Imagen: Rodrigo Avilés

¡Urgente! Medidas para combatir la homofobia en la casa, colegio y sociedad

En Chile las denuncias de homofobia o transfobia han aumentado en casi un 30% en los últimos años. Los homosexuales y transexuales siguen siendo discriminados en los colegios, trabajos y en la sociedad; y por esta razón es que hay que EDUCAR.

Por Macarena Fernández | 2018-01-23 | 07:00
Tags | homofobia, transfobia, diversidad sexual, orientación sexual, sexualidad
Todos podemos hacer algo para combatir esta violencia, que transgrede ni más ni menos que a los Derechos Humanos.

Estamos en pleno siglo XXI y si bien la sociedad chilena ha demostrado ciertos avances en inclusión homosexual, como el Acuerdo de Unión Civil, la discusión del matrimonio igualitario y la Ley Zamudio; la verdad es que aún estamos a años luz de ser un país tolerante e inclusivo.

A inicios de año el Movilh publicó el nuevo informe de Derechos Humanos de la Diversidad Sexual y de Género, que contiene los datos nacionales de todo el 2017; y los resultados fueron alarmantes, tanto así que lo llamaron "el año de la furia". El informe señala lo siguiente: "los casos y denuncias por discriminación a las personas LGBTI aumentaron un 45,7% y, a diferencia de otros años, el incremento no se relaciona con una mayor valentía de las víctimas para reportar atropellos. Se explica, lamentablemente, por una agudización de los niveles de violencia".

¿Cómo erradicar la homofobia de la sociedad? ¿Cómo lograr que Chile sea un país tolerante y respetuoso con las minorías sexuales?

La clave estaría en la educación, ya que la discriminación se basa en la ignorancia, y si bien la mejor receta para evitar la homofobia es educar en el respeto hacia la diversidad desde la primera infancia; todos podemos hacer algo aún para combatir esta violencia que transgrede ni más ni menos que los Derechos Humanos.

El caso de Segpres y otras denuncias

A estas cifras se le suma la noticia que remeció a muchos hace varios meses. Estamos hablando del ataque homofóbico que ocurrió en el interior de La Moneda: José Miguel Lucero, fotógrafo de la Secretaría General de la Presidencia (Segpres), recibió mensajes de amenazas de muerte explícitas enterradas con cuchillo sobre su escritorio, debido a su orientación sexual, además de constantes hostigamientos como papeles con excrementos en su mochila.

Y como este caso, sólo el 2016 se presentaron 332 denuncias similares de violencia por orientación sexual o identidad de género (según el informe del Movilh), además de cuatro nuevas víctimas fatales de homofobia: Marcelo Lepe, Litzi Odalis, Nicole Saavedra y Vicente Vera.

¿Cómo evitar estas situaciones?

Combatiendo la homofobia desde la casa

¿Por qué es tan importante que se eduque sobre este tema desde tan chicos? Porque, por un lado, los niños entre más pequeños reciben esta información por parte de sus familias, menos rasgos discriminatorios incorporados o aprendidos presentan. Y por otro lado, porque los niños y niñas LGBTTI muchas veces no disponen de la madurez suficiente para afrontar su orientación sexual o identidad de género, ni mucho menos una agresión, burla o discriminación por esto mismo.

Y porque, solo conociendo y visibilizando a las personas con determinadas orientaciones sexuales e identidades de género minoritarias, y educando en el respeto y valor de la diversidad, se puede prevenir este tipo de violencia.

¿Por dónde empezar? Les dejamos aquí un manual creado por la Confederación Española de Asociación de Padres y Apoderados (CEAPA), llamado "Cómo educar a favor de la igualdad de valor y contra la violencia por motivos de orientación sexual e identidad de género".

En este documento, los expertos señalan que la actitud que los padres y madres adoptemos ante la diversidad afectivo-sexual, será una de las cuestiones más relevantes de cara a conseguir que las niñas y niños sean felices, y que se sientan a gusto consigo mismos. Esa actitud, en buena medida, puede evitar que escondan su condición por miedo a ser rechazados, discriminados e incluso agredidos; y de paso, evitar que discriminen a otros.

Además de educar a los padres en los conceptos claves, estadísticas y realidades mundiales respecto a la diversidad sexual, identifican las etapas evolutivas en la sexualidad desde el nacimiento hasta la adultez; el manual entrega pautas y recursos para que se pueda trabajar el tema en familia y comparten consejos, como los siguientes:

- “No ver con nuestros ojos de adultas y adultos los comportamientos de las niñas y niños”. No es igual jugar a besarse o tocarse con cuatro años que con 14, 24 o 40 años. En el primer caso, no hay aún orientación del deseo, ni significados.

- La autoestima se basa en el apego durante la infancia: es muy importante que en estos primeros años, las principales figuras de apego transmitan la idea a las niñas y niños de que son valiosos por ser como son, únicos e irrepetibles.

- El ejemplo que los padres y madres demos a través de nuestra forma de comportarnos, tendrá tanta o más influencia que lo que podamos contarles.

- Desde los 6 años, más que prohibir determinados juegos y legitimar otros, hay que ofrecer un “abanico” con diferentes opciones para que las niñas y niños tengan más donde elegir.

- Acompañar e intentar ir a contracorriente respecto a los mensajes masivos que reciben las chicas y chicos en la pubertad y adolescencia.

