Imagen: Rodrigo Avilés

Separar a los alumnos por rendimiento no sirve y otras 4 lecciones que deja el Simce

Con un análisis de resultados innovador, la Agencia de Calidad de Educación dio a conocer los resultados del Simce 2015. Esto es lo que podemos aprender de esta medición.

Por Magdalena Araus @mmaraus | 2016-04-26 | 06:00
Tags | educación, Simce, colegios, clases, aprendizaje, lecciones, calidad, Mineduc, Agencia de Calidad de la Educación

No es la prueba ideal, varios colegios se han obsesionado más de la cuenta con los resultados y año a año nos saca en cara que nuestra educación sigue en deuda con niños y jóvenes: el Simce no está exento de polémicas.

Aún así, esta prueba es una radiografía útil de una parte del rendimiento académico de los alumnos en todo Chile. Además, hace algunos años dejó de medir solamente Lectura, Ciencias y Matemáticas, integrando Inglés en 2010 y luego indicadores de desarrollo personal y social, como convivencia escolar, vida saludable y autoestima, en 2014.

Ayer, la Agencia de Calidad de la Educación del Mineduc dio a conocer los resultados del Simce 2015 para los primeros niveles: 2°, 4° y 6° básico, rendido en más del 98% de las escuelas del país. Acá les damos a conocer los resultados y lo que hay después de las cifras.

¿Cómo estamos aprendiendo? Resultados 2015

Ningún cambio demasiado sustancial arrojaron los resultados generales del Simce 2015, pero sí muestran pequeños avances que indican que vamos por un buen camino y sobre todo, nos dejan lecciones.

La Agencia se propuso este año, entregar la información de manera más detallada para que los colegios puedan tomar mejores decisiones educativas. Se incluyó un Informe de calidad integral con resultados integrados (tendencia de puntajes promedio, estándares de aprendizaje, etc.) y los Indicadores de desarrollo personal y social.

Además, los resultados en Matemática se muestran por ejes temáticos, para que los profesores puedan observar los aprendizajes, evalúen sus prácticas de manera focalizada y puedan usarlo para reestructurar su planificación de clases. También por primera vez, se entrega un informe a los sostenedores que administran más de dos colegios, con los principales resultados a nivel general de su administración y el detalle de sus establecimientos, incluyendo orientaciones para su trabajo y para mejorar la calidad de la educación que imparten sus establecimientos.

El protagonista del análisis general de este año es el nivel 4° básico, donde hubo un aumento leve de los resultados en Matemáticas y Lectura. Específicamente en Matemáticas, se redujo la brecha de género, pues las niñas igualaron a los niños. Hubo un leve aumento en brecha socioeconómica con respecto al año pasado, y aunque ésta ha disminuido significativamente en la última década, es un pendiente prioritario por resolver, aseguró el Secretario Ejecutivo de la Agencia de Calidad de la Educación, Carlos Henríquez. En 2° básico también hubo una mejora en Lectura y Matemáticas, y el mayor avance de todos en estos niveles del Simce fue la prueba de Lectura de 6° básico, donde se produjo un alza de 7 puntos.

En otros aspectos, a nivel general, se observa una disminución sobre las percepciones de Hábitos de vida saludable y en el indicador Autoestima y motivación escolar, la mayoría de las respuestas de 4° y 6° básico se encuentra en un nivel medio, lo que se traduce en una confianza moderada en sus capacidades y en que pueden aprender lo que se propongan. Si quieres conocer más detalles de los resultados, entra aquí.

Pero vamos a lo que nos convoca, porque detrás de los números, creemos importante fijar algunas lecciones que nos da el Simce esta vez.

Cinco lecciones que nos deja el Simce

1. Es posible la igualdad de género en matemáticas

Hombres y mujeres pueden ser iguales en matemáticas. Para algunos será una conclusión obvia, pero no es lo que decían los resultados históricos, ya que por primera vez en la última década las mujeres igualaron a los hombres en el Simce de Matemáticas (4° básico), gracias a una mejora considerable en los resultados de las alumnas.

No se puede generalizar, pero este ejemplo demuestra que la supuesta facilidad de los hombres ante las matemáticas o "superioridad" es efectivamente un mito cultural que se ha cernido por siglos en muchas culturas. Esta diferencia ha sido un problema en todo el mundo, según explican en el Banco Interamericano del Desarrollo. Las niñas parecieran tener más dificultad con las matemáticas y las ciencias que los niños y esa brecha aumenta a medida que van creciendo.

"Aunque la investigación no termina de dilucidar qué tanto explican los factores innatos versus los culturales las diferencias entre niños y niñas, evidencia de países como Singapur -donde el desempeño de las niñas está a la par o incluso supera el de los niños-, demuestra que las diferencias en el rendimiento no se dan porque las mujeres sean menos capaces en matemáticas y ciencias", establecen.

