto quiere decir que se hayan producido daños irreparables en el encéfalo que finalmente llevan a la muerte.

La importancia de esto radica en que para poder utilizar los órganos en un trasplante, es necesario que estos sigan funcionando luego del fallecimiento (de manera artificial). Por ejemplo, si la muerte se debe a un paro cardiaco o un accidente que involucra otros órganos distintos al cerebro, estos no servirán para un trasplante. Al mismo tiempo, la muerte encefálica debe producirse en un centro médico capacitado para mantener en funcionamiento los órganos.

En Chile, solo el 2% de los fallecimientos se produce debido a la muerte encefálica y en condiciones para poder trasplantar. De esos la mitad accede a donar sus órganos, por lo que el universo de donantes efectivos es bastante limitado.

Mito 1. "Si eres donante, médicos y paramédicos te dejarán morir para poder usar tus órganos en trasplantes"

Esto es totalmente falso, tanto médicos como paramédicos siempre van a intentar salvar la vida por todos los medios, no hacerlo va en contra de toda ética y de los protocolos existentes. Aun así, la condición básica para ser donante es que se produzca la muerte encefálica, que como dijimos en el punto anterior, son casos muy puntuales y difíciles de prever. Por lo tanto, es imposible saber si una persona con riesgo vital podrá ser finalmente donante. Por ello, dejar morir a alguien para poder donar sus órganos sería una decisión absurda.

Por lo demás, pese a que todos somos donantes por ley, es la familia la que tiene la última palabra, es decir que aunque el paciente haya manifestado que no es donante, la familia puede acceder a entregar sus órganos (y viceversa). Por lo tanto, los doctores no pueden estar nunca seguros de que finalmente los órganos serán donados. Es más, el protocolo indica que se plantee a los familiares la donación solo cuando el sujeto ya falleció, nunca antes.

Para el doctor Enrique Camponovo, encargado de trasplantes del Hospital de San Felipe, este mito tiene que ver con la desconfianza de la sociedad hacia el sistema de salud, el Estado y sus instituciones: “Hay que recuperar la confianza en la sociedad y en el Estado para poder confiar y ser donante. Si la persona siempre la va a pasar mal cuando va a atenderse a un recinto medico, después no va a confiar en este para darle sus órganos”.

Mito 2. "La lista de espera favorece la donación a personas influyentes o con plata"

Falso. La idea de que una persona influyente pueda mover hilos para estar en una posición ventajosa en la lista de espera no es posible.Esta es manejada por el Instituto de Salud Pública y es totalmente transparente, transversal y no distingue a los pacientes por nada más que su condición.

Las prioridades que establece la lista de espera están regidas por ley y dependen del órgano que se necesita, la fecha de ingreso a la lista la compatibilidad, entre otras cosas. Los únicos que tienen prioridad son los casos de urgencia nacional, que debido a su condición morirán en caso de no recibir un órgano en un tiempo determinado.

Mito 3. "Existe la posibilidad de estar vivo cuando te saquen los órganos"

Esto es imposible. Solo se hablará con la familia respecto de la donación de los órganos de su ser querido una vez que la muerte encefálica fue certificada. “Muchas personas creen que aún su ser querido puede vivir porque tiene signos vitales como respiración y latidos de corazón. Pero una vez que se declara la muerte encefálica, siguiendo el estricto protocolo, es imposible que una persona esté viva y solo tendrá signos vitales por las máquinas a las que está conectada”, asegura el doctor Enrique Camponovo.

Una vez que se declara la muerte encefálica, a través del protocolo que exige la ley, los órganos continúan funcionando gracias a medicamentos y maquinas, sin embargo, en caso de ser desconectado, estos órganos dejarán de funcionar. Incluso aunque se quede conectado, el corazón dejará de latir en menos de 24 horas. La muerte encefálica nada tiene que ver con el coma o el estado vegetal.

