Ha sido la noticia económica de la semana. Y es que ya existen más de 2.132 denuncias por estafa en contra de la empresa AC Inversions, que es investigada por la Fiscalía, tras ser acusada de elaborar un sistema de fraude de inversiones a gran escala. Hasta ahora se cree que el monto en cuestión superaría los CL$ 50 mil millones.
Y el mecanismo con el que funcionaban era así: se prometía una rentabilidad del 5% mensual (mientras que el promedio del mercado bordea el 0,22%). Es decir, si se invertían $10.000.000 en la empresa, el primer mes se ganarían $500 mil sobre el dinero invertido, monto que se reinvertiría, junto a la inversión inicial, al mes siguiente. Así, tras un año, se podía esperar que esos 10 millones se hubiesen transformado en casi 18 millones de pesos
¿Pero en dónde se invertía el dinero para tener tan buenos resultados? Según la empresa, en el mercado de divisas (#not). En realidad, el dinero se obtenía de... la plata que invertían otros clientes atraídos por las altísimas rentabilidades que ofrecía la compañía. En el fondo, era el esquema de la pirámide.
La cosa es que, para los clientes que ingresan primero, el sistema sí funciona... por un rato. Esto, ya que la empresa va devolviendo la rentabilidad prometida a medida que van ingresando nuevos clientes (y con su dinero). ¿Quién pierde entonces? Los pobres nuevos clientes, ya que el mecanismo está destinado a fracasar, así que es poco probable que ellos lleguen a percibir algo de lo que se les prometió.
En este caso, la primera señal de alerta estaba en el nombre mismo de la empresa: “Inversion” en realidad significa “invertido”, en el sentido de "dado vuelta". Si se hubiese querido decir “inversiones”, la palabra correcta en inglés es “investment”.
Pero claro, no siempre tendremos la suerte de encontrar un error tan evidente en un negocio cuestionable. Así que hicimos un recopilado de consejos, entre ellos algunos de Paloma Barrios, analista de estudios de FOL.cl, (una plataforma de inversión en fondos mutuos) para saber qué deberíamos tener presente para evitar caer en este tipo de estafas.
Tener claro el nivel de riesgo que tiene la inversión, o hasta qué punto estás dispuesto a arriesgar tu capital, es fundamental. Habitualmente, las inversiones más riesgosas (por ejemplo, acciones) tienen rentabilidades más altas en el largo plazo (digamos, después de varios años), pero están sometidas a fuertes vaivenes de la economía que pueden prolongarse por bastante tiempo. En cambio, inversiones más seguras (por ejemplo, depósitos a plazo), tienen rentabilidades más modestas, pero no sufren variaciones significativas y el dinero se puede recuperar en cualquier momento.
“Muchas de las personas que invirtieron en AC Inversions, ni siquiera estimaron qué nivel de riesgo estaban asumiendo. Varios desconocían incluso en qué instrumentos supuestamente estaba invertido su dinero y el nivel de riesgo de estos. La razón es que estas personas fueron tentadas por las increíbles rentabilidades garantizadas que se suponía que obtendrían”, explican desde FOL.
Haber preguntado este tipo de cosas no habría impedido que les mintieran, pero sí hubiese permitido comparar la rentabilidad prometida con la que realmente ofrecen estos instrumentos, lo que hubiese ayudado a encender las primeras alarmas de "aquí hay algo raro".
Aquí se desprenden otras aristas, como si está supervisada y regulada por alguna entidad gubernamental o la Superintendencia de Valores (algo que en este caso no ocurría). Este punto es el más importante a la hora de prevenir el fraude. Aquí puedes ver las empresas que están bajo la fiscalización de la SVS.
Para esto también es importante consultar con otros actores del mercado, para así poder hacerse una idea de a quién se le está confiando el dinero. Al parecer, Santos (el dueño de AC Inversions), no era muy conocido en el “ambiente”.
Aquí no hay que ser tímido en hacer preguntas incisivas a los mismos captadores o vendedores del negocio. Googlee, busque reclamos, pregunte, ponga en duda todo lo que le dicen, consulte con personas que saben más que usted.
¿Pero cómo comprobar si quien me asesora está calificado? Existen acreditaciones que exige la SVS a quienes trabajan en este rubro, como la Acreditación de Conocimientos para la Intermediación de Valores (ACIV). Eso puedes saberlo ingresando el rut de tu ejecutivo en esta página.
