Para formar un sindicato en Chile hoy en día se requiere lo siguiente: contar con 8 personas inscritas, elegir a un presidente y legalizar la agrupación ante notario. Los sindicatos tienen la facultad de velar por los intereses de los trabajadores ante los empleadores, que por ley deben permitir su funcionamiento y escuchar sus demandas.
El sistema básicamente es eso. Simple. Pero todo trabajador que haya estado en un sindicato, sabe que el asunto desde adentro se torna mucho más complejo.
De hecho, la actual Reforma Laboral impulsada por el Gobierno, apunta a modificar el Código del trabajo que regula estas agrupaciones, con la intención de fomentar el funcionamiento y adhesión a los sindicatos, por medio de su fortalecimiento.
Lo anterior, debido al diagnóstico del gobierno de que la tasa de sindicalización hoy en Chile es muy baja, de 14,2% en todo el país, según datos de la Dirección del Trabajo. Esto sitúa a Chile cerca del promedio OCDE de 16,9%, aunque este promedio oculta importantes diferencias, pues mientras Turquía alcanza apenas 4,5% de sindicalización, Finlandia se empina sobre el 68%. En el panorama general, sólo siete economías del bloque superan el 30% de sindicalización, mientras que Chile se encuentra en el tercio inferior del mismo, aunque a corta distancia del grueso de los países del grupo; distancia que, en todo caso, se debería acortar en el corto plazo, según estima la Cámara Chilena de Comercio, tanto por los cambios que impulsa el gobierno, como por el retroceso de la sindicalización en casi todos los países del bloque en los últimos 15 años.
Más allá de las estadísticas, la pregunta clave a responder, para entender si la reforma en curso logrará o no mejorar los niveles de sindicalización de la fuerza laboral, es: ¿Por qué los trabajadores se resisten a sindicalizarse? ¿A qué se debe este fenómeno? Para encontrar respuestas hablamos con diversas organizaciones ligadas al mundo sindical.
A continuación te exponemos los principales factores que explican la baja participación de los trabajadores chilenos.
Un estudio de la Dirección del trabajo (DT) se basó, a través de talleres de discusión y encuestas, en la experiencia de sus funcionarios que trabajan día a día con trabajadores y empresarios, para identificar las dificultades más mencionadas por los propios trabajadores para sindicalizarse.
Vieron en terreno que uno de los factores más importante es, simplemente, la falta de interés. Muchos trabajadores no son cautivados por los sindicatos ni por sus dirigentes, ya sea porque no perciben que éstos ofrezcan propuestas atractivas, o bien prefieren tratar directamente con el empleador, sin intermediarios. De este modo, el trabajador percibe al sindicato más como un costo o un riesgo, que como un beneficio.
Si bien la Reforma Laboral es incapaz de influir directamente en el interés de los trabajadores, busca, por medio de dotar de mayor poder a los sindicatos, interesar a los trabajadores en unirse a ellos.
La Escuela Sindical Clotario Blest lleva 8 años capacitando a todo aquel que quiera aprender de sindicatos: jóvenes o adultos, trabajadores o cesantes se introducen en los cursos que imparte este grupo de profesionales (abogados, profesores, entre otros). Sobre todo, entrega conocimientos legales a trabajadores.
Desde su experiencia, cuentan que el desconocimiento de aspectos básicos de qué son y para qué sirven los sindicatos es uno de los mayores problemas para la sindicalización, dato que es confirmado por el informe de la Dirección del Trabajo como el más relevante de todos. Muchos trabajadores, al no conocer la utilidad y funciones del sindicato, simplemente no les interesa participar, lo que explica en parte el punto anterior.
Gran parte de los que han pasado por la escuela (que funciona en la universidad Alberto Hurtado) tienen poca claridad frente a las normativas legales, más allá de saber lo que es una negociación colectiva. Aquí la educación juega un rol clave: según la Encuesta Nacional de Empleo elaborada por la Dirección del Trabajo, a mayor educación, mayor porcentaje de sindicalización. Un 27% de trabajadores con educación universitaria está sindicalizado, muy por encima del 14% del total de trabajadores en Chile afiliados a algún sindicato. La Reforma Laboral no contempla mejoras en este sentido.
Según el mismo informe de la DT, existe en algunos trabajadores, especialmente entre los más jóvenes, un bajo sentido de lo colectivo, primando las preocupaciones individuales. De la casa a la pega, de la pega a la casa. Un factor trascendente para que esto se dé, son las extensas reuniones sindicales, que terminan tarde y le quitan tiempo al trabajador de compartir con su familia.
