Recientemente se dio a conocer el informe mundial de ONU Sida "Ending Aids 2017", el que reveló noticias esperanzadoras. Se destaca que las muertes relacionadas al VIH bajaron a la mitad y que por primera vez en la historia, el 53% de los pacientes con virus tiene acceso a tratamiento y que el número de nuevos casos de infecciones está en caída a nivel mundial.
Pero Chile no tiene mucho que celebrar. Si bien es cierto que las muertes relacionadas al virus también han disminuido a la mitad, y que el plan GES o AUGE cubre el tratamiento desde el 2005; nuestro país fue el que presentó mayor aumento de nuevos casos de contagio de América Latina, con un incremento de un 34% entre el año 2010 y el 2016. Y lo que es más desalentador: el jefe del Programa Nacional de Prevención y Control de VIH/Sida del Ministerio de Salud, Edgardo Vera, señaló que según las cifras, este año el porcentaje crecerá a un 79% con respecto al 2010.
¿Las razones del aumento? El Ministerio de Salud lo atribuye mayormente al aumento de número de pruebas de detección al que se sometieron las personas, ya que los exámenes pasaron de 800.000 anuales en 2011 a 1,5 millones en 2016. Otros expertos, como Carlos Beltrán, presidente de la Corporación Sida Chile, señala que los jóvenes le han perdido el miedo al VIH ya que saben que hoy se puede vivir con tratamiento.
De todas formas las cifras son preocupantes (se estima que 61.000 personas padecen de VIH en el país), y si bien es positivo que la población esté más consciente de realizarse el examen; lo fundamental para frenar las alzas de nuevos casos es, sin duda, la protección. Más aún entendiendo que el mayor número de casos se presenta entre los jóvenes de 20 a 29 años (84% corresponde a hombres), y que el 40% de las personas que se diagnostican, lo hacen en una etapa avanzada del virus, lo que dificulta el tratamiento.
¿Qué hacer? ¿Incentivar el uso de preservativos? ¿Pastillas para prevenir la transmisión ¿Educación sexual temprana? Les presentamos lo que está proponiendo el Gobierno para hacer frente al tema y también los medicamentos que se están usando en el mundo para prevenir y que son recomendados por la OMS.
Son varias las medidas que se están implementando o se buscan implementar en un corto plazo para detener el aumento del contagio de VIH en Chile.
Por ejemplo, el Minsal anunció que este 2017 el Gobierno entregará 17 millones de condones (2 millones más que el 2016), con el fin de mitigar el aumento de los contagios; esto con el objetivo de ir acercando el diagnóstico y evitar el surgimiento de nuevos enfermos.
Además, se acaba de impulsar la campaña de prevención del VIH Sida y las enfermedades de Transmisión Sexual (la primera desde el 2015), que busca durante los próximos dos meses (en televisión, radio, vía pública e internet), crear conciencia del uso responsable del preservativo, la realización de exámenes preventivos, el acceso a la atención y a los tratamientos antirretrovirales.
El lema es: "Más lo ignoramos, más fuerte se hace", y recomiendan usar siempre condón y realizarse el examen, además de hacer un llamado a que el tema sea tratado directamente en las familias, de forma abierta y sin tapujos, indicando cuáles sonlas conductas de mayor riesgo y cómo deben prevenirse.
Con una propuesta más polémica, el senador y presidente de la Comisión de Salud del Congreso, Guido Girardi, indicó que se está trabajando en una política especial para los extranjeros que ingresan al país; señalando que "no se trata de ser xenófobos, pero la realidad que viven naciones como Haití son dramáticas. Debemos ser empáticos como país, pero también hacernos cargo de las políticas públicas en la materia”.
Por otro lado, si bien el plan AUGE ya garantiza el tratamiento del VIH en Chile, el subsecretario de Salud, Jaime Burrows, anunció que la cartera está elaborando un decreto que agrega mejoras (y recursos) a las disposiciones del AUGE para asegurar un tratamiento universal y de última generación, a partir de este segundo semestre.
Con lo anterior, Chile busca llegar a la meta "90-90-90" de la OMS que pretende que el 90% de las personas contagiadas sean diagnosticadas; el 90% de las diagnosticadas estén con tratamientos; y el 90% de quienes están con tratamiento, estén en remisión.
Por último, el Minsal anunció ayer que se está analizando la posibilidad de permitir la venta de test rápidos de detección de VIH en las farmacias privadas, que sólo demoran 15 minutos. Hoy, para acceder al examen se necesita una orden médica, razón por la que muchas personas no lo han hecho.
Este autoexamen propuesto por Minsal, que en primer término se utilizará en un plan piloto en hospitales de la Región Metropolitana y otra región por definir; cuenta con un 99,7% de efectividad y consiste en una punción digital (pinchazo), similar a la toma de muestra de un examen de glicemia. En los laboratorios privados su valor es cercano a los $15 mil pesos.
Con el test rápido se busca la detección temprana del VIH, que además de asegurar un tratamiento más efectivo, ayudaría a promover el uso de protección de personas contagiadas y de paso, prevenir nuevos contagios.
Una de las medidas preventivas a la que cada vez se unen más países (Canadá, Estados Unidos, Francia, Reino Unido), es al uso del PReP (profilaxis pre exposición) para personas en alto riesgo de contagio. Un medicamento oral antirretorviral en base a tenofovir, que bloquea la transmisión de VIH antes de la exposición al virus; y que fue incluido por la OMS entre los "medicamentos esenciales", listado que busca ser integrado en los laboratorios de todos los países.
Su alta efectividad depende derechamente del nivel de adherencia al tratamiento (una pastilla diaria llamada Truvada). Además, no sería un reemplazo del condón, ya que sólo previene el VIH y no las otras enfermedades de transmisión sexual.
Pero de acuerdo con investigaciones internacionales, el uso de este tratamiento que debe ser bajo supervisión médica; puede reducirla probabilidad de infección en más de un 90% (llegando incluso al 100%) de la transmisión del virus y alrededor del mundo solo se han registrado 4 casos de adquisición del VIH bajo este régimen en todo el planeta.
¿Por qué no se reparte en todo el mundo entonces? Porque su costo aún es elevado y porque su efectividad depende 100% en el grado de adherencia al tratamiento, similar a los anticoncpetivos orales. Es decir, si un paciente no es constante o si olvida de tomar la pastilla, los niveles de efectividad y protección se reducen inmediatamente.
La otra pastilla que también está tomando vuelo en el mundo y que es avalada por la OMS, es laPEP (Profilaxis post exposición), que a diferencia de la PReP que es preventiva, ésta es únicamente de emergencia, similar a la pastilla del día después.
El tratamiento de la PEP debe ser se debe comenzar, máximo 72 horas después de haberse expuesto al virus, y consiste en tres pastillas diaria durante 28 días para que el cuerpo defienda la contracción del virus y la persona permanezca con su estatus negativo.
Al igual que en el caso de la PReP, la PEP no ha sido objeto de estudios clínicos en nuestro país y el Ministerio de Salud no los tiene actualmente considerados dentro de sus programas de atención, porque su alto costo impide incorporarlos como medicamentos del sistema público; porque ambos pueden contar con efectos secundarios y porque sólo previenen el VIH, no las otras enfermedades de transmisión sexual, ni tampoco los embarazos no deseados.