Mito 4. "Los órganos son vendidos en el mercado negro"

En Chile, la venta de órganos es ilegal y está penada con cárcel de acuerdo al artículo 13 de la Ley de Trasplantes de órganos. La ley estipula para los casos en que uno mismo sea quien venda sus propios órganos una pena de presidio menor en su grado mínimo, la cual aumenta en caso de que se trate de un tercero quien comercialice los órganos.

Obviamente esto no garantiza que en definitiva no exista un mercado negro de venta de órganos, pero en Chile no existen casos registrados de situaciones de este tipo. Al ser tan complicada la manipulación y posterior trasplante de órganos, se hace casi imposible que exista un mercado.

Mito 5. "El cuerpo podría quedar en mal estado y no permitirá un funeral normal, lo que aumentaría el dolor de la familia"

Otro gran temor de las personas es el estado en que queda el cuerpo luego de la extracción de órganos. Muchos piensan que el aspecto no permitiría un funeral normal, lo cual podría causar más dolor en sus familiares. “En todo los casos se trata a los cuerpos de donantes con mucha delicadeza y sensibilidad, buscando respetarlo en todo momento. Las marcas que quedan luego del retiro de los órganos no son visibles cuando el cuerpo está preparado para el funeral”, asegura el doctor Enrique Camponovo.

En cuanto al caso de la donación de piel, solo se extraen capas superficiales de las piernas y espalda y de un espesor que no supera los 0,3 mm. De esta forma, cuando el cuerpo está arreglado para el funeral, se encuentra en un estado normal.

Mito 6. "Si muero, automáticamente mis órganos serán donados si no manifesté la voluntad de no hacerlo"

Esto no es cierto. Si bien la ley establece que los mayores de 18 años son donantes automáticamente a menos que realicen una declaración jurada ante notario manifestando lo contrario, la familia es siempre la que tiene la última palabra. Por lo tanto, si nunca realizó el trámite correspondiente para ser incluido en la lista de no donantes, siempre la familia puede negarse. Por eso es de suma importancia conversar acerca del tema con los seres queridos y manifestarles su deseo de ser o no donante.

Mito 7. "Se extraen órganos que no fueron donados"

Al momento de constatarse la muerte encefálica, cumpliendo con el protocolo para esto y luego que la familia acceda a donar los órganos, se llenan formularios en donde los seres queridos del difunto especifican que órganos se donarán y cuáles no. Obviamente lo mejor es donarlos todos, ya que se amplía el número de personas que pueden ser beneficiadas por esto, pero siempre será decisión de los familiares.

Mito 8. "La familia del donante se encarga de los costos del trasplante"

Esto no es así. El reglamento de la Ley de trasplantes de órganos establece claramente que todos los gastos asociados al trasplante, desde la extracción hasta la inserción del órgano, deben ser costeados por el sistema de salud al que este afiliado el receptor. En ningún caso será el donante o la familia quien pague los costos.

Mito 9. "La familia sabrá quienes recibieron los órganos de su ser querido"

Al ser un acto altruista, este se realiza de forma totalmente anónima. La familia del donante nunca sabe quien finalmente recibió el órgano de su ser querido y el receptor tampoco conoce a su donante.

El artículo 8 del reglamento de la Ley de Trasplantes de Órganos establece que “no podrá facilitarse ni divulgarse información que permita identificar al donante. Asimismo, los familiares del donante no podrán conocer la identidad del receptor, ni el receptor o sus familiares la del donante y, en general, queda prohibida cualquier difusión de información que pueda relacionar directamente la extracción con la ulterior implantación”.

Mito 10. "Uno no se puede arrepentir de ser donante"

Falso. Pese a que todos somos donantes, si alguien en cualquier momento de su vida se arrepiente de esto o no quiere serlo, puede realizar la declaración jurada para ser incluido en la lista de no donantes. Pero lo más importante es manifestarle esto a la familia, quienes serán los que finalmente tomen la decisión.

¿Eres donante? ¿Por qué?