Eso sí, no hay que perder de vista que quien toma la decisión final y el riesgo, es usted. Si algo no le suena bien, escuche a su intuición, no haga una inversión sólo porque "fue lo que le dijeron".
“Es importante saber qué es en lo que está invirtiendo, cómo funciona, cuáles son los costos, si tiene periodo mínimo de permanencia y conocer los plazos que se deberían pagar si uno rescata lo invertido”, sostiene Barrios.
Por ejemplo, es una señal de alarma si la empresa asegura invertir en divisas, pero no informa exactamente al cliente qué divisas, qué cantidad y a qué precio se compró. Siempre se debe estar informado de la composición de la inversión (cuál es el instrumento, la cantidad, el precio de compra y lo mismo para la venta de los instrumentos).
En el caso de AC Inversions, se suponía que se invertía en el mercado de divisas, algo que al parecer no era así ¿Cómo saberlo entonces?
“Hoy en día las tecnologías de información acercan mucho más la información a las personas, así que basta con ingresar el nombre del instrumento en internet para que aparezcan sitios dedicados a entregar los conceptos y explicaciones de cómo funciona. Lo lógico sería que la misma entidad que ofrece los instrumentos tuviera a libre disposición toda la información con el fin de educar y guiar al cliente”, aseguran en FOL. Cuanto más opaco un negocio, cuanta menos información le otorguen y más "secretos" sean sus procedimientos y técnicas, y más evasivas sean sus respuestas, menos confianza debería darle.
Además es importante destacar que la SVS tiene una sección de educación llamada SVS Educa, donde se puede encontrar información acerca de instrumentos, como por ejemplo, los Fondos Mutuos.
En pocas palabras, “no todo lo que brilla es oro”. Y como se mencionaba anteriormente, AC Inversions prometía una rentabilidad increíble y con nada de riesgo, algo muy extraño en el mercado. Una pregunta lógica para hacerse en este caso, es "¿si este tipo de inversión es tan increíble, por qué no está todo el mundo haciéndolo?"
Entonces, ¿qué niveles de rentabilidad son los que se deberían esperar para este tipo de inversiones?
Paloma explica que “si nos situamos en el caso de una rentabilidad pactada o segura, tenemos que pensar en un instrumento como el depósito a plazo, donde la persona pacta con la entidad una tasa de retorno y un plazo. Si vemos el promedio de retornos de un depósito, este es de 0,22% mensual, según la Asociación de Bancos e Instituciones Financieras (ABIF), por lo tanto, es de extrañar si te ofrecen una rentabilidad garantizada de 5% mensual. Algo no cuadra, porque la diferencia es enorme”.
Jamás invertir apurado, a menos que sepa exactamente lo que está haciendoy sea un especialista en la materia. Esta recomendación es doblemente cierta si lo que se está jugando son todos sus ahorros. (Dicho sea de paso, es muy mala idea meter todos los huevos en la misma canasta, por muy rentable que esta sea. Siempre es mejor repartir sus fondos en varios instrumentos de inversión y empresas, para minimizar riesgos).
Desconfíe de los ofertones, los "ahora o nunca" y lo "demasiado bueno para ser verdad", porque habitualmente no lo es y el apuro, que le venderán como un genuino y desinteresado consejo para que aproveche una oportunidad irrepetible, lo que busca en realidad es que usted no piense bien las cosas y no tenga tiempo de investigar a fondo el negocio.
Un buen consejo para evitar la "cabeza caliente" y que nos traicione el entusiasmo, es jamás aceptar firmar el trato en el momento. Diga que le interesa mucho, pero que lo va a pensar, que quiere revisar el documento con calma o que lo hablará con su abogado. Da lo mismo si no tiene abogado, sólo gane tiempo para saber en qué se está metiendo, compare, pregunte, saque sus propios cálculos. Tómese unos días. Espere a tener la cabeza fría y luego examine el negocio con ojo crítico.
Mientras más lo apuren, más debería sospechar.
Podría ser el caso de que la empresa no pida toda la información legal necesaria para poder invertir. O que no pida ninguna. Por ejemplo, una entidad financiera debiese exigir al cliente algún documento, como el origen de fondos. Si están tan ansiosos de recibir su dinero, que no le piden nada, algo raro hay. Más aún si no quieren dejar ningún registro legal de la transacción.