Imagen: César Mejías

6 chilenos en el extranjero revelan qué es lo que debiésemos imitar de otras culturas

¿Cómo es la vida afuera? ¿Qué tan distinto puede llegar a ser un país al nuestro? ¿Qué cosas podríamos aprender de ellos? Aquí te contamos la experiencia de seis chilenos que se han enfrentado en carne propia a estas interrogantes.

Por Rodolfo Westhoff @rwesthoff | 2017-02-06 | 07:00
Tags | mundo, pais, extranjero, chile, experiencia, vivir, afuera

Se espera que en diciembre de este año se den a conocer los resultados del segundo Registro de Chilenos en el Exterior: una especie de radiografía para entender cómo se conjuga la comunidad chilena que se encuentra viviendo en el extranjero.

Y es algo bien importante, sobre todo si consideramos que los últimos datos corresponden al período 2003-2005. Según la información de ese entonces, hace más de diez años, estos son las principales claves que deberíamos manejar:

-Por lo menos hay 900 mil chilenos viviendo en el extranjero.

-Argentina, Estados Unidos, Suecia, Canadá y Australia son las cinco naciones en donde más chilenos hay.

-El 57,5% de ellos han vivido más de 20 años en el país donde se encuentran.

Pensando en los compatriotas que viven en otros países, en El Definido nos hicimos la pregunta: ¿qué valores rescatarían de esas culturas? Y así, preparamos este artículo con el testimonio de seis chilenos que se encuentran viviendo actualmente en extranjero por al menos dos años, o que vivieron por un buen tiempo fuera de Chile. Estos son los países en los que viven o vivieron, lo que rescatarían de ellos y lo que podríamos aplicar en nuestro país.

Inglaterra, Manchester

Hace tres años, la historiadora María Montt se fue a vivir a Manchester por temas de estudios. Después de todo este tiempo, define esa ciudad como “profundamente diversa, lo que se expresa y refleja en lo positivo como también en lo negativo”.

Respeto por las personas: eso es lo que más destaca María de la ciudad y cultura de la zona. “He experimentado estar en una comunidad que tiene, por un lado, un sentido de tolerancia y respeto por el otro a todo nivel. Ese respeto se expresa en distintos ámbitos, desde el ser puntuales - respetando el tiempo del otro -, a temas como el reciclaje - el forzar a reciclar lo más posible, con la municipalidad entregando basureros y el sistema educacional continuamente promoviéndolo-, educación y salud pública”, nos cuenta.

Convivencia vial: según María, allá se maneja de una forma más responsable, se respeta el espacio de los ciclistas y se usa mucho el sistema de trasporte público, que además de tener altos estándares de calidad, tiene un funcionamiento fácil de entender para todos.

Eso sí, agrega que últimamente ha habido muestras de racismo en esos espacios, aunque destaca que la sociedad ha reaccionado públicamente y condenado esas actitudes.

Nueva Zelanda, Auckland

Después de casi siete años viviendo en Nueva Zelanda, Paulina Godoy definiría la cultura de ese país como “Hakuna Matata”. Y para quienes no vieron el Rey León (¿existe alguien que no lo haya visto?) eso significa “Vive y se feliz” o “No hay problemas”. Así que podemos inferir que Nueva Zelanda es como el amigo relax de Oceanía.

Respeto y la convivencia de las culturas: es una de las cosas que más le gusta a Paulina del país. “La importancia que tiene la cultura Maori es un aspecto que deberíamos imitar, ya que no solo respetan la cultura originaria, sino que sienten mucho orgullo por ella. Algo que en Chile claramente no pasa con los mapuche u otras culturas originarias”, explica.

Valor que se le da al ocio: Paulina agradece este aspecto, ya que en Nueva Zelanda, el tiempo libre, las actividades al aire libre y el deporte son como un estilo de vida. Y hay más.

Amabilidad natural y rapidez: destaca que los kiwis son amables por naturaleza y no son muy fanáticos de la burocracia. “Es un país en el cual hacer un trámite de cualquier tipo, que normalmente tomaría semanas en Chile, lo hacen en solo minutos porque no se complican la vida. Son de buscar soluciones más que culpables”.

China, Taiwán

Sergio Edwards es un sacerdote que chileno que vivió 21 años fuera de Chile. De ellos, 19 los pasó en Taiwán como misionero, en donde rescató que “la cultura china es orgullosa - con justa razón - de su tradición milenaria”.