- Visibilizar que existen distintas formas en las que se puede expresar el deseo erótico (homosexual, heterosexual o bisexual), y que todas estas posibilidades merecen respeto y son igualmente legítimas.

- Vislumbrar y reconocer nuevas formas de feminidad y masculinidad que legitimen a los chicos y chicas a comportarse según sus propias características.

- Proponer relaciones igualitarias (no asimétricas) que tengan siempre en cuenta las diferencias, pero en las que ninguna persona “domine” a otra.

- Es imprescindible que exista una mayor visibilización de las realidades de la discriminación a las personas LGBTTI, porque reduce el miedo, el rechazo y la discriminación.

- Fomentar que cada miembro de la familia se muestre en su entorno familiar tal y como es.

Combatiendo la homofobia desde la sala de clases

En cuanto a la educación en diversidad sexual en las salas de clases, hace un tiempo les contamos sobre este proyecto educativo, impulsado por jóvenes chilenos. Este manual busca transmitir una educación no sexista, que no reproduzca la desigualdad de género, que erradique la violencia sexual y que no margine a estudiantes LGBTTI; identificando los mitos sobre la sexualidad y compartiendo herramientas pedagógicas para trabajar a diario con el alumnado.

Como el anterior, existen varios proyectos educacionales que buscan combatir la homofobia y la discriminación en los colegios, como por ejemplo este manual pedagógico del Movilh.

Antes que todo, el documento define la homofobia o transfobia de la siguiente manera: "se da cuando una persona, grupo o institución emite en forma permanente opiniones, acciones o actitudes promotoras de alguna segregación contra la diversidad sexual y que teniendo al alcance la información necesaria para modificar sus prejuicios o estereotipos, la rechaza o se niega a conocerla".

El documento aclara conceptos, entrega explicaciones médicas, incluye los derechos sexuales y reproductivos -identificando los distintos procesos por los que pasa una persona homosexual o transexual- actividades complementarias para trabajar en el aula como invitaciones a debates sobre distintos temas o trabajos investigativos, derriba los mitos sobre la diversidad sexual y entrega estrategias contra la discriminación.

Lo que podemos hacer todos

También es importante que todos nos comprometamos a erradicar esta práctica tan dañina dentro de nuestra sociedad.

Porque lamentablemente la mayor cantidad de personas homofóbicas son mayores de edad, y la violencia por este tema se presencia en todos los sectores sociales: en los colegios, trabajos, familias, Iglesia, en las leyes, etc.

¿Qué podemos hacer nosotros para combatirla?

- Dejar de usar palabras peyorativas como "maricón", "fleto", "loca" o "afeminado", tanto para referirnos a personas homosexuales como para cualquier otra referencia.

- Dejar de dudar de la sexualidad de las personas por cómo se expresan. No todos los hombres con expresiones consideradas femeninas son gays, ni todas las mujeres con expresiones consideradas masculinas son lesbianas.

- Educarnos de manera autodidacta (o acercándonos a las comunidades LGBTTI) sobre las distintas orientaciones sexuales que existen; y conocer sus principales luchas.

- Ayudar a derribar los siguientes mitos sobre la homosexualidad y transexualidad:

* Son una elección.

* Son enfermedades que pueden curarse.

* Sólo se da en personas adultas.

* Son producto de conflictos familiares, de ausencia de figura materna o paterna, de algún abuso sexual o de algún trauma.

* Sólo los gays son amanerados y las lesbianas amachadas.

* La transexualidad es sinónimo de comercio sexual.

* Son influenciables o contagiables.

* Están incapacitados para ejercer ciertos oficios o profesiones.

* Son más propensos a cometer delitos, en especial de tipo sexual.

* Los intentos por cambiar a los niños homosexuales o transexuales no provocan trastornos.

* El Sida sólo los afecta a ellos

- Levantar la voz cuando veamos que se comete una injusticia, cuando veamos que alguien es discriminado ya sea en la escuela, lugar de trabajo, familia o en espacios públicos como la calle.

- Dejar de tratar el tema LGBTTI como tabú entre los niños, y enseñarles que sea cual sea su orientación sexual o identidad de género, todas las personas deben ser respetadas.

- Dejar de creer que la población homosexual es promiscua y entender que tus amigos y amigas homosexuales y bisexuales no te van a tratar de coquetear o conquistar por ser del género de su orientación.

- Entender que tolerar no es lo mismo que soportar, sino convivir en equidad. Decir "no me importa lo que hagan tras la puerta, mientras no sea en público", es una discriminación y es una actitud homofóbica.

Al poner en práctica lo anterior, estaremos evitando que más personas inocentes sean víctimas de violencia por el simple hecho de tener una sexualidad diferente. y lograremos una sociedad mucho más inclusiva, tolerante y respetuosa.

Estas agresiones repercuten fuertemente tanto en los agresores (ansiedad, mal humor, trastornos sicosomáticos, sanciones sociales o penales); como en las personas discriminadas, pudiendo provocar desde soledad, baja autoestima, depresión, automarginación, dobles vidas y consumo abusivo de drogas, hasta suicidio (recordemos que la tasa de suicidio de jóvenes LGBTTI es cuatro veces mayor al del resto de la población).

Por todo lo anterior, es que es hora de combatir la homofobia y transfobia en conjunto y de forma urgente.