Como una forma de mitigar este problema, la Reforma Laboral propone aumentar las “horas de trabajo sindical”, que en la práctica pasarían de una a tres semanas al año. Sin embargo, esta medida aborda sólo de forma tangencial el problema de fondo.
Según los testimonios de los trabajadores validados por el estudio de la DT, en gran medida, el temor es generado por empleadores con mala disposición ante los sindicatos, que pueden ir desde la apatía hasta la búsqueda activa de impedir su formación o incorporación de nuevos miembros, ya sea mediante el despido de trabajadores de las que se sospecha la intención de formar un sindicato, o mejorando sistemáticamente las condiciones de los trabajadores no sindicalizados, como "premio" por no sindicalizarse. Según la última Encuesta Laboral (Encla) también desarrollada por la Dirección de Trabajo, un 51,5% del total de trabajadores encuestados, declaró que el temor a represalias era el factor más importante para no afiliarse a sindicatos.
Aunque la ley laboral actual ya considera la penalización de las prácticas antisindicales, estas son muy difíciles de fiscalizar. En todo caso, la reforma busca evitar los "premios" a la no sindicalización, impidiendo que se puedan negociar colectivamente condiciones mejores a las que haya obtenido el sindicato.
Un documento de la Fundación Sol arroja varios factores que influyen en la baja sindicalización. Uno de los más importantes que identifica es el paralelismo sindical. Utilizaremos un ejemplo para entender mejor este punto. La empresa "X" cuenta con mil trabajadores, agrupados en diez sindicatos. Por distintas razones los trabajadores no quisieron pertenecer al mismo sindicato. En cada uno de ellos hay cien trabajadores. La ley actual indica que cada uno de los sindicatos puede negociar mejoras en sus condiciones laborales por separado. Con los trabajadores divididos los logros son escasos y las negociaciones colectivas se vuelven un poco inútiles.
El modo en que la Reforma Laboral pretende resolver esto, es mediante la creación de un "sindicato titular", lo que implica que sólo un sindicato oficial podrá negociar colectivamente con el empleador. Los que no estén afiliados tienen dos opciones: afiliarse o bien negociar individualmente. Los resultados de las negociaciones colectivas podrán beneficiar a los no afiliados siempre y cuando el empleador con el sindicato titular así lo permitan. La idea de la Reforma, según el Gobierno, es incentivar a que los trabajadores se adhieran al sindicato para organizarse y así logren formar un gran bloque en conjunto. Los detractores de la reforma, en tanto, critican este punto como un atropello a la libertad de los trabajadores de elegir por sí mismos la mejor forma de organizarse de acuerdo a sus intereses.
Otro factor importante es el funcionamiento de los subcontratados. Tal como el punto anterior, usaremos un ejemplo para graficar de mejor forma la situación. Los trabajadores de la universidad "Z" que están subcontratados necesitan camarines para cambiarse de ropa al entrar y salir del trabajo. Actualmente sólo se cambian en los baños de la universidad. Por su condición de subcontratados, sólo pueden negociar mejoras con la empresa externa que los contrató y no con la universidad en la que están trabajando. Empresa ajena al problema que puedan vivir día a día, que en teoría debe mediar no sólo con la universidad "Z", sino que con el resto de empresas donde preste servicios. Con esto los, trabajadores tendrán pocas ganas de sindicalizarse. La Reforma no contempla un cambio para esta situación.
Según detallan miembros de la Escuela Clotario Blest, algunos trabajadores han confesado que las cuotas son excesivas y, como no le ven la utilidad a los sindicatos por desconocimiento, prefieren ahorrarse el cobro mensual y no participar. En promedio, según la Escuela ClotarioBlest, las cuotas son de entre 5 a 15 mil pesos mensuales. La Reforma no contempla regulaciones en este aspecto.
De acuerdo a la encuesta Casen 2013, 44% de los trabajadores tiene una antigüedad laboral inferior a 3 años. Las causas de esto son múltiples, pudiendo citarse tanto la precariedad del empleo, especialmente en los quintiles más bajos, como la rigidez del mismo, que obliga especialmente a las mujeres a abandonar sus cargos para realizar labores de cuidado de otros. También la búsqueda de mejores oportunidades laborales en un mercado dinámico pero de bajos sueldos. Adicionalmente, puede formar parte de fenómeno cultural creciente que se observa a nivel mundial, especialmente en la generación Millenial, que en su mayoría no tiene intención de "hacer carrera" en una empresa y no aspira a trabajar más de tres años en el mismo lugar. Todo lo anterior, naturalmente, debilita el interés por pertenecer a un sindicato, pues se considera la situación laboral como "de paso", asignándosele más valor a conseguir otro empleo, que a mejorar las condiciones del actual.