Ayer 9 de Noviembre se cumplieron 25 años desde que cayó el Muro de Berlín. Y aunque sintamos lejana la historia del país europeo, tenemos muchísimo más en común de lo que creeríamos con ese muro sólido, frío, amenazante y que se extendía por más de 120 kilómetros.
El muro que simbolizó la "cortina de hierro" de la Guerra Fría comenzó a derrumbarse luego que miles de alemanes de ambos lados se agolparan, picaran y demolieran su estructura. El mundo entero presenció cómo una ciudad separada física e ideológicamente se reunía nuevamente. Y las imágenes de archivo en que muestran a alemanas cantando y tomando cerveza sobre el muro (chaquetas ochenteras en su máximo esplendor) son repasadas todos los años ya que ese día fue el fin la Guerra Fría y un mundo extra polarizado. Para Chile, esta fecha también es importante. ¿Qué relación tendrán los acontecimientos del Muro de Berlín con un país tan lejano para Alemania, como Chile?
En 1971 y bajo el mandato de Salvador Allende, Chile fue el primer país latinoamericano en buscar relaciones internacionales con la República Democrática Alemana (RDA). No sólo había un interés económico, sino que el mundo estaba en plena Guerra Fría, por lo que la RDA quería aumentar su presencia en América Latina. Al tener el mismo pensamiento ideológico, ambos gobiernos generaron buenas migas.
Con el golpe de Estado de 1973, se perdieron las relaciones diplomáticas y miles de chilenos huyeron al exterior, buscando diferentes lugares para exiliarse. Según cifras del comité retorno, fueron entre 3.000 y 5.000 los chilenos que fueron acogidos por la extinta RDA y de su potente símbolo, el Muro de Berlín.
América Latina ya era un territorio dentro de los diferentes campos de batalla que se estaban librando durante la Guerra Fría. Ya que nuestro país fue un aliado del "socialismo real", la RDA comenzó un potente programa de "solidaridad antifascista" para ayudar a quienes querían huir del país.
Algunas de estas personas son conocidos rostros de nuestra política nacional: la Presidenta Michelle Bachelet y su madre, Ángela Jeria, quien fue secretario general del Partido Socialista, Carlos Altamirano, Osvaldo Puccio, Ricardo Núñez, Jorge Arrate, Camilo Escalona, el escritor Roberto Ampuero, Juan Carvajal y muchos otros militantes y dirigentes de la Unidad Popular. La población alemana sentía una real simpatía por los exiliados chilenos. En las ceremonias de recibimiento incluso entonaban "Venceremos" y otros himnos chilenos.Curioso es la masiva bienvenida que recibe Gladys Marín y que puede verse en este video.
El programa de Solidaridad se convirtió en un tema de Estado. Incluso la RDA negoció el canje del Secretario General del Partido Comunista, Luis Corvalán, por el disidente soviético Vladimir Bukovsky, en 1976. También se creó una oficina consular que llamaron Chile Anti-Fascista (CHAF). Estos son algunos de los afiches que los alemanes diseñaron para apoyar al ala izquierdista chileno al cual estaban recibiendo.
En la década de los '70, la RDA incluso instaló a muchos chilenos en bloques de edificios, en las inmediaciones de Berlín, en Postdam, en diferentes departamentos. Además de viviendas amuebladas, los chilenos obtuvieron acceso a salud, educación y trabajo . Eran tantos chilenos viviendo en estos "guetos" como eran llamados, que las fiestas patrias se celebraban a lo grande en los patios de estos edificios. Sus hijos también fueron enviados a distintos colegios de la ciudad y los niños que absorbían el difícil alemán antes que sus padres, les recordaban constantemente la barrera idiomática que significó instalarse sin preparación en una ciudad alemana.
Así eran los bloques donde fueron acogidos cientos de chilenos.
Él es Luis Gonzales, chileno que sigue viviendo en Postdam y que apunta el departamento donde solía vivir la Presidenta Michelle Bachelet y su madre, Ángela Jeria.
