Imagen: Oliber

Oliber: la órtesis creada por estudiantes chilenas que la rompió en Silicon Valley

Creado por estudiantes de título de la Universidad del Desarrollo, esta simple órtesis con imanes y forma de guante tiene la capacidad de facilitarles la vida diaria a personas que no tienen manos funcionales.

Por Eloísa Alberdi | 2017-05-25 | 07:00
Tags | oliber, ortesis, protesis, ciencia, desarrollo, alumnas, udd, chile

Oliber es una órtesis, no una prótesis. ¿La diferencia? La primera es una pieza que facilita realizar acciones o actividades, mientras que la otra “sustituye” una parte del cuerpo para cumplir esas funciones.

El grupo de estudiantes chilenos que desarrolló esta idea se dio cuenta que las personas que tienen las manos atrofiadas –ya sea por piel de cristal, artritis, artrosis o amputaciones- no usaban prótesis porque les causaban daño o les quedaban grandes, entre otros problemas.

En esa misma línea, el objetivo de Oliber es darles autonomía a personas que no tienen manos funcionales y que no pueden hacer actividades cotidianas, como escribir, lavarse los dientes e incluso usar el celular. Consta de un trozo de género especial –no causa daño a la piel- que se envuelve en la mano del paciente. Además, tiene además incorporado unos imanes que sirven para recoger cualquier objeto con facilidad, sin ser incómodo. También está disponible en varios colores y diseños.

¿Y por qué el nombre Oliber? Según cuenta la tutora y guía del proyecto, Pía Benoit, porque “libera” a los usuarios, haciéndolos más autónomos. Échale una mirada al video a continuación para conocerlo mejor:

De la universidad a Silicon Valley

En un principio, Oliber fue parte de un proyecto de titulación alternativo al tradicional, dLab de la UDD. Allí, estudiantes de diversas carreras –aplicando sus conocimientos específicos- pueden trabajar juntos para crear un producto simple que le dé solución a un problema mayor y en este caso, de salud.

Fue así que estudiantes de diseño, ingeniería civil y comercial junto a Benoit –quien además es arquitecto y tiene un Magíster en Comunicación Integrada- llegaron al proyecto final.

La semana pasada, este quedó en el séptimo lugar entre seis mil participantes del International Business Model Competition (IBMC), donde compiten estudiantes de las mejores universidades del mundo. Según cuenta la diseñadora del producto, Bárbara López, el objetivo es desarrollar el producto completamente para que, además de venderse en Chile, tenga alcance internacional. 

No es primera vez que el proyecto destaca. El año pasado Oliber ganó distintos concursos de innovación chilenos y, gracias a los fondos recibidos, pudo seguir creciendo. Primero triunfó en el OpenGate de Corfo, Rain de UDD, la Ideatón –organizado por la Teletón- y posteriormente los galardonaron con la categoría plata en Jump Chile, el mayor concurso nacional de emprendimiento universitario. Esto finalmente lo pudo llevar a Estados Unidos.

El primer lugar se lo llevaron unos jóvenes de Estados Unidos con la aplicación para Android Instapath, que agiliza el proceso de la toma de biopsia para el cáncer. “Competir contra gente experta fue heavy, imagínate, de seis mil participantes quedamos en el séptimo lugar. Nuestro producto estuvo en boca de todos, quedaron impactados de cómo algo tan simple puede ayudar a tantas personas”, recuerda la diseñadora. 

Bárbara cuenta que Oliber quedó en una “incubadora” en Silicon Valley, es decir, una compañía donde el proyecto puede acelerar su desarrollo. También postuló a otra en Puerto Rico, donde aún están esperando respuesta.


Una solución para un problema irresuelto

Pía explica que “el gran desafío fue hacer un proyecto de innovación frugal -de alto alcance y bajo costo- para algún problema de salud. El equipo que yo estaba monitoreando empezó a investigar sobre los niños con epidermólisis bulosa o piel de cristal”, -una enfermedad que se caracteriza por heridas y úlceras en la piel que pueden provocar mucho dolor e incluso, que sus extremidades pierdan su funcionalidad.

Los jóvenes pudieron ver los principales problemas que afectaban su vida cotidiana: “primero pensamos en hacer una plantilla gel, también tuvimos la idea de hacer un calzón especial para que no genere roce y heridas. Finalmente, nos enteramos que los pacientes entre los 15 a 20 años pierden la mano casi completa, problema que los invalidaba en un 100%”, cuenta la diseñadora. Así fue como se dieron cuenta que ese era el tema más urgente y que necesitaba una solución.

Actualmente el producto tiene la validación de la Fundación Debra, que se especializa en apoyar a los pacientes con esta enfermedad. “Hicimos una alianza de certificación de producto, estamos acreditados de que el producto sí funciona. Esto es muy importe porque Debra tiene 53 filiales a lo largo del mundo, entonces llegaríamos directamente al mercado extranjero. Podemos externalizar Oliber directamente”, cuenta la diseñadora.

El próximo mes cualquier persona podrá acceder al producto. Tendrá un precio aproximado de 20 mil pesos y se podrá comprar directamente desde la página web oficial. Hasta el momento, este es el único producto que tienen y el equipo pretende seguir perfeccionándolo.

¿Qué te parece este proyecto? ¿Qué otras soluciones simples de gran impacto recuerdas?