Si hay una localidad aislada en Chile es Isla Mocha. Esta pequeña isla paradisíaca, declarada sitio sagrado para los mapuches, se ubica en las costas de la provincia de Arauco en la Región del Bío Bío y cuenta con 800 habitantes que se dedican principalmente a la pesca.
Su geografía montañosa hace su acceso aún más difícil, y es por esto mismo se dice que siglos atrás fue escondite de piratas ingleses y holandeses como el famoso corsario Francis Drake. A la fecha, aún cuesta mucho llegar a la isla y las únicas formas de hacerlo son en avioneta o embarcación, lo mismo que para Juan Fernández, pero la diferencia es que su turismo es bastante más escaso, y sólo cuentan con un hotel, por lo que sus habitantes están más aislados aún.
Si bien los mochanos (como se les llama a los habitantes de la isla), cuentan con un hospital público y con un equipo médico general estable, los servicios de salud menos urgentes y específicos no están presentes, y para obtener este tipo de atenciones médicas deben salir de la isla a una localidad cercana. Es por esto mismo que el actual alcalde de Lebu (municipio que se encarga administrativamente del territorio), solicitó incluso al Estado un subsidio para mejorar la conectividad de la isla.
Salud dental, atención veterinaria y servicios legales, son algunas de las principales carencias de la isla, y ante esta situación la Universidad San Sebastián ha emprendido el proyecto "Dejando Huellas en Isla Mocha", liderado por la Dirección de Asuntos Estudiantiles (DAE), con la intención de solucionar este problema, facilitando el acceso de la población de Isla Mocha a importantes servicios, gracias a la participación de estudiantes y académicos de las tres carreras de la Universidad (Medicina Veterinaria, Odontología y Derecho).
Ya llevan tres operativos de asesoría legal y judicial, de medicina veterinaria y de odontología realizados exitosamente en la isla, en el que estudiantes y académicos van a la isla para tratar directamente a los pacientes y animales, del cual les contamos más detalles a continuación.
El director del DAE de USS Concepción, Hans Heyer, quien viajó a la isla con los equipos de trabajo, señala que "es una experiencia significativa y de alto impacto, no sólo para nuestros estudiantes sino también para los habitantes de la Isla. Es una excelente oportunidad para poner toda nuestra experiencia al servicio de la comunidad”, y agrega que estas intervenciones, además de permitir a los estudiantes poner en práctica los conocimientos adquiridos y fortalecer así la dimensión profesional, buscan tener continuidad en el tiempo para dar una solución más permanente a las necesidades de los pobladores.
Diez alumnos voluntarios de Odontología , acompañados de la directora de carrera y otras dos docentes, atendieron a 88 pacientes de la isla de forma gratuita, a quienes les realizaron fluoraciones, sellantes, destartraje, saneamiento, exodoncias, inactivación de caries, entre otros procedimientos. Además realizaron charlas educativas sobre salud oral a niños y adultos.
Patricia Maureira, directora de carrera comenta: "tuvimos la oportunidad de aportar con acciones concretas a personas que necesitan mejorar sus condiciones de vida. Los estudiantes evidenciaron todos los conocimientos y habilidades aprendidas".
Por su parte, la estudiante de Odontología que participa en el proyecto, Carolina Yamal, señaló que "este tipo de actividades nos permite crecer como profesionales integrales con un profundo sentido de responsabilidad social".
Fueron ocho alumnos de quinto año de Medicina Veterinaria, quienes partieron a la isla para realizar desparasitación y administración de suplemento vitamínico a cuarenta perros y gatos y a 86 caballos entre el sector Norte y Sur de la isla. Además, realizaron limpieza de cascos a los caballos y asesoramiento a los dueños para mejorar el cuidado de sus animales.
María Paz Cataldo, estudiante de Medicina Veterinaria, comenta que "la participación en este proyecto potencia mi formación como profesional, ya que nos permite reconocer otros entornos, con otras carencias y dificultades, y comprender que la presencia de un médico veterinario es de suma importancia. Además podemos realizar manejo de los animales en terreno, y salir de alguna manera de un ambiente cómodo que nos limita. El hecho de conversar con los pobladores y explicar tratamientos, además de resolver dudas como un verdadero profesional, nos permite estar un paso más cerca de la realidad”.