Imagen: César Mejías

Colegios separados por sexo: ¿bien, mal o da igual?

La petición de una niña para entrar a un colegio emblemático de hombres, provocó una hecatombe filosófica-educativa que tiene a todo el mundo hablando de este tema. Aquí te contamos lo bueno, lo malo y lo feo de toda esta discusión.

Por Rodolfo Westhoff @rwesthoff | 2016-09-23 | 07:00
Tags | educacion, niños, niñas, colegio, sociedad, segregacion, sexo, genero, sala, clases

Todo partió con Marina Ascencio, una niña de once años que no se achicó ante nadie y le envió una carta al rector del Instituto Nacional, a la alcaldesa de la comuna de Santiago y hasta a la Presidenta Michelle Bachelet, manifestándoles su deseo de entrar al histórico liceo emblemático para hombres.

Entre otras cosas, apuntó a que era una injusticia el que ser mujer le impidiera acceder al establecimiento que hasta este año contaba con excelencia académica. Y ojo, que desde que eso hizo noticia (hace cinco días aproximadamente) el asunto ha ido agarrando tanto vuelo que ya tenemos senadores exigiendo que los colegios que reciban fondos del Estado no puedan segregar por sexo.

Así que sí, una niña de once años tiene a todo un país reflexionando sobre este tema. El que por cierto, da pie para un montón de opiniones y versiones, aunque solo el 4% de los colegios chilenos segregue por sexo. Es por eso que en El Definido decidimos ver qué dicen las posturas en torno a este asunto y aclararlo lo más posible para que puedan opinar informados.

Equipo “Marina Ascencio”

Desde la vereda de quienes están a favor de una educación mixta, el mayor argumento que suele esgrimirse es el de la inclusión social. Es decir, que el aula de clases replique lo que es la sociedad: variada, mixta, heterogénea.

Una investigación llevada a cabo el 2011 por un grupo de psicólogos de la Universidad Estatal de Pensilvania (y que fue publicada en la revista Science), concluyó que los colegios que segregan por sexo, tienen peores resultados en términos de calidad que aquellos que son mixtos. Eso sí, aclararon que eso no se veía reflejado necesariamente en aspectos académicos, sino que en aspectos sociales.

Por ejemplo, encontraron que los alumnos de colegios que discriminan por sexo son más propensos a aceptar estereotipos de género. Es decir, que las mujeres deben hacer tal y los hombres cual.

Lo mismo plantean los autores de The Pseudoscience of Single Sex Schooling (o La pseudociencia de la enseñanza separada por sexo, en español), artículo que también fue publicado en la revista Science y que fue elaborado por un grupo de ocho expertos en psicología y neurología, dedicados a temas de educación.

Además de este punto (reforzar los estereotipos de género y el sexismo), la investigación arroja que la educación segregada por sexo no tiene validez científica, que se defiende sobre la base de argumentos débiles y que inhibe las oportunidades de niños y niñas de poder trabajar juntos.

Equipo “niños acá, niñas allá”

En este otro lado de la vereda están quienes creen que la segregación por sexo en los colegios puede tener aristas positivas. Más allá de quienes puedan apelar a la tradición (como podría pasar con el Instituto Nacional), hay estudios sobre la materia que sugieren que este tipo de separaciones inciden en favor de los alumnos. Pero ojo, que no de todos, sino que de las mujeres en particular.

Eso afirma al menos una investigación elaborada por la American Association of University Women (o Sociedad Americana de Mujeres Universitarias, en español), titulado Cómo los colegios estafan a las niñas. Sí, suena feo y se pone peor. La investigación determinó que al interior de las salas de clases, las niñas reciben una cantidad “considerablemente” menor de atención que la que reciben sus pares masculinos, sobre todo cuando se trata de matemáticas.

Así también, sostienen que los profesores están más inclinados a fomentar a que los estudiantes masculinos participen de las clases (incluso cuando no demuestran intención de hacerlo), en comparación con las mujeres. Y peor aún: en escenarios en donde las mujeres son altamente competitivas en matemáticas y ciencias, siguen siendo mucho menos propensas que sus compañeros a continuar sus estudios en dicha áreas.

Eso si hablamos de estudios, ya que otros argumentos que hemos escuchado, como que los ritmos de educación son diferentes en niños y niñas o que cuentan con intereses distintos en la esfera del aprendizaje, no son frecuentemente respaldados por investigación científica. Aunque ojo, que no por eso van a dejar de ser menos importantes para determinadas comunidades educativas o familiares.

La visión de Educación 2020

Hablamos con Manuel Sepúlveda, director de Política Educativa de Educación 2020, y lo primero que nos contó es que en la organización valoran mucho el que se esté dando esta discusión, pero que lo ideal sería que no se centrara solo en colegios emblemáticos, sino que también en los particulares.

En ese sentido, asegura que “es positivo que los colegios avancen hacia una composición mixta de su matrícula, porque entendemos que la educación no solo basa su calidad en los aprendizajes tradicionales, sino que también en cumplir con el rol socializador. El conocer, compartir y enfrentarse al mundo real, mundo que es diverso y compuesto por hombres y mujeres”.

También agrega que la enseñanza en colegios mixtos tiene mucho que ver con la lógica del aprendizaje auténtico. “Ese concepto se refiere a que en educación, tienes que generar situaciones que sean reales. En el fondo, no se pasan contenidos de una nube, sino que para generar el desarrollo de habilidades que te permitan solucionar problemas del día a día”, explica.

Entonces, la lógica del aprendizaje auténtico requiere de escenarios que sean muy reales y generen una situación similar a la que se va a vivir cuando se salga del colegio. “Un colegio mientras más diverso, es mejor, porque el mundo es diverso y, en ese sentido, un colegio mixto se acerca más a la realidad”, argumenta.

¿Y qué pasa con la evidencia a favor de las niñas?

Según Manuel, el que las mujeres puedan llegar a tener un mejor desempeño cuando estudian en un colegio exclusivamente de mujeres, tiene que ver solamente con un problema de desigualdad de género y no de capacidades. “Esos resultados (favorables para las niñas) no se explican porque tengan ritmos de aprendizajes distintos y requieran de esta diferenciación. Es solo porque hay mayor expectativa, reforzamiento, etc., que hace que les vaya mejor a lo que les iría si fueran en un colegio mixto”, asegura.

Por ejemplo, plantea que si tuviésemos colegios mixtos en donde existe la claridad absoluta y el convencimiento que hombres y mujeres tienen las mismas habilidades y capacidades de aprender, sin ninguna distinción, obviamente los resultados serían mucho mejor. El asunto es que lamentablemente eso no siempre es así.

“Hay estudios que sugieren que los profesores dedican hasta el doble de tiempo a los niños, en comparación con las niñas. Eso te muestra la necesidad de que esta discusión no solo se quede en la composición de la matrícula, sino que también en lo que pasa en los colegios ya mixtos. Porque efectivamente, en esos colegios las niñas están en situación de desventaja dada esta desigualdad e inequidad de género que existe en el mundo”.

En parte, explica Manuel, esto se debe al prejuicio instaurado en la sociedad que sugiere que las mujeres son mejores en "ciencias blandas", mientras que los hombres son más hábiles con las "ciencias duras". Al respecto, es tajante al decir que esas ideas no tienen ningún fundamento ni justificación y que lo que terminan haciendo, es que los profesores pongan mayor foco en los niños cuando se trata de matemáticas, por ejemplo.