Pocos cineastas tienen el privilegio de escuchar diez minutos de aplausos tras el estreno de su película. Y es que fueron diez minutos de ovaciones de pie, con las que el público agradeció y manifestó su encanto, tras presenciar el último film de un cineasta chileno que ya tiene 87 años, Alejandro Jodorowsky. Al otro día escribiría en Twitter, con su particular sentido del humor: “Cannes, imposible escribir para ti. Después del gran éxito de Poesía sin fin, me tienen encerrado haciendo entrevistas. Hasta mañana”.
Mientras, otro chileno también triunfaba en el mismo escenario y de manera casi simultánea. El viernes anterior, Pablo Larraín presentaba su última película, Neruda, la que fue calificada por la crítica como “lo mejor del director”, una producción que aseguraría la expansión internacional del cineasta. Gael García Bernal, uno de los protagonistas, escribiría más tarde en Twitter, “Ay! Que nos fue a todo dar con Neruda! Ese acto fraterno del cine, es especial con chingones como Pablo Larraín”. El cine chileno la rompe esta semana en Cannes y motivos tiene de sobra.
El Ministro de Cultura despidió la semana pasada a 50 profesionales de la pantalla grande, una contundente delegación chilena que hoy saca la cara por nuestro país en Cannes. “Estos encuentros son resultado del trabajo que hemos estado realizando para potenciar y formalizar alianzas internacionales, para que nuestra cultura llegue a nuevos territorios y mercados. Además, servirán para avanzar en materia de coproducción y fomento con los países con los que tenemos acuerdos y también con aquellos con los que estamos gestionándolos, como es el caso de Alemania, y para generar y consolidar lazos entre las instituciones cinematográficas, productores y creadores”, agregó. Durante la jornada de este año en Cannes, que se desplegará entre el 11 y el 22 de mayo, la comitiva chilena busca concretar nuevos negocios y acuerdos que le permitan, en el futuro, desarrollar nuevos proyectos.
Chile participará en eventos bilaterales en el Marché du Film junto a Brasil, Italia, Bélgica y Croacia, la idea es avanzar en coproducción audiovisual y generar nuevos lazos creativos. Esta instancia de conversación y encuentros que ofrece el festival, constituye un lugar estratégico para la industria y una oportunidad de concretar negocios. Además, nuestro país estará presente con un stand gestionado por Cinema Chile, ubicado en el Palais des Festivals y en el Short Film Corner, en donde se exhibirá un corto que representa un resumen sobre la realización audiovisual del país.
En el marco del Marché du Film, Chile presentará 70 realizaciones ya listas o aún en proceso de producción, entre ellas: El Bosque de Karadima (Matías Lira), Fragmentos de Lucía (Jorge Yacoman), El Tila: fragmentos de un psicópata (Alejandro Torres), Aquí no ha pasado nada (Alejandro Fernández), El Cristo ciego (Christopher Murray), Jesús (Fernando Guzzoni) y A la sombra de los árboles (Matías Rojas). Nos quedan muchos participantes en el tintero y nos resulta difícil nombrarlos a todos, basta con decir que la delegación este año va muy cargada de producciones, preproducciones e ideas que buscan encontrar en Cannes un escenario o un buen acuerdo para concretarse.
Por otra parte, como contábamos al principio, este año dos largometrajes chilenos fueron ya presentados en la "Quincena de los Realizadores", Neruda (Pablo Larraín) y Poesía sin fin (Alejandro Jodorowsky), representando también a una Latinoamérica bastante tímida este año en Cannes. La "Quincena de los Realizadores" es una de las competencias más antiguas del certamen y funciona en paralelo a la central. De acuerdo a lo que nos cuenta Mariane Hartard, productora ejecutiva de Neruda, aquí no se compite por la Palma de Oro, pues la convocatoria tiene un objetivo distinto; presentar realizaciones independientes. Si bien la Quincena de los Realizadores premia finalmente a los más destacados, la instancia tiene un perfil mucho menos competitivo.
“Es 1948 y la Guerra Fría llega a Chile. En el Congreso, el Senador Pablo Neruda acusa al gobierno de traicionar al Partido Comunista y es desaforado por el Presidente González Videla (Alfredo Castro). Se le ordena al prefecto de la Policía de Investigaciones Óscar Peluchonneau (Gael García Bernal) que aprese al poeta”. Así comienza la sinopsis de Neruda, película que tendremos que esperar hasta el 11 de agosto para ver en nuestros cines y que promete, de acuerdo a Mariane Hartard, ser una película con tintes policiales. Un Neruda fugitivo, muy lejos de los arquetipos usuales, lejos del símbolo del gran poeta del Nobel, un film que no pretende ser una película biográfica, sino más bien el relato de un momento que revela a un Neruda más humano y, de acuerdo a Mariane, le da la oportunidad de reinventarse.
Pablo Larraín, Fábula. |
En palabras del director de Neruda, Pablo Larraín: “Vemos y sentimos a Pablo Neruda como un creador tan complejo, extenso y prácticamente infinito, que es imposible meterlo dentro de una caja, dentro de una sola película que pretenda configurar o definir su personalidad y su obra de manera acabada y definitiva. Por eso elegimos la fuga, el policial y la leyenda literaria. Para nosotros Neruda es un biopic (película biográfica) falso. Un biopic que no es un biopic, porque no nos tomamos tan en serio la idea de retratar al poeta, sencillamente porque no es posible. Por eso decidimos elaborar una película desde la invención y el juego. Para que la audiencia pueda volar con sus poemas, su memoria y su ideología comunista de guerra fría”.
Larraín plantea que la película se puso en marcha como una roadmovie, un viaje en el que el poeta debe esconderse, evolucionar y deambular en un paisaje que lo transformará, “hicimos una novela que nos habría gustado que Neruda leyera”, agrega.