Los chilenos exiliados vieron con sus propios ojos un Estado Socialista "igualitario y protector de todos sus ciudadanos". Era el socialismo real con el que soñaban. Pero con el tiempo comienzan a darse cuenta de que habían varias falencias y muchos de ellos se desilusionan del esta utopía socialista fallida. En distintas entrevistas, muchos exiliados han asegurado que el régimen de la RDA estaba sustentado por el muro, donde no había una democracia real y las libertades estaban seriamente restringidas. Esto también se ve reflejado en el estricto control policial al que se vieron expuestos.
La STASI era el eficiente órgano de inteligencia de la RDA. Desde su creación, el 8 de febrero de 1950, hasta su disolución en 1989, fue la mayor agencia gubernamental de la RDA, con 90.000 trabajadores y 100.000 colaboradores.
En 2009 El Mercurio viajó a Alemania para revisar los archivos liberados por la STASI. Ellos evidenciaron que los chilenos exiliados fueron vigilados constantemente.
Tal como mostraba la exitosa película "La Vida de los Otros", los chilenos exiliados fueron retratados por la policía secreta en fichas privadas que detallan sus actividades en su paso por Alemania Oriental. La vigilancia, era diaria y exhaustiva. Por ejemplo, a Osvaldo Puccio, quien fue ministro secretario general del gobierno de Ricardo Lagos, se le describió en distintas fichas de la STASI como un "disciplinado estudiante" del cual incluso tenían detalles de su tesis universitaria y al que también se le describió como un "apto comerciante", por sus ventas de artículos deportivos mientras estuvo en la RDA.
Dentro de los militantes que llegaron a la RDA se encontraba quien se convertiría en yerno de Erich Honecker, la máxima autoridad en los años '70 y '80, y el principal encargado de la operación de construcción del muro en agosto de 1961.
Por lo mismo, Honecker terminó sus días en nuestro país, al que llegó de una cárcel berlinesa por razones humanitarias, ya que tenía un cáncer terminal. A Chile también llegaron su hija y su mujer, Margot, también dirigente política y quien por años fue la Ministra de Educación Popular en la RDA por 26 años.
Margot, aún vive en la comuna de La Reina. Quienes conocen la historia, se sorprenden de verla las pocas veces que sale de su casa, cuando tiene que ir al supermercado o a la panadería. Y a pesar de que para muchos chilenos, la presencia de la mujer fuerte del Muro de Berlín en nuestro país pase más bien desapercibida, para los alemanes el condominio Andalué, donde queda su casa, es una verdadera atracción turística. En una oportunidad, incluso, un bus de techo descubierto se detuvo frente al portón verde mientras un guía explicaba por altoparlante que ese era el hogar de la ex-ministra de la RDA. Muchos se bajaron y fotografiaron bajo el número del condominio. También en fechas como estas, muchos periodistas viajan con la esperanza de poder acercarse y hablar con la viuda de Honecker. Margot, sin embargo, guarda un silencio sepulcral.
Muchos de los chilenos que vivieron en la RDA han evidenciado su experiencia en diferentes libros. El escritor Roberto Ampuero en su novela Detrás del Muro (2014) , narra en una mezcla de ficción y realidad, los años en que vivió tras el muro, huyendo de la dictadura chilena. En este libro Ampuero narra su encuentro con la solidaridad del gobierno comunista, que le permitió vivir y estudiar ahí, pero también con la desilusión que vivió al enfrentarse a un sistema represivo, atrasado económica y culturalmente.
Un clásico de la literatura de exilio es Morír en Berlín (1993), en donde el escritor Carlos Cerda vierte su experiencia en el extranjero, con un libro que lo consagró como uno de los novelistas más sólidos de Chile. La novela sigue la historia de un grupo de personajes que buscan el refugio en Alemania Oriental.
El libro The Wall(2011) de el periodista Christopher Hilton se centra en las diferentes historias de quienes fueron directamente afectados por el muro. Incluye a políticos internacionales, soldados, guardias y ciudadanos tanto del este como del oeste de Berlín. Es la historia de una ciudad dividida y de cómo afectó la vida de las personas común y corrientes.
¿Qué otros datos sabes sobre la conexión que tiene Chile con la RDA?