Imagen: César Mejías

Chile se transformó en uno de los líderes mundiales en energía solar. ¿Cómo lo logró?

En solo tres años el país experimentó un cambio rotundo en cuanto al valor que se les dan a las energías renovables no convencionales. Mientras que hace una década la energía solar casi no figuraba en nuestra matriz energética, ahora ya se acerca al 10%.

Por Rodolfo Westhoff @rwesthoff | 2017-11-21 | 07:00
Tags | chile, pais, energia, solar, lider, mundial, sustentable

La historia de la energía en Chile no es la más linda del mundo. De hecho, se dice que aquí vivimos en una “permanente crisis energética”. En parte porque casi no tenemos fuentes de combustibles fósiles, también porque dependemos mucho del agua (que con tanta sequía nos tiene pendiendo de un hilo), así como también por nuestra dependencia a la importación de energía. ¿Mala suerte?

Un caso icónico de esto último fue cuando en 2006 Argentina literalmente nos cerró la llave del gas que nos alimentaba desde los ‘90 y dejó de comercializar este producto con nosotros, lo que provocó una hecatombe energética en el país. Aunque ahora les estamos vendemos gas a ellos, pero eso es harina de otro costal...

Como sea, parece que esta permanente crisis de la que se hablaba ahora ya es cosa del pasado. ¿No nos creen? Los números no mienten.

Chile solar en cifras

Para hacerse una idea, hace una década la energía solar ni siquiera figuraba dentro de las fuentes de nuestra matriz. En 2014 dio sus primeros tímidos pasos alcanzando el 1% del total y ahora, solo tres años después, ya corresponde al 7% de la energía del país.

Chile pasó de tener una capacidad de generación eléctrica solar de 11 megavatios (MW) en 2013 a 850 MW en 2015. Para hacerse una idea: 1 MW abastece de electricidad a 45 hogares al día en promedio. Y si sumamos todos los proyectos que están hechos y en desarrollo, el país cuenta con una potencia instalada de 1.748 MW. Son 700 MW extra si lo comparamos con fines de 2016.

Así, se espera que el país sobrepase su meta de alcanzar un 20% de fuentes de energías renovables en su matriz energética para el 2020 (y un 70% para 2050). Algo que no debería costar mucho si se considera que hay inversiones en proceso en el rubro solar que podrían añadir 13,3 GW (13.300 MW, cerca de la mitad de lo que tenemos ahora) de capacidad al sistema interconectado de electricidad. Y a eso hay que agregarles todos los otros tipos de energía sustentable.

De hecho, el mismo ex vicepresidente de Estados Unidos, Al Gore, se ha encargado de hacérselo saber al mundo. ¡Somos famosos!

¿Y de dónde sale tanto?

Este año el Ministerio de Energía dio a conocer un listado de las diez plantas fotovoltaicas en funcionamiento más grandes del país. Si quieres revisar el listado entero puedes entrar aquí, pero por mientras nosotros te mostraremos las cinco con mayor capacidad energética.

1. El Romero

Es la mayor planta fotovoltaica de Latinoamérica y está en Vallenar, Región de Atacama. Tiene una potencia bruta de 196 MW y es de la empresa Acciona.

2. Bolero

Está en Sierra Gorda, Región de Antofagasta. Cuenta con una potencia bruta de 146,6 MW a lo largo de una superficie de 528 hectáreas. Es de la empresa francesa EDF Energies y la japonesa Marubeni.

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3. Luz del Norte

Se encuentra en Copiapó, Región de Atacama. Su potencia bruta es de 141 MW y es propiedad de la empresa First Solar.

4. Finis Terrae

Está en la comuna de María Elena, en la Región de Antofagasta. Posee una potencia bruta de 138 MW y sus dueños son un conglomerado de cinco sociedades controladas por Enel Chile.

5. Conejo Solar

Está en Taltal, Región de Antofagasta. Tiene una potencia bruta de 104 MW y su superficie es de 700 hectáreas, ubicándola como una de las más grandes por terreno que abarca en Latinoamérica.