Mariane señala que el viernes pasado el film fue presentado en Cannes y recibió una acogida sorprendente, los más destacados sitios de reseñas cinematográficas calificaron a Neruda con excelentes críticas: “las sorpresas siempre vienen al final en las películas de Pablo Larraín, cuando de repente todo se junta y el público queda en el cine con una sensación de iluminación y shock”, de acuerdo a lo que publicó el popular sitio Variety.
Pablo Larraín se continúa perfilando como uno de los cineastas chilenos con mayor proyección internacional, sumando esta experiencia a otros hitos en su carrera como la nominación al Óscar por No, en 2012. Pero Larraín no sólo se queda con esto, el director sorprende en Cannes con otra realización que ya se encuentra en etapa de postproducción y que tiene a todos los fanáticos de Natalie Portman en Chile haciendo mandas por que su estreno sea lo antes posible: Jackie.
Este ambicioso proyecto retrata la vida de la mujer del presidente Kennedy en los momentos posteriores al asesinato de su marido. Sí, Portman hace de Jacki Kennedy, dos de las mujeres más codiciadas de la historia en un solo rol. El film fue presentado por Larraín en Cannes con un clip promocional de siete minutos que dejó a varios críticos encantados: “La película tiene una textura granulosa con reminiscencias a los años 60 e incluye clips de 1963, lo que tiene el efecto de difuminar los límites entre el archivo y la representación”, de acuerdo a lo asegurado por Indiwire. Al parecer, la actuación de Portman convenció a la mayoría de los asistentes. Hay pequeños detalles en su actuación, tales como su famosa voz entrecortada, que hicieron que su papel se hiciera muy creíble.
Primera imagen revelada del film por Vanity Fair. |
La cinta recién se estrenará en 2017 pero, de acuerdo a productora Fábula, fue filmada en París y su etapa de producción ya ha concluido. Indiwire agrega que se perfila como uno de los títulos más apetecibles para la compra en esta versión de Cannes 2016.
Poesía sin fin es la secuela de la ya estrenada La danza de la realidad (2013). En esta película autobiográfica, el director deja atrás sus años de infancia y comienza a narrar su adolescencia, el momento en que deja atrás a su natal Tocopilla para seguir a sus padres a Santiago, en donde vive sus primeras experiencias de amor, sexualidad e independencia. También en Santiago es donde Alejandro decide dedicarse a la poesía, en contra de la voluntad de su padre, debiendo afrontar a un hombre que ya se perfilaba como autoritario en La Danza de la Realidad.
Por otra parte, el film también presenta los primeros encuentros de Jodorowsky con el mundo bohemio de los poetas en el Santiago de la época: Enrique Lihn, Nicanor Parra y Pablo Neruda (y, de paso, continúa bromeando sobre sus figuras en Twitter: “El poeta y su anti-poeta: Pablo Neruda y Nicanor Parra. Sus iniciales: PN==NP. No me digan que Dios no tiene sentido del humor”). De alguna manera, Poesía sin fin, junto a Neruda, han contribuido, sin acuerdo de por medio, a bajar a Neruda del pedestal en que siempre se lo había representado, humanizando su figura.
Escena de Poesía sin fin, El Universal. |
Lo particular del film es que fue protagonizado por sus propios hijos: Brontis, en el papel del padre del director, y Adán, en el papel del propio cineasta. Incluso el mismo Alejandro Jodorowsky aparece varias veces en la película. Una segunda particularidad del film, es que fue financiado por alrededor de 10 mil seguidores del cineasta, lo que resulta bastante atípico.
Quienes han podido ver la película, aseguran que con ella Jodorowsky retoma el lenguaje poético y metafórico de La danza de la realidad, haciendo un cine con un lenguaje más asequible para el común de la gente, algo que era menos visible en sus películas anteriores. Con esta producción, el cineasta ha declarado que pretende sanar heridas de su pasado e invitar a los telespectadores a que, junto a él, puedan también sanarse de sus propias heridas.
Algo que Mariane Hartard, destaca respecto al desempeño de Chile en la celebración de Cannes este año, es la gran labor que ha hecho la fundación Cinema Chile: “Están haciendo una gran pegaen cuanto a la coordinación de todos los participantes en este tipo de festivales clase A. Ellos han logrado aunar bajo una misma organización a todos los realizadores chilenos que antes tenían que realizar sus gestiones por separado. En esta ocasión Chile tiene en Cannes una mayor presencia, lo que refleja una labor de coordinación por parte de Cinema Chile bastante impresionante”.
Agrega que, gracias a este tipo de iniciativas, hoy el cine chileno se siente más apoyado que nunca, tanto por organizaciones de gobierno como privadas, aunque aún falta mucho por hacer. “Cada vez es menos raro quedar en este tipo de festivales, hace diez años era algo casi imposible”, agrega.
Y precisamente la idea tras Cinema Chile, fundación a cargo de Constanza Arena, es esa: promover el cine chileno en el extranjero y la producción de televisión independiente, marcando presencia en festivales y mercados internacionales que sirvan para generar lazos con la industria cinematográfica de otros países. Si quieres saber más sobre ellos, puedes leer la entrevista que hicimos a Constanza a principios del año pasado.
Este año, Chile aporta a Cannes un contenido que cuestiona los modelos establecidos y se la juega por proponer tramas con conexión con lo humano, mostrando la trayectoria de importantes figuras. Gracias a la originalidad y creatividad de los realizadores y productores chilenos, más el apoyo de iniciativas como Cinema Chile, nuestro país se está haciendo un nombre en la arena internacional y aspira a desafiar a los gigantes de la industria.