Imagen: César Mejías

Las tareas escolares son excesivas y poco efectivas. Chilenos se unen para eliminarlas

Padres se han unido en un movimiento y diputados presentarán un proyecto de ley para acabar con las tareas escolares que, lejos de aportar en el aprendizaje, pueden afectar negativamente el desarrollo de los niños. Este es el panorama, ¿qué harían ustedes?

Por Magdalena Araus @mmaraus | 2016-05-12 | 12:00
Tags | educación, colegios, escuelas, tareas, estudios, aprendizaje, Mineduc, estrés, La Tarea es: sin Tarea

* La comuna de Las Condes, anunció recientemente que cambiará las tareas escolares por talleres extraprogramáticos. Además, hace un tiempo el Senado aprobó en general proyecto que elimina tareas, luego de que el Mineduc recomendara ponerle límites. Te dejamos aquí un artículo que escribimos hace un tiempo sobre el centro de la discusión.

Mi sobrino tiene 8 años y escuché de sus propia boca decir que estaba estresado. Intenté salvar la situación diciendo que quizás era cansancio, pero que jamás un niño de su edad tendría por qué estresarse por nada, nunca. "No, sí, en serio, a veces me estreso", se defendió. Sintiendo algo de lástima combinada con ternura, y pensando que usaba el término sin saber del verdadero diagnóstico (al igual que la mayoría de los chilenos), le pregunté su razón. Su respuesta: las tareas escolares.

¿Cuántas horas pasan los niños haciendo tareas? ¿Estamos exagerando con la carga? ¿Son una ayuda para el aprendizaje o un impedimento para desarrollar otros aspectos de la persona? ¿Qué rol tienen los padres?

Varios papás y mamás preocupados de ver a sus niños colapsar con tanto trabajo en sus casas, y cansados de pasar el poco tiempo que tienen con ellos haciendo tareas, se unieron en una cruzada para luchar contra ellas y poner el problema a la vista: el movimiento La Tarea: es sin Tareas.

Paralelamente, los diputados Romilio Gutiérrez (UDI) y María José Hoffmann (UDI), ambos integrantes de la Comisión de Educación, presentarán un proyecto de ley para restringir o eliminar las tareas escolares, que tiene como objetivo fortalecer el vínculo de los padres con sus hijos, mientras cuestiona la persistencia de su uso a pesar de haber pasado, hace años, a una Jornada Escolar Completa (JEC).

En el mundo, no hay estudios suficientes que sustenten la utilidad de las tareas para el logro de una mejor calidad del aprendizaje y el mismo Ministerio de Educación no cuenta con evidencia propia de su efectividad, es más, confirma que es una práctica que no está regulada y queda en manos de cada establecimiento.

¿Tiene sentido seguir mandándoles tantas tareas a los niños? ¿Es un tema que hay que regular por ley?

Demasiada carga en Chile

Opción 1: Llegar del colegio, el vaso de leche y a sentarse otra vez a trabajar. Si queda algo de tiempo, jugar.

Opción 2: Llegar del colegio, el vaso de leche, jugar y luego sentarse (enojado) otra vez a estudiar.

Esa es la rutina general de los niños en su período escolar. Según cifras de la OCDE,los escolares en Chile dedican en promedio poco más de cuatro horas semanales para realizar tareas en su casa. No parece demasiado. Está levemente bajo el promedio (5 horas) y es definitivamente moderado en comparación con el extremo de Shangai, donde alcanzan las 14 horas. Además, los promedios esconden los extremos, pues si bien algunos establecimientos procuran que el aprendizaje ocurra en la sala de clases, otros tienen una filosofía exactamente opuesta.

Sin embargo, otro estudio en Chile develó que en educación media un 41% de los adolescentes destina más de dos horas a realizar tareas escolares en sus casas y otro 32,5% le dedica entre una y dos horas al día. Mientras que en educación básica, un 26% destina más de dos horas y un 42% entre una y dos horas, tiempo que confirmó también una de nuestras periodistas, Macarena Fernández, en su experiencia personal como madre. ¿Por qué les mandan tantas tareas a los niños?

