¡Ninja, tráeme otra cerveza! Curiosidades etílicas japonesas

Fantasmas atacándote mientras intentas disfrutar tu cóctel, ninjas sirviéndote una cerveza, luchadores de lucha libre brindando contigo dentro de un ring, son algunas de las muchas formas de beber alcohol que Japón tiene para ofrecer.

Por Bruno Carrillo | 2013-09-09 | 14:18
Tags | japón, alcohol, viajes, freak, rarezas, cerveza, asia

Japón es un país con una cultura milenaria sumamente estructurada, que a menudo supone bastante presión sobre sus habitantes para permanecer dentro de los límites aceptados. Por lo mismo, desde tiempos inmemoriales, el alcohol ha cumplido el rol de válvula de escape; de ahí que se le pueda encontrar en prácticamente todos lados y ofrecido en las más diversas (e interesantes) modalidades.

Máquinas expendedoras

Nada de Pepsi, Coca-Cola o agua mineral; en el país con la mayor tasa per cápita de máquinas expendedoras, no hay nada que no se pueda vender en ellas y eso incluye al alcohol. Recorriendo las tierras niponas, no es raro encontrar máquinas expendedoras de cerveza, donde a cambio de unas pocas monedas te cae una lata de este fantástico brebaje (y ni tan batida). Usualmente, una lata de cerveza de 330ml puede costar entre 800 y 1200 pesos, aunque el precio sube considerablemente si estás en un lugar más remoto. 


Imagen: Kurisuuu (Flickr)

¿Qué impide que menores de edad compren estos productos? Hasta hace poco, sólo el tradicional sistema de confianza y honor japonés, pero recientemente incorporaron un lector para que el comprador introduzca su licencia de conducir o un "Sake pass" (pase de alcohol). 

Bares de pie

En el centro de Tokio en particular, la falta de espacio y la alta afluencia de hombres asalariados (salarymen, como se les conoce localmente) en búsqueda de un trago ha llevado al establecimiento de bares donde se toma de pie, puesto que sus dimensiones andan más cerca de un clóset que de un bar.

Bares y restaurantes temáticos

Los restaurantes temáticos no son ninguna novedad a nivel mundial (en Alemania hay uno bien famoso donde se está totalmente a oscuras y se emula la sensación de ser ciego), en Japón –para variar- se lleva la experiencia a un nivel bastante particular, con disfraces, ambientación e interacción fascinantes. 

El resto-bar Ninja, como indica el nombre, pone a tu servicio estos silenciosos asesinos, que te traerán la comida sigilosamente (envuelta en una nube de misterio), servirán el cóctel sin que te des cuenta y se esfumarán en un abrir y cerrar de ojos. La velada incluye un ninja haciendo trucos de magia en la mesa. 


Imagen: Mensxp.com

Imagen: JennyCu (Flickr)

Alicia en el país de las maravillas jamás habría imaginado que habría un restaurant inspirado en ella, con mozas vestidas con las clásicas prendas celestes y sirviendo cócteles y platos con diseños de naipes, cuncunas, gatos y todo tipo de parafernalia inspirada en el libro de Lewis Carroll (o más bien, en su adaptación cinematográfica).

TheLockup es el nombre de una cadena de bares inspirados en cárceles y monstruos, donde al entrar la mesera (vestida de cazadora de monstruos) te esposa y te lleva a una celda, donde pasarás tu velada. Los cócteles son a menudo servidos con jeringa en pipetas y tubos de ensayo, y una vez por hora se cortan las luces y alguien disfrazado de monstruo pasa celda por celda asustando a los clientes. 

Ginza Panorama ofrece en la capital de Japón un oasis para los amantes de los trenes a escala, donde se puede ir a tomar un trago mientras se juega con los trenes en miniatura que circulan por la barra del establecimiento o, incluso, se puede llevar un tren propio y montarlo sobre los rieles. 

Antonio Inokies, un luchador de lucha libre famoso en este país asiático, tiene su propia cadena de bares, donde tiene montado un ring a lo largo de la barra central, tiene platos con nombres de sus movidas de lucha favoritas y a menudo invita a otros luchadores para brindar con los clientes. Cuando entras, hacen sonar la campana y te dirigen a tu asiento, donde lo más probable es que vas a estar enfrentado a una de las muchas televisiones en el bar que están mostrando videos con las mejores peleas del dueño. 

Todo lo que puedas tomar

Probablemente la modalidad más fascinante que tienen un porcentaje importante de restaurantes (todos los nombrados anteriormente y muchos más), bares e incluso karaokes en Japón es la de bar abierto (conocido localmente como nomihodai). Por una módica suma, que puede variar entre 6 mil pesos para las más básicas (cerveza y cócteles ligeros) a 25 mil o más para las más sofisticadas, puedes tomar todo lo que quieras (o puedas) dentro de un límite de tiempo establecido, usualmente dos horas. 

Lo que en nuestro país es una ocasión relativamente especial (usualmente las barras abiertas no tienen el precio más conveniente) en Japón es cosa de todos los días, 24 horas al día en algunos casos. Lo cual lleva a la pregunta: ¿Cómo se sostiene un negocio así?

Puesto que biológicamente muchas personas de ascendencia asiática no procesan el alcohol tan eficientemente como aquellos originarios de países occidentales (hay una mutación en una enzima que ayuda a procesar el alcohol), las cantidades que beben de un golpe son menores y, por ende, el sistema se puede ofrecer con precios así de convenientes. Es probablemente una de las cosas favoritas para los extranjeros que visitan este país asiático. 

¿El combustible de una sociedad?

Cabe recalcar que en la sociedad japonesa el alcohol cumple una función esencial, que es la de facilitador de la comunicación. Siendo un país de personas más introvertidas que a lo que estamos acostumbrados en occidente, a menudo se utilizan las sesiones de brindis para realizar, aceitar y afianzar las relaciones sociales, tanto entre amigos y conocidos, como entre colegas de trabajo y clientes.

Es bueno rescatar el hecho de que en Chile (y Latinoamérica en general) nuestra personalidad y nuestra propia cultura nos llevan a ser más abiertos y sociales, con más herramientas para hablar y resolver los problemas directamente con nuestros pares, sin recurrir a agentes externos. Esto no quita, sin embargo, que se pueda disfrutar de unas buenas copas con los amigos o colegas en un local con ambiente creativo, bien logrado y a precios relativamente asequibles (como lo serían el Necrobar y La Piojera de Santiago, por ejemplo).