Las redes sociales explotaron ayer con comentarios a favor y en contra de este Censo 2017. Twitter y Facebook se llenaron rápidamente de memes, los que evidenciaron que la gente se tomó el tema mayormente con humor, en especial con algunas de las preguntas del cuestionario, como por ejemplo: ¿quiénes durmieron anoche en la casa?, ¿quién es el jefe de hogar? o ¿cuál es su sexo?
Hay muchas personas que defendieron la necesidad de este censo abreviado, aludiendo a que no es posible que Chile esté diseñando políticas públicas con información errónea de la población, luego del Censo 2012 del gobierno de Sebastián Piñera, el que fue confirmado como un fracaso público a nivel mundial por no contemplar a casi un 10% de la población.
“Con las características del país no se puede improvisar”, señaló la propia presidenta Michelle Bachelet, aludiendo a la necesidad urgente de volver a censar al país.
Pero también muchos otros criticaron bastante la iniciativa, considerando que las 21 preguntas eran muy generales, que se podría haber aprovechado mucho más, que no se integró a las personas con discapacidades, que ni siquiera pedían la cédula de identidad, que había censistas poco preparados (le preguntaban hasta a las guaguas si tenían estudios superiores). También que cómo paralizaban un país completo para un cuestionario tan básico, que por qué lo hacen con lápiz a mina, que qué es eso de preguntar por el jefe de hogar; y por último, que muchos chilenos quedaron invisibilizados al no ser censados por diversas razones.
El demógrafo y observador internacional del Fondo de Población de la ONU, Ricardo Neupert, señaló su preocupación respecto al Censo 2017, indicando que “el problema es que se dejó de preguntar temas importantes como discapacidad y nacionalidad. Tengo mis dudas si gana en eficiencia si se reduce en unas cuantas preguntas. Y se está perdiendo la posibilidad de recolectar información valiosa”.
¿No habría sido más fácil recoger los datos del INE, registro civil y departamento de migraciones para contabilizar a los chilenos; y esperar al 2022 para el Censo final con las 42 preguntas habituales?
Mientras muchos continúan alegando sobre lo “inútil” e “ineficiente” de este Censo, o que sólo fue de carácter “político” para denostar el mal censo de Piñera del año 2012; tanto el gobierno como el INE calificaron la jornada de ayer como “una jornada cívica ejemplar” en la que se llegó a un porcentaje altísimo de viviendas.
Para entender un poco más las razones de la urgencia de este Censo abreviado y lo que se viene en adelante para poder armar políticas públicas efectivas, En El Definido les explicamos algunos hechos relevantes a saber.
Comúnmente los censos se realizan al menos cada 10 años en la población, para así tener un período suficiente de estudio para que los cambios sociales puedan evidenciarse.
El Gobierno decidió adelantarlo y hacer uno abreviado este 2017, luego del gran error cometido en el censo 2012 (y reconocido públicamente). Fue una promesa de campaña de Michelle Bachelet para poder trabajar en la creación e implementación de políticas públicas con datos actualizados.
¿Pero por qué un censo abreviado y no uno completo? Porque, según las autoridades, urge saber lo antes posible cuántas personas viven actualmente en Chile, considerando además el factor de que, en los últimos años, la tasa migratoria se ha triplicado en el país.
Para lograr tener resultados lo antes posible, es que se decidió realizar este censo abreviado que contempla sólo 21 de las 42 preguntas habituales y que se centra en dos objetivos: población y vivienda; contemplando preguntas más amplias pero fundamentales, relacionadas con la edad, sexo, educación, actividades económicas, distribución territorial, tendencias migratorias, fecundidad y características de la vivienda.
Por ser abreviado, Chile podrá contar con las cifras preliminares de la población en agosto próximo, en diciembre se lanzará un segundo reporte y durante el primer trimestre de 2018 serán conocidos los resultados finales. Si no hubiese sido "corto", la espera para obtener las cifras, sería mucho más prolongada.
Además, por primera vez que un censo considera a las personas en situación de calle de forma específica y prioritaria, incluyendo conteo inédito en carreteras, estaciones de metro y hospederías, gracias al apoyo del Fundación Gente de la Calle.
Uno de los principales problemas presentados en el censo, fue que muchos encuestadores no llegaron por lo que se produjo falta de voluntarios en algunas zonas y “sobre oferta” en otras; lo que entorpeció la jornada, ocasionando que muchas viviendas no lograran ser censadas.
Ximena Clark, directora del Instituto Nacional de Estadística (INE), explicó que el trabajo no terminó anoche, y que los funcionarios correspondientes seguirán en las tareas de censar a las viviendas que no se lograron contabilizar por diversas situaciones.
“Para aquellas personas que no tuvieron visitas de censista, vamos a llegar a sus casas. El operativo no termina en este día sino que continúa unas semanas más. Trabajan funcionarios del INE junto con funcionarios de las distintas municipalidades", aclaró la directora del INE.
Las personas que no fueron censadas por no encontrarse en sus viviendas, tendrán dos sistemas para contabilizarse y estar en la sumatoria final de la estadística:
1. Recibieron una citación con código de zona con dirección, a la cual pueden dirigirse a completar la encuesta hasta el 28 de abril.
2. Por primera vez y como un hecho inédito en Chile, se habilitó una página web (se lanzará mañana viernes), donde quienes no fueron censados podrán responder la encuesta desde sus computadores, ingresando el código que aparece en el papel que fue dejado en sus hogares.
Recordemos que, según la Ley 17.374 del INE, el no contestar el cuestionario implica sanciones monetarias que van desde los $7.587 hasta los $151.740 pesos.
Todos los datos específicos, como religión, miembros de la familia y su relación, nivel de reciclaje, idiomas dominados, niveles de estudio, bienes inmuebles, enfermedades presentes, etc.; serán recolectados en el censo tradicional de 2022 y que integrará 42 preguntas, en lugar de 21.
El INE informó que luego de esta medición, Chile regresará a los censos tradicionales cada 10 años y bajo la estructura tradicional, es decir, en un solo día feriado y con voluntarios; y que además cada cinco años, se hará otro de carácter abreviado como el que acabamos de presenciar. Así Chile tendrá entonces un censo cada cinco años.
Claramente salieron opiniones de expertos a favor y en contra:
“Los censos son caros y demandan muchos recursos tanto humanos como materiales”, dice Neupert. “Un periodo de 10 años es aceptable para actualizar datos para planificación y políticas públicas y también para actualizar el marco muestral. Más de 10 años es demasiado tiempo, pero menos de 10 años es muy costoso”.
Por otro lado, el sociólogo y académico de la U. de Santiago, Juan Carlos Oyanedel, señaló que es una buena noticia que el censo se haga cada cinco años, ya que permitirá ajustar de mejor forma las proyecciones de población y entregar información actualizada de los marcos de muestreo.