Las asignaturas son múltiples y cada profesor tiene su derecho a mandar un pequeño (o gran) ejercicio, lo que, al sumarse una docena de cursos, puede generar un exceso de trabajo. Además, desde la implantación de la Jornada Escolar Completa (JEC), que tenía como objetivo aumentar las horas en el recinto escolar para mejorar la calidad del aprendizaje, las tareas en vez de disminuir, aumentaron, sumiendo a los niños y jóvenes en trabajos extraescolares luego de haber estado hasta 8 horas cronológicas en el colegio.

Si queremos mirar ejemplos internacionales, el tema es de controversia mundial y el valor que se les atribuía a las tareas ha disminuido. En Finlandia, que tiene uno de los mejores sistemas educativos del mundo, casi no hay tareas. En Estados Unidos, numerosas escuelas y condados han reducido e incluso suprimido las tareas estos últimos dos años, señalan en La Tercera. El 2012 el presidente de Francia estableció la erradicación completa de las tareas extraescolares como parte de la reforma educativa, propuesta que fue replicada en Colombia.En España, los ciudadanos han puesto el tema sobre la palestra con una campaña apoyada por más de 200 mil personas.

Mucha creencia, poca evidencia

¿Ayuda realmente el trabajo "extra" a aprender mejor? Se cree comúnmente que mientras más duro trabajamos, mejor rendimos. Hace un tiempo analizamos que esto no era así y, como explicamos recientemente, el mismo Mineduc declaró que no existe evidencia de que las tareas ayuden a obtener un mejor aprendizaje. Y la OCDE también lo dice: el número promedio de horas que los estudiantes destinan a realizar tareas puede influir en ciertos casos, pero no está directamente relacionado con el rendimiento.

Mientras que los niños se sientan en sus casas frente a sus cuadernos, con poco entusiasmo e incrementando su rechazo al aprendizaje por obligación, Chile aún se encuentra entre los 20 países con peor desempeño (ranking OCDE), que no alcanzan el nivel mínimo que la organización considera exigible a cualquier adolescente de 15 años en este siglo.

Otro aspecto que hay que tener en cuenta es que las tareas escolares  tienden a alimentar la segregación social en los colegios, ya que en el hogar, las condiciones de los alumnos pueden ser muy desiguales. Aquellos que cuentan con un lugar para hacer los deberes tranquilamente y la ayuda de un adulto si es necesaria, no tienen ningún problema. ¿Pero, qué hay de aquellos que tienen otras situaciones? La obligación de cuidar de un hermano chico, la ausencia prolongada de su apoderado o un escaso capital cultural en la familia pueden ser situaciones que afecten el desempeño de los niños en la tarea, e incluso su prosecución.

Los análisis del leve o nulo impacto de las tareas sobre el rendimiento en el ámbito internacional es amplio, siendo The Case Against Homework (El Caso en Contra de las Tareas) uno de los ejemplos más conocidos que demuestra que tienen un efecto negativo en el desarrollo de los niños.

Vinka Jackson, psicóloga que encabeza el movimiento de padres La Tarea es: sin Tareas, el cual ya cuenta con más de 18 mil adeptos en Facebook, comenta que la evidencia internacional y chilena, en colegios públicos y privados, demuestra que se pueden obtener excelentes rendimientos, incluso los más altos "sin renunciar al cuidado de la niñez, a la emoción en el proceso de aprender, de descubrir talentos y desarrollar habilidades; y de fortalecer también la autodisciplina y responsabilidad (que son mucho más que “hábitos” a crear por mera repetición y sobrecarga de deberes)".

Insiste que el aporte de las tareas al proceso del aprendizaje es mínimo en relación a los costos que tiene, pasando a llevar el descanso, el tiempo de juego y de compartir en familia.

"Las jornadas escolares hoy son de seis u ocho horas, casi equivalentes a una jornada laboral adulta, con la diferencia de que a nosotros nadie nos obliga a llevar trabajo a la casa y mostrar resultados al día siguiente. Dudo mucho que alguien aceptaría una rutina así, pero los niños no tienen alternativa”, explica Vinka.

Además, cuando la carga de tareas es excesiva, incluso pueden afectar la salud de los niños, aumentando el estrés y generando de problemas físicos y psicológicos, indica un informe de la OMS (2014).

