Imagen: César Mejías

¿Qué es ser pobre en Chile?

Ya varios hemos visto por ahí los porcentajes que hablan de esto, pero ¿sabemos realmente en qué se traduce? Aquí te contamos qué significa realmente ser pobre en Chile, tanto por ingresos como multidimensionalmente.

Por Rodolfo Westhoff @rwesthoff | 2016-10-04 | 07:00
Tags | pobreza, chile, casen, sociedad, extrema, multidimensional, encuesta

*Esta nota fue originalmente publicada en 2016, por lo que es posible que ciertos datos no estén 100% actualizados. Sin embargo, la destacamos hoy en día por ser un buen retrato de lo que significa ser pobre en Chile, conmemorando el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza.

La pobreza por ingresos ha caído de 29,1% en 2006, a 8,6% el año pasado (2017). Pero no tan rápido, que este indicador no siempre ha significado lo mismo aquí y en la quebrada del ají.

Por ejemplo, nuestro sistema de medición cambió en el 2013 y, de hecho, se incorporó un ingrediente extra: la pobreza multidimensional. Por otra parte, la definición de línea de pobreza puede variar según la entidad que la mida. Según el Banco Mundial, es vivir con menos de US$ 4 (CLP$ 2.700) al día, mientras que para nosotros, es pobre quien vive con menos de CLP$5.000, si es que vive solo.

Pero todo esto es mucho más complejo que simplemente un montón de números. Es por eso que en El Definido preparamos este artículo para contarte qué significa realmente vivir bajo la línea de la pobreza en Chile y cuáles son las variaciones que existen al respecto.

¿En qué se traduce ser pobre?

Nuestra definición de qué es pobreza se sustenta principalmente en los precios de la canasta básica de alimentos y cuánto dinero necesitamos para cubrir nuestras otras necesidades básicas (en serio, hay una fórmula matemática que la incluye). Por ejemplo, la línea de la pobreza, según el Ministerio de Desarrollo Social, es ese punto imaginario en donde se dividen las personas que pueden satisfacer sus necesidades básicas y las que no.

Esto quiere decir: vivienda, alimentación, salud, educación, seguridad y un largo etcétera; y en otras palabras, si no te alcanza para cubrir todo eso, estás en situación de pobreza. Aunque el asunto se vuelve más trágico cuando se trata de la pobreza extrema. En este caso, se habla de aquellas personas que solo pueden cubrir sus necesidades alimentarias al mes. Esto, en función de la canasta básica de alimentos y se traduce en menos de CLP$ 101 mil al mes.

Eso significa que durante en treinta días, la "despensa" de esa persona alcanza para, por ejemplo, 617 gramos de tallarines (seis platos, aprox.), 8,7 kg. de pan (como tres al día), 1 kg. de arroz, 536 grs. de carne molida, siete salchichas y un largo (aunque limitado) etcétera que puedes revisar aquí.

1.426.510 chilenos se encuentran bajo la línea de la pobreza, a lo que se suman 619.894 que viven en situación de pobreza extrema.

Varía por hogar

El asunto también va variando según la cantidad de integrantes de la familia. Por ejemplo, una persona que viva sola con CLP$ 151 mil al mes se considera bajo la línea de la pobreza, pero no así un hogar de cuatro personas que vivan con CLP$ 400 mil (siendo que cada uno viviría con CLP$ 100 mil, es decir, CLP$ 50 mil menos que aquella persona que vivía sola).

Esto, principalmente porque el costo de la vida se va abaratando cuando se comparte con los demás. Algo así como “donde comen cinco comen seis”. Y se explica, por ejemplo, en el costo de la vivienda: un arriendo compartido es mucho más barato. Para más detalles, pueden ver la siguiente tabla.

Pobreza multidimensional

Eso sí, todo lo anterior se basa estrictamente en los ingresos de las personas, por lo tanto apunta principalmente al ámbito material. Para todo lo demás existe la medición de pobreza multidimensional, que fue incluida con el cambio en la metodología del 2013. Esta arista, más allá de fijarse en el dinero de las personas, se centra en el acceso a un grupo de servicios y bienes primordiales. Ellos son:

Educación: este punto mide, entre otras cosas, la asistencia de los niños a clases en establecimientos educacionales, el rezago escolar y la escolaridad. Por ejemplo, un hogar es carente por asistencia escolar si al menos uno de sus integrantes de 4 a 18 años no está asistiendo a un establecimiento educacional y no ha egresado de cuarto medio.

Respecto al rezago escolar, se establece que un hogar es carente de educación cuando uno de sus integrantes de menos de 21 años se encuentra dos cursos atrasados (o más), mientras que en el caso de la escolaridad, un hogar falla en ese sentido si al menos uno de sus integrantes mayores de 18 años ha alcanzado menos años de escolaridad que los establecidos por la ley (en simple: que le está haciendo el quite al colegio).

Salud: aquí se hace hincapié en la malnutrición de los niños de seis años o menos, la adscripción al sistema de salud y la atención médica que se recibe. En cuanto a la malnutrición, se considera que un hogar es carente cuando uno de sus integrantes de 0 a 6 años está con sobrepeso, obesidad, desnutrición o riesgo de desnutrición. Lo mismo pasa si al menos un integrante de un hogar no está afiliado a un sistema previsional de salud y no cuenta con un seguro de ese tipo. Por otra parte, se consideran carentes aquellos hogares en los que un integrante tuvo un problema de salud en los últimos tres meses y no recibió atención médica, entre otras razones.

Trabajo y seguridad social: son tres puntos claves aquí. La ocupación, seguridad social y las jubilaciones (¡alarma de polémica!). Al respecto, un hogar es carente si al menos uno de sus integrantes mayores de edad se encuentra desocupado y a la vez busca trabajo. Lo mismo pasa si por lo menos un integrante de 15 años de un hogar se encuentra ocupado y no cotiza en su sistema previsional. Finalmente, en aquellos hogares en donde quienes se encuentran jubilados no reciben una pensión, ni ingresos de ninguna parte, se consideran carentes en esta área.

Vivienda: este es el último punto va más allá de la existencia de un lugar para vivir, sino que mide aspectos como el hacinamiento, estado de la vivienda y servicios básicos. En ese sentido, un hogar es carente si el número de personas en el hogar por dormitorio es mayor o igual a 2,5 personas. En cuanto a su estado, es un hogar carente si su techo o muros se encuentran en mal estado o si la vivienda está hecha de materiales precarios (como mediaguas). Por último, se considera carente si la casa no tiene acceso a agua potable y/o no cuenta con un servicio de eliminación de excreciones.

Eso sí, a partir de esos datos, definir con exactitud cuándo se es pobre cuando se habla de la pobreza multidimensional es complejo. Aunque la línea que lo divide consiste en el umbral mínimo para cada indicador, en el que se asegure un nivel mínimo con el que una persona pueda tener “una vida digna”. En ese sentido, el 20,9% de la población no pasa la prueba, ya que existen 3.547.184 de personas en Chile que se ubican dentro del grupo de la pobreza multidimensional.

De todos modos, comprender qué se nos mide cuando se habla de pobreza, es importante para saber qué deberíamos mejorar como sociedad. Ya que esto no siempre debería estar en las manos de los legisladores y “los otros”, sino que tenemos que verla como una tarea de todos.

¿Crees que los parámetros se acercan a la realidad? ¿Qué otras mediciones incluirías?