Imagen: César Mejías

¿Por qué las relaciones con Perú se tensaron tanto?

La creación de un nuevo distrito peruano en el límite fronterizo y la presencia de militares en una zona “sensible” han hecho que hasta las relaciones políticas entre ambos países se encuentren suspendidas. Aquí te contamos lo último que ha pasado con nuestro vecino del norte.

Por Rodolfo Westhoff @rwesthoff | 2015-11-12 | 07:05
Tags | países, Perú, Chile, fronteras, triángulo terrestre, diferendos, conflictos, límites, La Haya, diplomacia

Para nadie debería ser sorpresa el que no tengamos las mejores relaciones del mundo con nuestros vecinos. De hecho, hasta abril de este año, estábamos demandados en la Corte Internacional de la Haya por dos de los tres países con los que compartimos frontera. Por lo menos, ahora “sólo” nos encontramos en un litigio por asuntos territoriales con Bolivia, tras haber asumido el fallo de la Corte sobre el diferendo marítimo con Perú.

Sin embargo, cuando creíamos que finalmente todo iba bien con nuestros hermanos peruanos y podíamos dar por superados los dramas fronterizos... ¡paf! Drama. Resulta que los ánimos empezaron a calentarse desde el pasado 20 de octubre, tras el anuncio del presidente de Perú, Ollanta Humala, sobre la creación de un nuevo distrito que incluye territorio del “triángulo terrestre”. Todo esto, después que la iniciativa fue aprobada por su parlamento.

Este recibiría el nombre de “La Yarada Los Palos” y correspondería a la región de Tacna. Se estima que entre 15 mil y 20 mil personas habitan la zona, la que por cierto es la mayor productora de aceite de oliva del país. Entre las razones que justifican su creación, el gobierno peruano sostuvo que es importante para que los pobladores de la zona puedan acceder a una mejor atención del Estado

El triangulito de la discordia

Pero ¿por qué es tan sensible dicho sector? Pasa que en la frontera de ambos países existe un polémico terreno triangular que no mide más de 38 mil metros cuadrados, que ambos países disputan como suyo. Uno de sus vértices corresponde al Hito 1 y, a partir de este, nacen dos posibles fronteras, según el criterio de cada país y la interpretación que le den al Tratado bilateral de 1929.

Planiglobe.com / Wikimedia Commons

Según la postura chilena, el Hito 1 marca el límite de la frontera terrestre entre ambos países, y desde allí debería trazarse una línea de 323 metros que siga el paralelo geográfico en dirección al mar; que es la manera en que se proyecta la frontera terrestre para definir el mar territorial de cada país.

Mientras tanto, Perú no reconoce al Hito 1 como el fin de la frontera terrestre, sino que asegura que su línea fronteriza debe continuar otros 264 metros diagonalmente hacia el sur (siguiendo el arco que forma la frontera entre ambos países hasta el Hito 1), hasta llegar al llamado "Punto de la Concordia" o "punto 266", lugar hasta donde se retrae el océano durante la marea baja.

Ninguno de los países tiene estructuras dentro del triángulo (Perú tuvo un faro que se destruyó por un terremoto y Chile una caseta, que retiró por un reclamo de Perú) pero ambos mantienen puestos de vigilancia a cierta distancia, desde donde supuestamente "patrullan" ese territorio.

¿No quedó esto definido por el fallo de La Haya?

Pues no. El fallo de La Haya sólo se refirió a la delimitación marítima entre ambos países, no a la terrestre. Si bien la corte utilizó el Hito 1 como punto de referencia para establecer el paralelo que divide los mares territoriales de cada país –cosa que Chile interpreta como un apoyo a su postura–, no se refirió expresamente al tema, dejando abierta la posibilidad de que los límites del territorio terrestre no coincidan con los del marítimo, lo que se conoce como "costa seca", que es la postura del país del norte. 

Lo que desató la polémica

Frente a este escenario, el Gobierno se alarmó al enterarse que el nuevo distrito peruano comprende parte del polémico triángulo. Así que a través de la Cancillería, le envió una nota diplomática al país vecino haciéndole saber su malestar.

La respuesta no se hizo esperar y Perú respondió que está “salvaguardando sus derechos y la intangibilidad de su frontera con Chile”, la que “comienza en el punto Concordia”. También manifestó que Perú “reitera su voluntad de fortalecer las relaciones de cooperación e integración con Chile, en un espíritu de buena vecindad y mutua confianza, con estricto respeto a las obligaciones y derechos de cada país de acuerdo al derecho internacional”.