Respeto a la sabiduría: después de casi dos décadas allá, aprendió que allá se aprecia muchísimo el estudio, que hay un gran respeto por la autoridad, que los alumnos de los colegios se portan mucho mejor que en Chile y que se cuida mejor a los ancianos que en Occidente.

Tolerancia al error ajeno: considera que soportan bastante las faltas de otros, como por ejemplo, al manejar. “Allá, si uno se equivoca y maneja contra el tráfico, nadie te reta, a diferencia de Chile en que la gente es muy agresiva cuando uno se equivoca al conducir”, compara. Eso sí, lo que no perdonan son los o que uno deje en vergüenza a otro (que le haga "perder cara", como dicen allá).

Preferencia por las vacaciones "eficientes": otra cosa, nos cuenta Sergio, es que allá la gente no tiene la costumbre de tomar vacaciones para descansar, por ejemplo, en la playa. “Lo consideran una aburrida pérdida de tiempo. En vacaciones viajan a lugares donde no han ido antes y
si viven en el extranjero, vuelven seguido a su patria, pero por pocos días”.

México, Ciudad de México

Ignacia Labbé estuvo tres años viviendo en Ciudad de México, en donde hizo una maestría en estudios políticos y sociales. Tras su estadía ahí, cree que México podría definirse como “una cultura sorprendente llena de colores, olores y sabores”. Y lo que rescata son principalmente dos cosas.

Valor a los pueblos originarios: rescata el cuidado y orgullo por la cultura originaria de la zona, se sienten representados con ella, y la preocupación por conservar tradiciones y lenguas con el pasar del tiempo. "Sería bacán que Chile honrara y cuidara a sus pueblos indígenas como lo hacen allá", señala.

La muerte como algo natural: por otra parte, está la forma en la que ven el tema de la muerte. “El día de muertos es la mejor fiesta del año, llena de alegría, risas y hermosos altares. Creo que es muy sano el como ellos entienden el paso de la vida a la muerte, ya que lo consideran una parte de la vida y un momento de celebración y reencuentro familiar”, profundiza. "En Chile deberíamos tomarnos la muerte de una manera menos trágica".

Singapur, Ciudad de Singapur

Dos años en Singapur lleva viviendo Rafaela Arancibia, quien se fue para allá desde Suiza por asuntos de trabajo. Sobre el país, lo define como “una hipnotizante mezcla de Asia y Occidente, algo caótico en los días de semana (es uno de los países más densos en cuanto a población del mundo), ¡y muy caluroso en verano!

Vínculo con la tradición: lo que más rescata del lugar es la importancia y la energía con la que la gente sigue las tradiciones religiosas y culturales. Las herencias chinas e hindúes hacen que este país esté lleno de tradiciones que la gente valora y cuida, especialmente en familia.

Preocupación por el orden y la limpieza: además las personas están muy pendientes de no echar a perder su ciudad, preocupándose por mantenerla limpia y bella. “El país cambió mucho en 51 años desde su independencia y pasó de ser bastante pobre a ser un país muy desarrollado. Supongo que como esto ha pasado en tan poquito tiempo, la gente aún se acuerda del esfuerzo que pusieron en lograrlo y se nota que lo valoran día a día”, dice Rafaela.

Australia, Sídney

Daniel Uribe es un periodista al que le encanta viajar, pero en serio. Por eso ya ha vivido, aparte de Chile, en Canadá, Estados Unidos, Australia y Nueva Zelanda. Aunque a este último país está recién llegado. Todo esto se debe a que se mueve gracias a las visas Working Holiday, que le permiten trabajar en un país durante un determinado tiempo.

Y donde más rato estuvo fue en Sídney, Australia: dos años precisamente. Ahí aprendió que “Work hard, play hard” (“trabaja duro y después disfruta al máximo”) es una de las frases que usaría para definir la vida en el país de los canguros.

Priorización de la vida privada: “Primero está tu vida personal y después tu trabajo. Entonces, la ética laboral es notable. La gente trabaja desde las 8:30 hasta las 5 y trata de hacer lo más posible en ese horario. Después de la hora de salida, tu vida es tuya, y tu jefe y tus colegas lo entienden. Nadie te va a estar llamando fuera de horario ni esperando que tu vida gire en torno a la pega. Todos tienen hobbies, intereses, paseos a la playa, van al gimnasio, se juntan con amigos, etc. Nada de llegar de noche a la casa a dormir para morir hasta el otro día y volver a trabajar”, nos cuenta Daniel.

¿Has vivido en otro país? ¿Qué costumbres rescatarías?