Hay cosas que simplemente nunca están de más. Las siestas después del desayuno los fines de semana, los potitos de las alcachofa, las vacaciones, las vacaciones, las vaca... Después de todo, por ley los trabajadores chilenos con contrato tienen 15 días hábiles al año. Y felices tendríamos un par de días más.
Por suerte esto es algo de lo que se está hablando. Sin ir más lejos, esta semana el candidato presidencial Sebastián Piñera dio a conocer un paquete de propuestas económicas en las que se encuentra aumentar las vacaciones legales a 20 días hábiles anuales. Ñam.
Bueno, es de esas propuestas depolíticos que obviamente va a ser bien recibida. En todo caso, se podría decir que son noticias viejas, porque ya en mayo de este año la Cámara de Diputados declaró admisible un proyecto de ley presentado por la bancada socialista en donde se propone justamente eso: aumentar las vacaciones a 20 días.
Pero más allá de quién lo propuso primero, la duda que nos asaltó fue “¿por qué la pizza viene en cajas cuadradas si es redonda?”. Luego nos cuestionamos cómo andan las vacaciones alrededor del mundo y esto fue lo que nos encontramos.
Respecto a nuestra región coincidimos con el promedio de días pagados de vacaciones de Latinoamérica (15). Es lo que tenemos en Chile y que también poseen otros países como Colombia, Guatemala, Ecuador, El Salvador y Venezuela. ¿Quieren sentir envidia?
Hay otras naciones con vacaciones más largas y que incluso superan el promedio de los países europeos. Ahí están Nicaragua (30), Brasil (26), Cuba (24), Panamá, (22), Perú (22) y Uruguay (20 días + 1 extra por cada cuatro años de antigüedad). Claro que también hay quienes tienen peor suerte, como Costa Rica con 10 días, hasta llegar a México, el niño símbolo de las vacaciones cortas con solo 6 días hábiles al año.
Ahora, la cosa cambia si nos comparamos a nivel mundial, donde el promedio de vacaciones alcanza los 18,6 días. Y en la OCDE, es de 20,6 días anuales, liderados por Francia y Finlandia que les entregan 30 deliciosos días de descanso a sus trabajadores.
Eso sí, existen países desarrollados bien amarretes. Por ejemplo, en Estados Unidos no se garantizan por ley, sino que son consideradas como un beneficio que el empleado puede llegar a acordar. De todos modos, se estima que en promedio se toman 15 días hábiles al año, aunque en 2014 se determinó que más de la mitad no se habían tomado vacaciones en más de un año.
Mejor ni hablemos de China, cuyos trabajadores no empiezan a acumular vacaciones hasta después del primer año trabajando. De ahí cuentan con solo 5 días anuales hasta que lleven trabajando 10 años, momento en que pasan a tener 10 días de vacaciones. Recién suben a 15 cuando una persona ha estado en el mismo lugar durante más de 20 años.
Esta conversación suele desencadenar un debate que gira en torno a la productividad. ¿Podemos darnos el lujo de aumentar las vacaciones y –presumiblemente- dejar de lado la producción del país? Pues bien, al respecto hay varias posturas.
Empresarios salieron al paso de la propuesta de Piñera y no la miraron con muy buenos ojos. Entre otras cosas, se destacó que eso podría ser perjudicial para las PYMES y que es necesario hacer un análisis para ver si eso impactaría negativamente en nuestra economía.
Desde el Gobierno creen que es importante considerar que últimamente hemos tenido “problemas de productividad”, por lo que quizás no sería la mejor idea del mundo hacerlo ahora. Pero las vacaciones podrían esconder beneficios que sí incidirían positivamente en la productividad (o que, al menos, no tendrían un impacto negativo).
Uno de los casos que suelen citarse es el de Francia: 30 días de vacaciones al año y jornadas laborales de no más de 35 horas semanales, diez menos que en Chile. ¿Cómo anda en productividad? Más que duplican la de nuestro país. Aunque eso no necesariamente significa que más vacaciones y menos horas de trabajo impliquen mayor productividad, pero sí nos asegura que sí se pueden equilibrar más vacaciones y jornadas de trabajo más cortas con mayor productividad.
Teniendo eso en cuenta, hay tres factores que deberíamos considerar.
1. El estrés laboral se relaciona con una menor productividad: ya les hemos contado de los beneficios que hay detrás de trabajar menos horas a la semana, como por ejemplo, una mejor salud y una mayor productividad (proporcional a las horas trabajadas).
Esto tendría sentido no solamente pensando en la calidad de vida, sino si consideramos datos como el de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que estima que hasta un 3% del Producto Interno Bruto (PIB) de las naciones, se pierde por estrés laboral, que genera menor productividad y más ausentismo.
2. La evidencia promueve el descanso y las vacaciones: una investigación concluyó que trabajar por largos períodos sin vacaciones definitivamente no favorece a la productividad. De hecho, como consecuencia se encuentra el aumento del estrés y, por ende, una reducción en la producción. Algo similar concluyó otro estudio que, dentro de sus principales conclusiones, está que las vacaciones fomentan la productividad y son positivas para la economía.
Y no es por ser repetitivos, pero esta otra investigación arrojó que quienes se toman vacaciones tienen más probabilidades de recibir un aumento de sueldo (lo que se vinculó con su desempeño).
3. ¿Y a qué nos referimos con productividad de todos modos?: este tema lo tratamos anteriormente en El Definido y básicamente significa que las variables para analizar la productividad no siempre son acertadas, precisas o justas (después de todo, hay trabajos que simplemente no pueden “producir” más, como el de un recepcionista o alguien que hace el aseo).
"Por supuesto, se supone que trabajando más horas, vamos a producir más y compensar aquello, lo cual sería verdad si fuéramos máquinas, pero no es así con los humanos. Porque esa hora adicional de trabajo, como sabemos, en la mayoría de los trabajos, es la menos productiva de todas. Es cuando te quedas calentando el asiento esperando que dé la hora de salida o cuando tienes el cerebro fundido y tus tripas suenan porque no has tomado once y lo único que piensas es la pesadilla que será tomar micro en hora punta", planteó Marco Canepa en el artículo que citamos.
Con todo, no existe un consenso sobre cuántas vacaciones son lo óptimo que deberíamos tener. Así que por mientas nos quedaremos soñando en que en algún futuro cercano todas las empresas serán como Netflix, que ofrece vacaciones ilimitadas a sus trabajadores.
No podemos omitir un dato: Chile es uno de los países que más feriados tiene en el mundo, lo que se traduce en 20 días libres, pese a que el promedio es de unos 15 (algunos caen sábados o domingos). ¿Podrían disminuirse para compensar el aumento de vacaciones?
Revisar esta alta cifra es lo que planteó el coordinador del equipo programático del candidato Piñera, Juan Andrés Fontaine. Señaló que esto podría barajarse para equilibrar el costo de aumentar en 5 días el descanso pagado, agregando que en el contexto de una economía que está creciendo, el aumento de la productividad permite absrover estas variaciones “menores”.
Así, se abre otro flanco de la discusión: si preferimos tener menos feriados y más vacaciones (para administrar esos días libres como queramos) o si es mejor mantener los feriados por el significado cultural que tienen.
¿Crees que tener más vacaciones afectaría la productividad del país?