A dos años y medio de su llegada a Chile ¿cómo le ha ido al "Café Pendiente"?

El proceso es sencillo: vas a una cafetería y en vez de pedir un café sólo para ti, también compras un café pendiente. El local anota el café en una pizarra, y cuando una persona en situación de calle lo necesita, se lo regala. ¿Te animas?

Por Constanza de Ramón @Constanza_dr | 2015-12-24 | 17:00
Tags | café, cafeterías, pendiente, solidaridad, donaciones

Café Pendiente es una tradición italiana nacida hace más de un siglo, y plasmada en el cuento Il Caffè Sospeso, del autor Luciano De Crescenzo. La tradición dice que cuando un napolitano estaba feliz o quería celebrar, compraba un café para él y luego dejaba otro para la persona que llegara después y no pudiera pagarlo (habitualmente un indigente).

En Chile el proyecto llega el año 2013 de la mano de tres diseñadores que, tras ver el proyecto en redes sociales, deciden adoptar la idea y ponerla en marcha en nuestro país. Pero hoy, a casi tres años de su inicio, se ha topado con algunas dificultades.

Buscando la integración

“Una de las mayores dificultades ha sido que más lugares se abran a esta posibilidad de integración”, explica Marcelo Giglio Hyatt, coordinador nacional de la iniciativa. “En oportunidades nos hemos topado con resquemores, que tienen que ver con prejuicios sobre los beneficiarios y su posible comportamiento en los locales, o con la reacción de los clientes habituales cuando se comparte el espacio”.

El problema surge porque el espíritu de la iniciativa es integrar a las personas en situación de calle a un momento que para los clientes puede ser común o habitual. Por ello, la idea del café pendiente es que se sirva en el local. Si la persona que lo recibe prefiere llevárselo es decisión de ella, pero la invitación del restaurant es a que se quede y comparta el espacio.

En Chile, la realidad es que la mayoría prefiere llevárselo. Así lo explica Karime Díaz, dueña del Café Geografía, que participa en esta iniciativa: “Hemos tenido gente que se toma el café y ha almorzado, ellos son tratados como un cliente igual a cualquier otro. Pero la mayoría es como si se auto-discriminara, y aunque los invitamos a sentarse prefieren llevárselo.”

Para el equipo de Café Pendiente, es justamente este problema con la integración y el temor de los restaurantes a la mala reacción que puedan tener los clientes, lo que impide que muchos cafés se sumen a la iniciativa.

Balance positivo

A pesar de esto, hoy cada vez más locales a lo largo de todo Chile forman parte de Café Pendiente y la mayoría cuenta una experiencia positiva.

En La Panquequería, cafetería ubicada en Ñuñoa, cuentan que los clientes están felices con la iniciativa. “Varios compran de a dos, tres o cinco cafés pendientes. Y hay veces en que algunos clientes van exclusivamente a eso”, cuenta Wilson Mella, trabajador del local.

Karime Díaz, dueña del Café Geografía, agrega que nunca han tenido un problema. “Los clientes son bien participativos, algunos también dejan brownies o galletones pendientes. Ahora por ejemplo, hay un brownie anotado en la pizarra”.

Para el equipo de Café Pendiente, los locales que se han sumado a esta iniciativa lo han hecho justamente porque ven una oportunidad de inclusión y de hacer algo por otros. “Para los cafés que participan, la historia tocó una fibra emocional. Y existe confianza, que es la base de esta iniciativa”, dice Marcelo Giglio.

Algunos restaurantes unidos a la iniciativa han comenzado también una modalidad de colación pendiente, que funciona de la misma forma que con el café, pero con comida, botellas de agua o jugos naturales. El mecanismo es el mismo: se paga anticipadamente el producto, para que alguien que no tiene recursos pueda consumirlo, y en cada local una pizarra da cuenta de los cafés y productos entregados y de los pendientes.

¿Cómo ser parte?

La invitación para los restaurantes es, por supuesto, a participar sin temor. La buena experiencia de otros locales da garantía de que la medida no ahuyenta, sino que encanta a los clientes. 

Y para el resto de las personas, está abierta la posibilidad de dejar un café pendiente, o de unirse como voluntarias para captar nuevos lugares o ayudar a repartir el café entre las personas en situación de calle que no saben que pueden pedirlo.

“Necesitamos voluntarios que nos ayuden a dar a conocer Café Pendiente en sus barrios, universidades o lugares que frecuenten. En Santiago aún no son 10 los locales adheridos, y es uno de los lugares en que más se pregunta dónde se puede ir a dejar un café pendiente. Invitamos a correr la voz y ayudarnos a sumar a más personas a este proyecto que es un movimiento social”, dice Marcelo Giglio.

Café Pendiente es realmente una invitación a ser solidarios todos los días. Una iniciativa ciudadana sin fines de lucro, que busca que se generen acciones solidarias basadas en la confianza. ¿Qué mejor fecha que ésta para comenzar?

Café Geografía
Av. Simón Bolívar 2404, Ñuñoa
Teléfono 02 27915961

New Pitas Crepes and Waffles
Torre Titanium, Av. Isidora Goyenechea 2800, Piso - 1, Local 206. Las Condes.
Teléfono 02 22420665

La Panquequería
Av. Simón Bolívar 3116, Ñuñoa
Teléfono 02 29072716

¿Has dejado un café pendiente?