Imagen: César Mejías

Chile es campeón mundial de renio. ¿Y para qué nos sirve eso?

Se podría decir que en Chile tenemos algo así como el “reino del renio”. Después de todo, las mayores reservas a nivel mundial se encuentran aquí (además de la mitad de la producción internacional). ¿En qué consiste y para qué se usa? Aquí te lo explicamos.

Por Rodolfo Westhoff @rwesthoff | 2017-07-20 | 10:41
Tags | renio, mineral, molibdeno, cobre, chile, reserva, mundial

*Esta nota fue originalmente publicada en 2017.

Es uno de los elementos más escasos de la Tierra, ya que ocupa el lugar 79 en el orden de abundancia. Eso significa que el renio está dentro de los nueve metales menos comunes en el planeta, pero pese a eso, en Chile no somos para nada ajenos a este. Más bien, se podría decir que somos como buenos amigos.

Después de todo, según las estadísticas del Programa de Recursos Minerales de EE.UU., nuestro país tiene más de la mitad de la producción de renio a nivel mundial, con un total de 25 mil kilos anuales, aproximadamente. Bastante lejos de Polonia y Estados Unidos, que son quienes le siguen con una producción que bordea los ocho mil kilos anuales.

Algo que nos viene como anillo al dedo, ya que es bien útil. Como nos explica Andrés Soto, director de la carrera de ingeniería civil en minas de la Universidad San Sebastián, desde que se descubrió este mineral en 1925, se le han encontrado usos en distintas áreas que van desde la petroquímica, pasando por la aeronáutica y llegando hasta la medicina.

¿De dónde lo sacamos?

Ahora, no es como que el renio se pueda encontrar en “estado natural” o por sí solo. Una de sus características es que siempre se encuentra asociado a otros minerales, como la molibdenita (que viene del molibdeno, que a su vez, viene de la refinación del cobre). O sea, tenemos buenas reservas, aunque hay un pero.

Cuando se habla de reservas, es importante separarlas en dos: las extraíbles con la tecnología con la que que se cuenta y las reservas base, que serían como la totalidad de los recursos que se estiman en una determinada zona.

En cuanto a las reservas (extraíbles), Chile tiene el primer lugar a nivel mundial con 1.300.000 kilos, muy lejos de Estados Unidos, que le sigue con 390 mil kilos. Pero cuando se trata de reservas base, Estados Unidos nos supera con creces, ya que posee 4.500.000 kilos, versus nuestros 2.500.000 kilos. ¿Por qué producimos más entonces?

Jacqueline Carvillo, estudiante de ingeniería civil industrial de la Facultad de Ingeniería de la Universidad San Sebastián (USS), nos explica que esto se debe a que en Estados Unidos “no poseen una industria minera tan fuerte como la del cobre en Chile, ya que su capacidad de extracción del recurso es muy baja”.

En ese sentido, Chile produce más renio porque produce más cobre, cuyo proceso de extracción es el que entrega los volúmenes de renio que mueve el país.

Bueno y… ¿para qué sirve?

Una de las mayores gracias de este escaso metal es que tiene una resistencia al calor muy elevada, ya que posee uno de los puntos de fusión más altos de la tabla periódica. Por eso, uno de sus principales usos tiene que ver con la industria aeronáutica, especialmente cuando se trata de recubrir cohetes espaciales y fabricar turbinas.

Esto se debe a que es muy útil para crear superaleaciones: combinación de dos elementos en los que por lo menos uno es metálico. La gracia es que así se “mezclan” sus propiedades, en este caso, la alta resistencia a las temperaturas (algo que es muy útil para las naves espaciales debido a las velocidades en las que se mueven y la fricción que generan).

Aunque también es útil para otras cosas, como por ejemplo, en el mundo de las gasolinas, que son producidas mediante el proceso catalítico de los petróleos. ¿De qué se trata esto? En pocas palabras, para la producción de gasolina se utilizan catalizadores, que hacen que el proceso sea más rápido.

Dentro de estos catalizadores, uno de los más importantes es el renio, el que se utiliza en conjunto con el platino. Esto, ya que “al unirlos, su tolerancia es mayor a la formación de carbono, lo que hace que se puedan producir gasolinas de alto octanaje sin plomo”, nos cuenta Jacqueline.

Pero eso no es todo. El renio también ha sido utilizado en el ámbito de la salud, específicamente en la medicina nuclear. De hecho, hace unos años un grupo de chilenos creó un compuesto a partir de renio que ayuda a hacer un diagnóstico precoz de células cancerígenas.

También existen “radiofármacos” de renio que están siendo objeto de estudio y que aún no se encuentran disponibles para su uso habital. La idea es comprobar su efectividad e inocuidad a la hora de combatir cáncer como el de próstata metastásico, por ejemplo.

Y por último, es utilizado para contactos eléctricos y electrónicos, dispositivos de flash fotográfico, e incluso joyería.

No es cualquier cosa

A todo esto, ¿les contamos lo caro que es el renio? Según un informe de la Comisión Chilena del Cobre (Cochilco) elaborado el 2016, el valor de este mineral bordea los US$ 3 mil el kilo (casi dos millones de pesos). Para hacerse una idea, el precio del cobre suele situarse alrededor de los US$ 580 la tonelada (algo así como CLP$ 390 mil). 

Así que, definitivamente, no se trata de un mineral que haya que tomar a la ligera. Sobre todo si consideramos la importancia de sus usos, el lugar que ocupa Chile al nivel mundial cuando se trata del renio y el gran valor económico que posee.

¿Conocías el renio? ¿Crees que deberíamos fomentar la industria entorno a este metal?