¿Te lo perdiste? Regularmente republicamos contenidos vigentes que pueden resultarte interesantes. Esta nota fue originalmente publicada el 2 de abril de 2018, hoy la destacamos para celebrar el Día Mundial del Agua.
Ya no es novedad que el mundo tiene un problema gigantesco con el abastecimiento de agua potable: según la Organización Mundial de la Salud, la escasez está afectando a cuatro de cada diez personas.
Solo el 3% del agua de la Tierra es dulce y potable. En total, de acuerdo con Naciones Unidas, hoy serían cerca de 700 millones de personas en el mundo las que no tienen acceso a ella y se proyecta que 1.800 millones de personas vivirán en condiciones de escasez grave de agua para 2025.
Sin embargo, hay una alternativa que está siendo de bastante ayuda para enfrentar esta crisis. Se trata de la desalinización del agua de mar, pero ¿puede este método efectivamente convertirse en una solución para el problema del agua?
La desalinización del agua de mar es un método que se viene utilizando desde hace muchísimo tiempo. Los marineros griegos hervían el agua para sacarle la sal, y los romanos usaban filtros de arcilla para atraparla. Así que esto de nuevo no tiene nada, aunque obviamente hoy se utilizan métodos más sofisticados y las plantas de desalinización se han ido multiplicando.
Según la Asociación Internacional de Desalinización (IDA), en el año 2015 había 18.426 plantas en 150 países el mundo y probablemente este número ha ido en aumento.
La desalinización se puede realizar de varias formas, pero hay dos que son las más comunes, la primera imita el ciclo natural de evaporación y lluvia a través de métodos que usan calor y, con diferentes variantes, evaporan el agua y la vuelven a condensar.
Y la otra se basa en membranas que permiten separar el agua de la sal (pero para lograrlo se necesita mucha energía). Este método es más conocido como ósmosis inversa y lo utilizan el 70% de las plantas del mundo, incluso las que hay en Chile.
En este video puedes ver cómo se hace:
La realidad actual es que estas plantas satisfacen entre el 1 y el 3% de la necesidad de agua potable a nivel mundial, según cuenta a BBC Mundo Miguel Ángel Sanz, uno de los directores de IDA.
Es un porcentaje bajísimo, pero hay países como Israel, por ejemplo, que han logrado convertirse en líder en desalinización de agua. Abastece a cerca del 60% de la demanda doméstica de agua gracias a este método. El país pasó de la escasez a un exceso de agua.
Una de las razones que explican la poca masificación de la desalinización en el mundo, es la gran cantidad de energía que se necesita para llevar a cabo el proceso. Es muy caro y no todos los países pueden costearlo, por eso las plantas más grandes están en los países ricos en recursos energéticos como Arabia Saudita, por ejemplo.
Sin embargo, en los últimos 30 años los costos energéticos y económicos de quitarle la sal al agua para que se pueda beber, se han reducido considerablemente y esto ha provocado que las plantas se multipliquen en muchas zonas costeras del mundo que tienen problemas de suministro. Aunque todavía sigue siendo un procedimiento caro si lo comparamos con el costo que tiene hoy el tratamiento del agua dulce.
Otro punto que se le cuestiona a este procedimiento es la emisión de gases de efecto invernadero, pero ya existen plantas desalinizadoras que funcionan con energía solar y que, por lo tanto, son mucho más limpias.
Los posibles daños que pueden generar las plantas desaladoras a la flora y fauna marina, como volúmenes de agua demasiado cargados de sal o “salmueras de descarte”, también son un aspecto que se debate hoy en día.
Aunque no lo creas, Chile fue uno de los primeros países de América Latina en tener una planta desaladora. La primera se construyó en 1857 en Antofagasta, pero solo servía para abastecer a una pequeña cantidad de personas ya que eran unos pocos cientos de litros. Pero actualmente somos el país con mayor capacidad de desalinización de la región.
Según una presentación del Senado de 2017, desde Arica hasta Coquimbo (regiones XV, I, II, III y IV) hay un total de 19 concesiones marítimas vigentes destinadas a procesos de desalinización de agua, y existían 20 solicitudes en trámite.
Estas plantas tienen como objetivo abastecer al norte del país de agua potable, pero también a las industrias y a la minería. Esta última es la que más está utilizando la desalinización del agua para autoabastecerse y no afectar a las personas.
La desalinización es una solución muy atractiva si pensamos en el futuro abastecimiento de agua potable, sin embargo, para que se masifique aún más, será necesario seguir trabajando en soluciones tecnológicas aún más eficientes que permitan abaratar los costos de este procedimiento.