Estás meciendo a tu guagua y de repente se te cae una chala, te ofrecen un vaso de chicha y te llegan con un cahuín. Les dices que te esperen un pichintún porque tienes que preparar un cocaví especial ya que andas mal de la guata, aunque te tinca que no va a pasar nada si pruebas un poquito del ñache que van a cocinar todos.
En medio de todo esto hay un gringo que no entendió el 60% de las palabras que se dijeron más arriba. Es normal: casi todas las sociedades mantienen palabras que provienen de los indígenas que habitaron ahí en algún momento (e incluso algunas se vuelven internacionales, como “chocolate” que viene del náhuatl “xocoatl”).
En El Definido les contamos sobre siete palabras indígenas de las que se ha apropiado nuestro lenguaje y por las que les debemos tributo a nuestros pueblos originarios.
Es prácticamente un sinónimo de “pelambre”. Por ejemplo, si tu tía dice que tu otra tía anda en malos pasos con su personal trainner, entonces te llegó un “cahuín”. Puede ser cierto o puede que no. Eso sí, el origen de esta palabra no va precisamente por ahí, aunque se puede entender por qué derivó en lo que es hoy.
Cahuín tiene sus raíces en la lengua mapudungún y correspondía a aquellas reuniones que se establecían periódicamente entre lonkos, clanes y linajes del pueblo mapuche. La idea era discutir acerca de los temas más importantes del momento y estas instancias fueron clave para que personajes como Lautaro -quien fue un gran estratega- adquirieran más protagonismo.
A: ¿Vas a querer piscola?
B: Ya, pero un pichintún no más…
La usamos para decir que queremos solo un poco de algo, aunque no siempre terminamos respetándolo. Sobre todo cuando se trata de una buena piscola.
¿De dónde viene esta palabra? Pues también del mapudungún, en donde nos encontramos con la raíz “pichi” que significa “poco”. Es por eso que existe Pichilemu (bosque pequeño), Pichidangui (bolsa pequeña) y Pichicui (ensenada pequeña).
Es nuestra manera de decirles “bebé” a los bebés sin usar la palabra “bebé”, ¿capicsi? Pero la palabra “guagua” tiene un montón de signficados dependiendo del país en donde se emplee. Por ejemplo, en lugares caribeños como Cuba, Antillas, Puerto Rico, Islas Canarias, etc., la usan para referirse a los buses, mientras que en Filipinas corresponde al nombre de un municipio.
De todos modos, cuando se trata de lugares andinos, el origen de esta palabra proviene del quechua “wawa”, que básicamente significa eso: niña o niño recién nacido. Lo curioso es que esto se debe a que esta lengua posee palabras onomatopéyicas, lo que significa que la palabra equivale al sonido de algo.
Se relaciona el origen de esta palabra con el sonido del llanto de los bebés. Como todos sabemos: ¡waaaaa, waaaaa!
¿Sabías que la palabra “piñén” está en el diccionario de la Real Academia Española (RAE)? Este tradicional chilenismo es definido como “mugre adherida al cuerpo por desaseo prolongado”. Puaj.
Aunque más que un chilenismo, se podría decir que es un mapudungunismo (?). La palabra en verdad proviene del mapudungún “pigen”, que corresponde a aquellas enfermedades que provocan granos o rajaduras.
Se podría decir que es el mejor tipo de perro que hay: el callejero. En Chile usamos esta palabra para referirnos a esos canes que no son de raza definida y que de vez en cuando nos hacen reir con sus payasadas. Como le pasó a todo el mundo (literal) con el perro ladrón de empanadas… que incluso llegó a aparecer en la versión web de la revista Time.
Y como algunos ya estarán sospechando, esta palabra es del mapudungún y significa “perro”. Eso sí, se ha estudiado que estaría asociada a los munútru: un tipo de perro chico, “feo” o peludo al que los huilliches utilizarían para fabricar lana. ¿Cómo un perro-oveja?
¿Tienes el presentimiento de que algo va a ocurrir? Ya sea malo o bueno, a eso lo llamamos “tincada”. Aunque también funciona para expresar que uno está intersado en algo, como por ejemplo:
A: Me tinca la idea de ir este fin de semana a la playa.
Pero su origen es completamente distinto. Se señala que viene de la palabra quechua “tinku”, que significa encuentro de pelea o de juego, aunque también puede interpretarse como la unión de personas o cosas.
El Tinku es tambiénun ritual y danza folklórica del norte de Potosí, en Bolivia. Su origen es preincaico pero integra elementos de la religión cristiana.
¿Cómo habrá llegado a transformarse en lo que significa ahora para nosotros?
Cerramos la lista con una palabra que no solo usamos en Chile, sino que en gran parte del mundo de habla hispana en América. “¡Guácala!” es prácticamente una interjección, ya que con solo exclamarla podemos saber que a alguien le dio asco algo que sintió.
Sin embargo, a diferencia de las otras palabras que mencionamos, esta es la única que proviene de una lengua indígena mesoamericana. Estamos hablando del náhuatl, una macrolengua que se habla en México y que data desde por lo menos el siglo V, la cual fue la lengua principal del imperio azteca. Como sea, en este imperio no solo vivían de guerras y sacrificios: a veces también vomitaban.
Eso lo hacían en un recipiente llamado “huacalli” y bueno, ya se imaginarán cómo es que eso pasó a transformarse en un “guácala”. Eso sí, no significa que los huacalli estaban hechos solo para vomitar en ellos: en verdad eran un instrumento parecido a una canasta en donde acarreaban cosas (y de paso vomitaban).