A veces nos asalta la idea de llenar nuestro departamento de plantas y convertirlo en una especie de selva en medio de tanto concreto. Pero naturalmente no es tarea fácil. Primero, porque tenemos que saber bien qué plantas pueden ir en nuestro espacio y, segundo, porque no todas se cuidan de la misma manera.
Generalmente terminamos matando a nuestras verdes amigas cuando le entregamos demasiado amor/agua o, en el otro extremo, nuestra negligencia las consume cuando pasamos una semana sin regarlas. No es que tengamos malas intenciones, pero nuestra memoria a veces es frágil.
Y pese a que no existe una guía concreta que te pueda decir los milímetros de agua exactos que tienes que echarle a tu planta - al final siempre dependerá de dónde la pongas, cuánto sol le llegue y una serie de factores de ese tipo- sí existen algunos lineamientos para saber por dónde va la cosa.
Así que a continuación en El Definido les presentaremos nuestra humilde guía práctica para conocer algunas de las plantas puedes tener en interior y cómo deberías cuidarlas (más o menos).
Pese a que en su “estado natural” puede llegar a medir 20 metros, la philodendron monstera (o “costilla de Adán”) es una muy buena opción para interiores. Sus hojas enormes y tallos delgados la transforman en una herramienta decorativa por excelencia, mientras que su simpleza de tonalidades sirve para que se pueda jugar con los colores de los maceteros.
Es una planta trepadora que necesita tener algún tipo de soporte para ir creciendo y lo mejor de todo es que es muy fácil cuidarla. Si esta se te muere, entonces replantéate tus capacidades de cuidar otras cosas que no sean tú.
Cuando se planta en interior requiere de una buena cantidad de luz, así que trata de dejarla cerca de una ventana. Eso sí, solo saca flores cuando está en el exterior, pero podemos vivir sin eso. Tampoco es muy exigente cuando se trata del riego, ya que lo óptimo es que tenga un breve período de sequedad entre cada riego o sea: riégala, espera al menos uno o dos días para ver si la tierra sigue húmeda y cuando veas que ya está seca, riégala de nuevo.
Dato útil: durante la primavera échale abono una vez al mes.
¿Qué importa el nombre? Pothus es una planta que en zonas tropicales puede crecer hasta 20 metros, pero que probablemente no supere los 60 cm en tu living. Entre sus gracias está que sus hojas poseen colores distintos (y hay algunas que incluso tienen tonalidades rosadas).
Sí o sí la tienes que dejar cerca de una ventana, porque es bien amigui de la luz. Eso sí, cuidado con el frío, porque con menos de 10°C se empieza a resentir. En cuanto al agua, manten la tierra húmeda, pero sin exagerar: una buena manera de saber cuándo regarla es fijándote en que el sustrato (o tierra) se haya secado después de echarle agua. Cuando pase eso, riégala de nuevo. Puede que baste con dos veces a la semana.
Lo malo es que es propensa a ser atacada por hongos, así que si notas que manchas negras en las hojas, anda a una tienda a comprarte un fungicida. Dato útil: si la podas en primavera con la técnica de despunte, lograrás que su follaje crezca aún más.
El ficus es algo así como la planta de interior por excelencia. Puede llegar a medir un metro y medio o más y es especialista en cambiarle la cara a los espacios techados. Lo bueno es que tampoco es muy jodida con el cuidado, así que eso explica en parte por qué es tan popular.
No pide mucha agua. En verano no necesita ser regada más de dos veces por semana, mientras que el invierno basta con que le eches agua una vez cada 14 días. Tampoco es muy exigente con la luz: con que le llegue está bien, pero hay que evitar que la ataquen los rayos de sol directamente.
Una de sus gracias es que puedes guiar tú mismo la manera en la que crece, ya que si la podas por los costados favoreceremos un crecimiento vertical, mientras que si la cortamos por arriba nuestra amiga se ensanchará. Dato útil: mantén sus hojas libres de polvo para que pueda hacer una fotosíntesis apropiada.
Su principal gracia es que sus flores huelen muy rico. Se trata de un arbusto que puede llegar a medir dos metros de altura y que florece a fines de la primavera y en otoño. Las gardenias son más utilizadas como planta de exterior, pero también funcionan para interior.
Esto, principalmente porque es amiga de la luz, pero no tanto cuando le llega muy directamente. Además, es mala para tolerar bajas temperaturas, sobre todo en invierno y cuando se encuentra afuera.
Es importante saber que no necesita tanta agua, pero sí que se mantenga su sustrato húmedo la mayor parte del tiempo. Así que dependiendo de cuánto sol le llegue y la temperatura que haya, deberás encontrar la manera de lograrlo sin ahogarla. Y cuidado, que si la vas a transplantar, preocúpate de regarla mucho y de hacerlo en una época de temperaturas no tan extremas.
Esta debe ser una de las pocas plantas en donde no nos importa mucho que florezca, ya que sus hojas son capaces de hacer todo el trabajo de embellecimiento por sí mismas. Las coleo son una hermosa planta con un follaje morado, amarillo y verde. Puede llegar medir unos 40 cm. y es ideal para interior.
Como la mayoría de los ejemplares que crecen mejor bajo techo, las coleo no aguantan mucho las temperaturas extremas. En cuanto a la luz, necesitan que les llegue en cantidades abundantes, pero tampoco de manera muy directa. Así que la puedes tener tanto adentro de un espacio como el living como en un balcón.
Necesita ser regada abundantemente, sobre todo si está más expuesta al sol o si las temperaturas están muy altas. Dato útil: si le sacas una ramita de 10 o 20 cm, puedes quitarle las hojas, ponerlas en agua y verás cómo empieza a enraizar.
El dólar en general es una planta que va muy bien en interiores, sobre todo porque se puede colgar. De hecho, esa es su gracia, ya que prácticamente crece “hacia abajo”. Por lo mismo, siempre tiene que ir en maceteros no muy grandes y una de sus ventajas es que es casi invencible frente a plagas o enfermedades.
Requiere de mucho sol y ojalá le llegue directamente, así que trata de ubicarla al lado de una ventana o en un balcón. Es resistente a las temperaturas más o menos altas, pero no puede decir lo mismo cuando se trata del frío. Resiste hasta los 5°C, así que cuidadito con ella en invierno.
Es seca para el agua constante, pero no necesariamente en grandes cantidades. Al igual que con las otras plantas, intenta mantener su sustrato húmedo, pero sin ahogarla. Dato útil: si le pillas alguna hoja seca o marchita, pódala al tiro.