¿Qué restorán bueno de comida china me recomiendan? - Conozco la mejor picada de comida taliandesa - ¿Y si probamos el nuevo peruano del que tanto se está hablando? – Si quieres comer la mejor comida india en Santiago, tienes que ir al Majestic – Mi comida favorita por lejos es la árabe…
Hace un buen tiempo ya que Santiago pasó a ser una capital de lo gastronómico. Cada día se abren nuevos restoranes, y ya no es necesario subirse a un avión para degustar los mejores platos de la gastronomía extranjera. La variedad de platos, banderas y picadas, son tentadoras ofertas para todos los santiaguinos, quienes se han vuelto cada día más sibaritas. Encontrar un buen sushi hoy es casi más fácil que encontrar una farmacia, lo mismo que una buena picada de comida china o árabe. Lo gastronómico está de moda. Los santiaguinos están con hambre.
Pero, ¿qué pasa con las cazuelas, las humitas, el caldillo de congrio, las empanadas? Lamentablemente conocemos más picadas de comida extranjera que “platos de la casa”. Y si bien, la variedad siempre es positiva, sería bueno empezar a rescatar lo propio, ¿o no? Y no lo decimos nosotros.
Hace unos días Shane Mitchell, periodista de la prestigiosa revista gastronómica neoyorkina Saveur, visitó nuestro país y recorrió Santiago en busca de comida típica chilena. Aplaudió nuestros Barros Luco y nuestro pebre y además de asegurar que nuestra capital “está a punto de unirse a Lima, Buenos Aires y Sao Paulo en la vanguardia culinaria de América Latina”, recomendó que dejáramos de correr hacia otras partes, porque la gastronomía chilena es lo mejor que tenemos.
La periodista norteamericana recorrió distintos restoranes de Santiago, desde el lujoso y refinado Boragó (destacado dentro de los 50 mejores restoranes del mundo hasta la fuente de soda Las Cabras. Su experiencia fue la que hizo que Santiago se llevara el premio a “The next great food city” (La próxima gran ciudad de la comida).
Del Boragó dijo que es “el restorán del momento”. Probó el último experimento científico del chef y dueño, Rodolfo Guzmán: unas zanahorias inyectadas con penicilina, que al hacerlo se vuelven cremosas y adquieren un sabor muy similar al camembert; probó también el piure, el pebre, el guanaco, el huevo de codorniz y rescató la obsesión positiva que el chef tiene con las setas, incluyendo una variedad que sólo crece en los árboles de los parques urbanos de Santiago.
Shane visitó también la fuente de soda Las Cabras y conversó con Carola Silva, fundadora del festival gastronómico Ñam, quien le dijo que “durante años miramos más allá de nuestras fronteras, no hacia adentro, a lo que se sumó el comentario del chef y propietario Juan Pablo Mellado, quien agregó que “"éramos siúticos (...) Este amor por las cosas extranjeras nos hizo perder nuestra identidad. Sólo recientemente comenzamos de nuevo a bailar la cueca, escuchar nuestra música y comer nuestra comida".
En Las Cabras tuvo la oportunidad de probar pernil de cerdo, acompañado de una ensalada de palta y apio. También degustó garbanzos con espinaca y vacuno rociado con crema de ajo.
Le tocó también visitar la Confitería Torres, el café más antiguo de Santiago, donde probó un Barros Luco. Estuvo en la Vega y en el Mercado Central, donde degustó un buen plato de caldillo de congrio, recordando a nuestro Nobel de Literatura, Pablo Neruda y su famosa oda al Caldillo de Congrio.
Otros lugares recomendados por Mitchell son las heladerías Emporio La Rosa, el tradicional Bar Liguria, y Salvador Cocina y Café, en el centro de Santiago.
Son 20 los premios gastronómicos que forman parte del Good Taste Award que publica la revista Saveur y que rescata lo mejor del año respecto a los viajes culinarios de la temporada. Uno de esos premios se lo llevó Santiago por ser considerada la “próxima gran ciudad de la comida”.
En la categoría de vinos, el premio “El destino anual del vino” se lo llevó Australia. “La capital vegetariana” fue para Berlín, “El mejor viaje culinario” se lo quedó Irlanda. “Buen sabor en un forma inusual” fue para Shaoxing, China; “transfomando comidas” para los campesinos de Jamaica.
“La obsesión en la hospitalidad” fue para el Eleven Madison Park de Nueva York, “Los revolucionarios del pan” fue para Chad Robertson de San Francisco, “Un clásico modernizado” se lo llevó Florencia. “El vino radical” se le otorgó a Charles Smith de Seattle, “Americanos en el extranjero” fue para USA Pavillion en la expo Milano, “La mejor comida de ciudad” se la quedó Tokio, entre otros.