¿Cómo se logró todo esto?

Cuando se habla del éxito de la revolución solar en Chile, la mayoría de las miradas apuntan a Máximo Pacheco, quien fue el ministro de energía de este Gobierno hasta el 19 de octubre del año pasado, cuando dio un paso al costado para adentrarse en el comando del entonces presidenciable, Ricardo Lagos.

Pero, ¿qué fue lo que hizo que catapultó a Chile al estrellato del mundo solar? Lo curioso es que no fue que haya descubierto América: simplemente hizo las cosas bien, dicen desde las más variadas esferas.

Mucho tiene que ver con su apuesta por el rubro solar. Es por eso que estuvo durante casi un año liderando una “gira” internacional cuyo propósito era convencer a empresas de Estados Unidos, Europa, Brasil y Asia para que se involucraran en la licitación energética y así remover los cimientos del reducido mercado energético de ese entonces, que era controlado por solo tres empresas.

Y al final de cuentas eso se transformó en la alegoría de lo que fue su gestión: creación de puentes con el mundo privado y articularlo con lo público para obtener los mejores resultados posibles. Un asunto de construir confianzas y gestionar las relaciones entre los distintos actores de la sociedad.

Así, se podría decir que como pocas veces, se instaló en Chile una política energética con miras al largo plazo, que aunó poderes hasta con la sociedad civil y las ONG y que logró que el país presenciaramos una licitación histórica que promete reducir el costo de las cuentas de la luz hasta un 30% desde 2021.

De esa forma pasaremos de un gasto promedio en electricidad de US$ 90 el MW/h que tenemos actualmente a uno de US$ 50 el MW/h.

Cambios en las licitaciones

Pero claro, no todo fue crear puentes. También hubo factores técnicos ligados a la gestión que permitieron este fenómeno, como por ejemplo el cambio que se introdujo en las licitaciones energéticas el 2014 y que tiene que ver con los bloques que se formaron.

¿Y qué son las licitaciones? Básicamente cuando el Estado admite una serie de propuestas por parte de empresas energéticas para ver quién ofrece más energía a un menor precio. Y lo que se hizo entonces fue organizarlas instaurando bloques, según tramos horarios.

Por ejemplo, crearon de 8 AM a 6 PM, de 6 PM a 11 PM y de 11 PM a 8 AM. ¿La gracia? Cada uno de ellos es particularmente bueno para un tipo de energía renovable no convencional, lo que permitió por fin poder jugárselas por estas fuentes sin miedo.

8 Am a 6 PM: ideal para la energía solar.

6 PM a 11 PM: útil para la energía termosolar de concentración.

11 PM a 8 AM: clave para la energía eólica.

Además, se extendieron los plazos de concesiones a un plazo de 20 años máximo. ¿Qué significó todo esto? Primero, que las empresas generadoras de energías renovables pudieron jugárselas con todo en los bloques de horarios que les servían, favoreciendo así la competencia y la disminución de los precios de oferta.

También se terminó favoreciendo al rubro de las energías limpias en general, ya que muchas veces necesitan hacer inversiones de muy largo plazo para tener las ganancias que quieren. Algo que pueden lograr con las nuevas contrataciones que se extienden por dos décadas.

El potencial de Chile y su imagen país

Claro que a todo esto hay que sumarle las ventajas comparativas de Chile como productor de energía solar. Después de todo, aquí tenemos al desierto más árido del mundo con uno de los mayores índices de radiación UV de todo el planeta.

Pero más allá de eso, todo este logro ha hecho que el país aparezca mencionado por los medios de comunicación internacionales más importantes. Por suerte ya no hablan de nosotros por mineros atrapados o por terremotos devastadores. 

Por ejemplo, el Washington Post comparó la política pro-carbón de Trump con el éxito solar en Chile. Así también, el New York Times destacó la transformación energética de Chile a través de las energías renovables no convencionales, especialmente la solar. Mientras que otros medios hicieron referencia al país como la “Arabia Saudita” de la energía solar.

¿Cómo crees que podemos sacarle aún más provecho a la energía solar?