El costo de las tareas

La lucha de los padres en contra del exceso de tareas también contempla que el tiempo que tienen para estar con ellos se ve interrumpido por la necesidad de sentarse a trabajar. Considerando un horario laboral estándar, la llegada de la oficina es a las 7 pm (si tienen suerte), por lo que el tiempo para estar con los hijos antes de que duerman es breve.

"¿Por qué la única hora que tenemos disponible para jugar, regalonear o leer algo entretenido tenemos que usarla en reforzar el trabajo del colegio? No lo entiendo y me rebelo ante eso”, manifiesta Paulina Fernández, abogada tributarista y madre de tres niños, que también lidera el movimiento anti-tareas en Chile.

Por cierto, unido al valor de compartir en familia, está la importancia del espacio recreativo. Jaime Retamal, Doctor en Educación y académico de la Universidad de Santiago,advierte que "la mente escolarizada necesita tener espacios de recreación y si los estudiantes están mucho tiempo en las escuelas, necesitan ocupar su mente y su energía en otro tipo de cosas que no sean las tareas".

Y es que  el juego y la recreación son otro tipo de aprendizaje necesario, que fomenta la búsqueda de otros intereses y la construcción de identidad. Además, forma parte del concepto de educación integral que hoy tanto se defiende. Jackson advierte que los niños chilenos juegan 6 mil horas menos de lo recomendado en sus primeros 7 años de vida (deberían ser 15 mil) y esto se debe a la combinación del aumento de la JEC con la cantidad de tareas.

Por otro lado, la pérdida de la creatividad infantil ha sido asociada a las tareas escolares por Susan Hallam, luego de un estudio de 75 años en el Reino Unido, donde descubrió que estas sólo hacen una diferencia de un 4% en el rendimiento de los alumnos, mientras que el mayor impacto negativo se observó en pérdida de la capacidad inventiva y talentos de niños y jóvenes.

Casos como el de la red de colegios españoles que eliminaron asignaturas, exámenes y tareas, pueden ser un buen ejemplo para sostener que el desarrollo de la creatividad aporta de mucho mejor manera al aprendizaje, logrando una verdadera motivación de los alumnos.

Entonces, ¿hay que eliminar las tareas por completo?

Los argumentos que sostienen que las tareas son prescindibles son potentes, pero desde la otra vereda, quienes las defienden, contemplan sus beneficios como hábito de trabajo que ayudan a fortalecer otros valores necesarios para la vida.

Varios de los colegios ubicados en los primeros lugares del ranking PSU pertenecen a la organización SEDUC. Emilia Valdés, su directora de formación y estudios, explicó a la Tercera que "las tareas que se envían a la casa son un ejercicio para aprender, y permiten que los niños fomenten la responsabilidad, adquieran el valor del trabajo bien hecho, formen hábitos de estudio y potencien su creatividad”, añadiendo que es algo diario y que prioriza reforzar lo aprendido en clases.

La importancia del desarrollo de la autonomía y el trabajo planificado también es algo que hay que tener en cuenta en el aprendizaje de los niños y aunque se aplique en el colegio, trasladarlo a otro espacio lo hace más desafiante. Es cierto que cuando esos niños sean jóvenes y adultos, tendrán que estudiar por su cuenta y será importante para su vida que tengan desarrollado el hábito de hacerlo.

En el caso de querer utilizar las tareas con este fin, sería bueno considerar la organización por parte del colegio para que los trabajos se distribuyan bien por ramo y que signifiquen solo un momento de trabajo. Una profesora que defiende su aplicación en La Tercera, y prefiere no identificarse asegura: "Son buenas cuando están pensadas con un fin determinado y no deberían durar más de 15 o 20 minutos bajo ningún punto de vista".

Retamal tampoco rechaza por completo que se envíen deberes escolares para la casa, pero insiste en que deben reenfocarse: "no todas las tareas son una carga y una obligación de corte externo. Hay tareas que son motivantes, ayudan a generar procesos más creativos, de innovación, son desafíos, entretenidas, simpáticas, y esas son absolutamente recomendables". El experto propone otras alternativas como lecturas, el uso de nuevas tecnologías o visitas a museos.

* Mientras se debate el tema, se buscan alternativas y los niños siguen con tareas, acá dejamos unos buenos consejos para que los padres ayuden a sus hijos, sin colapsar en el intento.

¿Qué opinas de las tareas escolares? ¿Crees que deben eliminarse?