Finalmente, este fin de semana Ollanta Humala promulgó la creación del polémico distrito. En medio del izamiento del “Pabellón Nacional”, un acto cívico, un desfile y la celebración de los pobladores, se llevó a cabo la ceremonia de reconocimiento del nuevo sector.

El asunto fue muy bien recibido por los locales que habitan en el nuevo distrito, quienes ahora esperan tener mejor acceso a cosas tan importantes como educación y salud. Por otro lado, como era de esperarse, la movida no fue tan bien recibida por la Cancillería chilena. Al respecto, el ministro de Relaciones Exteriores, Heraldo Muñoz, aclaró que “no es un tema de emergencia”, pero que sí amerita “que actuemos con tranquilidad, con prudencia y con la firmeza que ha caracterizado al Gobierno”.

Firmeza que, por cierto, han puesto en duda algunos políticos chilenos. Por ejemplo, el senador independiente, Alejandro Guillier y el presidente de Renovación Nacional, Cristián Monckeberg cuestionaron el manejo de las relaciones exteriores del gobierno y calificaron a la Cancillería como “débil”.

De hecho, desde hace meses se han venido sucediendo por la prensa una serie de cuestionamientos al manejo diplomático de Chile en temas internacionales, por verse el país permanentemente sorprendido por las movidas de nuestros vecinos y opacado mediáticamente. La más dura, tal vez, desde la revista Qué Pasa, que dedicó un número a analizar el bajo presupuesto de la Cancillería, la falta de diplomáticos de carrera, su anticuada institucionalidad y otra serie de vicios que impiden una gestión más eficiente de nuestras relaciones internacionales. 

Pero eso no era todo…

Como si fuera poco, todo este lío territorial se desarrolló paralelamente a otro incidente que le echó aún más leña al fuego (y en el mismo lugar). Resulta que el pasado 4 de noviembre la Cancillería chilena acusó la presencia de un grupo de militares peruanos cerca del Hito 1, pese al acuerdo de no acercarse a menos de 100 metros del lugar.

Por lo mismo, salió al paso el Ministro del Interior, Jorge Burgos y sostuvo que la presencia de militares peruanos en la zona corresponde a un “acto poco amistoso”. 

Ante esto, la Cancillería del país del norte envió una nota diplomática a Chile en la que aseguraron que “no ha habido presencia de militares en el sector de del Hito 1 de la frontera terrestre”.

Sin embargo, a los dos días aparecieron las imágenes que acreditaban la acusación de la Cancillería chilena y que contradijeron lo que declaró su par peruana. En estas se aprecia a un grupo de alrededor de 18 militares cerca del terreno en cuestión. Así que nuevamente la Cancillería envió un comunicado, en el que sostuvo, entre otras cosas, que "es indispensable que nuestras instituciones armadas respeten rigurosamente los acuerdos bilaterales para evitar incidentes fronterizos innecesarios”.

A los pocos días se registró un nuevo y similar incidente en el mismo lugar. El 7 de noviembre el Gobierno alertó la presencia de un uniformado peruano en las cercanías del Hito 1. Según la información entregada, este se habría detenido durante un rato para sacar unas fotos.

Relaciones en el congelador

Todo este embrolló terminó con la suspensión indefinida de las relaciones políticas entre ambos países. De esa forma, las citas que tenían presupuestadas para diciembre quedaron congeladas, en medio la gran tensión que se vive al interior de ambas embajadas.

Y es que después de cuatro notas diplomáticas en menos de un mes, no es de extrañar que los ánimos estén enrarecidos. Así que por el momento la Cancillería chilena confesó que no hay condiciones para hacer consultas políticas con Perú, ni de realizar la reunión ministerial del consejo social de los dos países (y que ya estaba agendada).

Por su parte, Perú manifestó que dejará en manos de la diplomacia la controversia por la creación del nuevo distrito. Eso sí, destacó el buen recibimiento que la medida tuvo en la población de La Yarada Los Palos.

Si este conflicto sigue escalando, o se retoma el cause normal de las relaciones, dependerá del manejo diplomático de ambas naciones. Lo que es seguro es que, mientras tengamos ese triangulito en el zapato, ambos países jamás podrán caminar juntos con tranquilidad.

¿Crees que estamos manejando bien nuestras relaciones internacionales? ¿Cómo resolverías este problema?