Son tiempos complicados en la política. La atmósfera de descontento y desconfianza hacia las instituciones está cada vez más latente; todo esto en medio de un duro cuestionamiento hacia la probidad de la clase política, sobre todo respecto al financiamiento de sus campañas. No por nada, según la última encuesta Adimark, el 82% de la población desaprueba la labor de los diputados, mientras que sólo el 11% la aprueba. Cifras similares a las que obtienen sus pares, los senadores.

Por eso, los parlamentarios están haciendo esfuerzos por revertir esta racha de baja popularidad. Un ejemplo es el nuevo reglamento para diputados, que debería ser ratificado en la Comisión de Régimen Interno de la Cámara por los jefes de bancada durante esta semana. Aunque este jueves se dio a conocer que la votación se está dilatando, en parte por la filtración del documento a la prensa (algo que molestó a los parlamentarios) y porque al parecer, el presidente de la Cámara recién se habría enterado del nuevo reglamento precisamente por dicha filtración.

De todos modos, lo que busca este documento es establecer nuevas reglas para la forma en la que se lleva a cabo la labor parlamentaria. En particular, sobre los beneficios a los que pueden acceder los diputados, por el sólo hecho de ser parte del poder legislativo. Y son cuatro las principales claves para entender las modificacionesque se conocen hasta el momento, las que fueron dadas a conocer por La Tercera.

1. Vacaciones

Lo que existe ahora es un receso legislativo durante todo febrero. Esto quiere decir que los parlamentarios no tienen que acudir al Congreso en todo ese mes, aunque sí pueden desarrollar actividades en terreno en las zonas donde han sido electos. Así que en teoría, no se trata de vacaciones (pero por supuesto que la mayoría se toma febrero).

Lo que estipula el nuevo reglamento, es que los diputados gozarán de 15 días hábiles durante febrero para poder tomarse vacaciones. Además, se espera que los días vayan aumentando con el pasar de los años en ejercicio de los miembros de la Cámara.

Se supone que con esta medida, el Congreso debería permanecer abierto durante al menos dos semanas en febrero, con lo que desaparecería el receso legislativo como lo conocemos hasta ahora. En el fondo, con esto se estaría regulando sus vacaciones, algo que se les garantiza a todos los trabajadores (y también se estaría evitando que se extiendan durante un mes completo).

2. Viajes

Actualmente los gastos de viajes aéreos de parlamentarios pueden ser financiados por el Congreso si el motivo de estos es por trabajo legislativo o de fiscalización. Es decir, no se les descuenta de su dieta, la que en el caso de los diputados asciende a los $6.580.000. El problema, es que en muchos casos estos recursos son utilizados para hacer viajes en clase business, la más cara, y a veces ni siquiera por motivos de trabajo.

El nuevo estatuto llegaría a cambiar parte de eso. La medida contempla que los vuelos de los diputados en categoría “Business” serán restringidos, los tickets deberán ser comprados en la línea aérea más barata y con el pasaje más económico posible. Por cierto, sólo se podrá optar a un viaje de mayor categoría si este supera las ocho horas de vuelo.

Además, no se permitirá que los diputados se queden en el destino del vuelo por más del tiempo oficial, realicen escalas por más de 24 horas ni que acumulen millas aéreas con viajes financiados por el Congreso.

3. Pasaporte diplomático

Otra medida es el fin de la extensión del uso de pasaporte diplomático para el/la esposo/a, hijos y familiares en general de los diputados. Actualmente el documento se utiliza para facilitar la entrada o salida de distintos países (y a veces es usado por los familiares de algunos parlamentarios).

En ese sentido, ahora su uso estaría exclusivamente restringido a viajes oficiales. Mientras que en el caso de ser utilizado en medio de viajes personales, este quedaría sujeto a las normas de la transparencia activa (por lo que el diputado tendrá que dar cuenta de sus actividades ante el Congreso, para que estas sean dadas a conocer públicamente).

4. Comida

Los diputados deberán pagar sus almuerzos y cenas en el trabajo, cargo que actualmente está contemplado dentro del presupuesto del Congreso. Incluso, se estima que con esta medida se podrían ahorrar $100 millones al año, ya que el dinero ahora sería descontado de sus viáticos.

Otros ajustes previos

El conjunto de medidas se suman a otras que se han determinado con anterioridad, aunque no necesariamente por iniciativa de los parlamentarios. Un caso es el pago del estacionamiento en el aeropuerto de Santiago. Después de 25 años sin tener que pagar, los parlamentarios deberán hacerlo a raíz de la nueva licitación del lugar. Eso sí, a un menor precio, el que se les descontará de las asignaciones parlamentarias.

Otro ejemplo es el llamado “Bancongreso”. Tras darse a conocer la existencia de un mecanismo en el Congreso que permitía realizar préstamos sin interés y con grandes facilidades a los parlamentarios (bajo la premisa de un adelanto de sueldo), los miembros del parlamento finalmente aseguraron que este sistema habría llegado a su fin.

¿Y en el senado?

El presidente de la Cámara Alta, Patricio Walker, adelantó que "no va a quedar un solo privilegio en el Senado". Y es que también están trabajando en un nuevo reglamento con un tono parecido al de los diputados. Eso sí, el documento y su contenido no se han dado a conocer todavía.

De todos modos, Walker aseguró que las nuevas medidas se harán públicas en la segunda cuenta pública del Congreso, el próximo martes. Y aclaró que serán “más radicales” que las de la Cámara Baja (¡chan!).

¿Qué otras medidas de austeridad crees que deberían incorporar en el Congreso?