¿Sabes qué hacer si alguien se está ahogando delante tuyo con un pedazo de carne? Si conoces la maniobra de Heimlich, puedes salvarlo de la muerte. Si no, no. Cuando hay sólo segundos para reaccionar, no hay tiempo para improvisar, más vale tener claro qué hacer de antemano. Es así de simple: estar preparado es clave cuando de emergencias se trata.
En el caso de los desastres de origen natural es lo mismo, la información que conoce cada persona hace la diferencia. ¿Ante un terremoto, es mejor quedarse dentro o salir a la calle? ¿Sabes qué es lo primero que debes hacer cuando deja de temblar? ¿Qué debes hacer si quedas atrapado en un incendio forestal?
Puede existir un plan a implementar por las instituciones, pero si al final nosotros mismos no sabemos qué hacer, podemos pagarlo caro. Especialmente en un país propenso a desastres de origen natural. Después de todo, Chile registra 8 tsunamis en los últimos 90 años, 28 erupciones volcánicas en 100 años, miles de incendios forestales, inundaciones, marejadas y nevadas, aluviones y 25 terremotos en los últimos 70 años.
Los hechos del 27F demostraron que como país no estábamos realmente preparados para reaccionar frente a nuestra realidad geográfica. Fue una experiencia que llevó a la reflexión y al aprendizaje. Un estudio de la UNESCO sobre "Análisis de Riesgos de desastres en Chile (2011-2012)" explica que la vulnerabilidad de nuestro país ante los desastres, está dada en gran parte por el factor social.
Chile ha avanzado bastante en el estudio de las amenazas a las cuales está expuesto. Pero "el principal desafío en base a esta información (…) es conocer cómo las mismas pueden afectar a las comunidades, el ambiente, los sistemas y la infraestructura expuesta, a partir de la evaluación de su vulnerabilidad", señala el informe. Una de las prioridades de acción debe ser "utilizar el conocimiento, la innovación y la educación para establecer una cultura de seguridad y de resiliencia a todo nivel"
La ONEMI dedica gran parte de sus esfuerzos a esto. Una meta es convertir a los chilenos en expertos en prevención y acción ante los desastres de origen natural. Porque un par de conocimientos extra, instalados en nuestra memoria, pueden cambiar las consecuencias de un desastre en nuestras vidas.
¿Sabías que si hay un incendio en tu hogar, antes de abrir una puerta debes palpar la manilla? Si está caliente, debes buscar otra salida porque ahí está el fuego. ¿Y sabías que si hay un volcán en proceso de erupción debes usar un paño húmedo para respirar? De otra forma te puedes intoxicar con los gases del ambiente. ¿Y que si hay una disminución o aumento repentino del nivel en un curso de agua, conviene evacuar? La naturaleza te anuncia un aluvión.
La ONEMI quiere dar a conocer a las familias del país, qué es lo que debemos hacer antes y durante cada situación específica de desastre que nos pueda afectar. Es la campaña nacional "Familia Preparada". Son simples recomendaciones que son de gran ayuda para las emergencias de aluvión, terremoto, erupción, inundaciones, incendios comunes y forestales y tsunamis. Esto para reconocer las amenazas alrededor del hogar, las zonas seguras y puntos de encuentro e identificar los roles de cada integrante familiar: educar a la comunidad en el autocuidado. "Estar preparados es tarea de todos".
El Director Nacional de ONEMI, Ricardo Toro, indicó que “hasta el momento, 23 mil familias de todo Chile se han inscrito en la página www.familiapreparada.cl y esperamos que a través de las distintas campañas de prevención, su número aumente significativamente." Además se han entregado a lo largo de Chile trípticos con información sobre la campaña y kits de emergencia.
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Si quieres conocer más, puedes entrar a la página web de Familia Preparada.