Investigadores han detectado diferencias estructurales y funcionales entre los cerebros de hombres y mujeres, lo que fortalece la idea de que no es una cuestión de capacidad, sino de el diseño de estrategias educativas para estimular y apoyar a las niñas en el aprendizaje de las matemáticas y las ciencias.

2. No sirve agrupar "mejores" y "peores"

Si alguien creía que esto era una buena idea, se acaba de comprobar que no. Hay una falsa certeza bastante fija en muchas mentes, de que separar a los alumnos con mejor y peor rendimiento, puede hacer más eficiente el aprendizaje de ambos.

Un estudio analizó los resultados Simce y muestra que los colegios que separan a sus alumnos en base al desempeño, obtienen incluso entre 12 y 18 puntos menos que otros establecimientos, según informa El Mercurio. Aunque no se indica los años del Simce que fueron analizados, la prueba arroja una lección imposible de ignorar:

"No hemos encontrado colegios que, separando a sus estudiantes, logren cerrar las brechas. Lo que logran, lo hacen con otras medidas que no son la separación de estudiantes por habilidad, por lo que esta práctica no cumple con la premisa de enseñar mejor", comenta Ernesto Triviño, el experto del Centro de Políticas y Prácticas en Educación (Ceppe) de la Universidad Católica.

La actual ley de inclusión no prohíbe la práctica interna en los colegios, de dividir a los alumnos por grupos, aunque más allá de legislarla, Treviño considera mejor que las autoridades orienten a los colegios para que no realicen más estas separaciones.

3. No hay calidad sin liderazgo directivo

Hay buenos jefes y malos jefes, lo mismo con los directores. Si un director no está motivado, si se ha rendido con sus alumnos y no le exige a sus profesores, o no los guía con profesionalismo y visión, es prácticamente imposible mejorar la calidad de la educación. Sí, es uno de los tantos factores, pero uno de los más importantes. Lo comprueban experiencias exitosas en contextos altamente vulnerables, como las Uncommon Schools y el método Kipp (que este año llegó a Chile).

La Agencia de Calidad de la Educación reconoce esta variable como uno de los siete aspectos en común entre todas las escuelas que han destacado en sus resultados. No es coincidencia.

Este liderazgo se relaciona también con la gestión de los docentes en el fomento de estrategias pedagógicas y de evaluación, además de la existencia de una retroalimentación, ambos factores comunes que también destaca la Agencia como claves en las escuelas de buenos resultados.

4. El hábito lector es imprescindible

Este factor es ineludible y lo demostraron los colegios punteros. Es necesario que exista un hábito de lectura tanto en los estudiantes como en sus padres y madres, un desafío que nuestra sociedad tiene pendiente hace bastante tiempo y que ha dañado no solo el rendimiento de los niños en el Simce, sino que se ha manifestado en la comprensión lectora de los adultos, donde más del 80% de los chilenos entre 16 y 65 años no entiende bien lo que lee.

Si queremos educación de calidad, hay que preocuparse de la lectura y no solamente dejarlo en manos del colegio, sino hacerla parte de la rutina familiar. Que nuestros hijos nos vean leyendo, hacerlo en cualquier espacio y conversar sobre sus gustos lectores, son algunas de las maneras de fomentar la lectura en el hogar.

5. Se aprende mejor en ambientes agradables

A los alumnos hay que ponerles límites y enseñarles a controlarse, pero todo debe realizarse en un ambiente de respeto y buen trato, otros dos indicadores que marcaron la diferencia en este Simce 2015, entre los colegios con buenos y malos resultados.

Es más común de lo que creemos, ver a profesores e inspectores rendidos con los niños "problemáticos", y se entiende, no son nada de fáciles de manejar y muchas veces la paciencia se agota. Pero cuando el respeto y el buen trato se pierden, para uno y otro lado, se genera una barrera para el aprendizaje. ¿Acaso les motivaba a ustedes aprender con el profesor que les caía mal?

Una de las buenas medidas a tomar por parte del colegio, es poner más atención en la integralidad de sus alumnos y considerar que detrás de una mala conducta, siempre hay razones. Como demuestra la Escuela Agroecológica de Pirque, que recibe a muchos niños expulsados de otros colegios, mientras más confianza se tiene en los alumnos y más atención a la raíz de sus reacciones, mejor apertura de parte de ellos y, de paso, mejor aprendizaje.

#Simce 2015: 📝 ¿Qué hacen las escuelas que logran mejores resultados? Las 7 prácticas que marcan la diferencia. pic.twitter.com/kK3OSLQoVE

— Ministerio Educación (@Mineduc) 25 de abril de 2016

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