Los 3 fantasmas de la paternidad (Parte 1)

El Barbón enfrentó tres grandes temores cuando supo que sería padre. Aquí nos cuenta sobre el primero de ellos: La plata.

Por Alfredo Rodríguez @AlfreoRodriguez | 2013-09-24 | 10:26
Tags | paternidad, gastos, hijos, padres, costos, niños, infancia, miedos
"Después de 4 años ejerciendo como papá, me doy cuenta que dichos fantasmas son reales, pero que existen formas efectivas para combatirlos"

Dependiendo a quién le preguntes, el ser papá parece ser una de las experiencias más difíciles y enriquecedoras de la vida. En mi caso, yo siempre me vi a futuro como padre de familia, pero no por eso me sentía preparado para serlo cuando llegó el momento. De hecho, existían tres fantasmas que se dedicaron a aterrorizarme durante el embarazo de mi mujer con mi primera hija. Ahora, después de 4 años ejerciendo como papá y mirando las cosas en perspectiva, me doy cuenta que dichos fantasmas son reales, pero que existen formas efectivas para combatirlos. En esta primera parte les dejo algunos consejos para combatir el primero de mis fantasmas: La plata.

El fantasma de las lucas.

Este es un fantasma que compartimos todos, no solo quienes somos padres, pero que ante la posibilidad de tener un hijo se vuelve más poderoso que nunca. Salud, educación, pañales, ropa, comida y un sinfín de artículos de todo tipo hacen parecer que tener hijos es solo un lujo que se puede dar un magnate, pero la verdad es que no es tan así. Yo personalmente dividiría los gastos en 3 ítems.

1. Lo realmente caro.

Todo el mundo habla de “los pañales” como si se tratara del gran gasto de la paternidad. La verdad es que creo que es una frase heredada de una generación a la que le costaba un ojo de la cara pagar los pañales, pero a mi parecer, los aspectos más sensible respecto al tema de la plata son, por lejos, la salud y la educación. Acá cada familia debe encontrar su propio sistema, y eso da para montones de columnas más largas que esta. La salud es algo que hay que tener el cuenta desde el día 1 en adelante (ginecólogo-parto-pediatra). En el ítem educación, en el caso que aspires a educación privada, la única buena noticia es que los costos no son instantáneos y tienen cierta gradualidad (jardín-colegio-universidad). La buena noticia en este caso es que teniendo cubiertas estas dos áreas, las que quedan no son tan graves.

2. El supermercado.

La compra del supermercado, con la que tanto nos asustan, es lejos el ítem menos doloroso. Inicialmente, si la lactancia va bien, solo hay que comprar pañales (cuyo costo es nada al lado de la salud). Tiempo después hay que agregar leche. Después se pasan a la comida, dejan los pañales y sin darte mucho cuenta, estás haciendo las compras para un miembro más de la familia. Como el aumento de este costo es gradual, difícilmente se convierte en un ítem terrorífico.

3. Donde te puedes arruinar (innecesariamente).

Finalmente, el ítem de los implementos (desde la ropa y los juguetes, hasta el coche y la cuna) es donde más podemos gastar innecesariamente. El comercio, aprovechándose del baboserío de los padres, tiene miles de ofertas disponibles para que derroches tu dinero. Por suerte, también cuenta con buenas ofertas. Acá, si estás apretado de lucas, las claves son 3:

- No todo lo que venden es necesario.

¿De verdad crees que un coche sin suspensión puede provocarle un daño a tu hijo? ¿Crees que es importante gastar $8.000 en un enterito que va a usar 3 meses, si en otra parte venden uno por menos de la mitad del precio? Ojo, porque aquí es donde más puedes gastar innecesariamente. Para los niños muchas veces un cucharón resulta ser mucho más entretenido que el mejor juguete electrónico. Comprar inteligente es la clave, para derrochar solo si tienes con qué hacerlo.

- Esperar antes de comprar.

Ante la noticia de que uno va a ser papá uno siente ganas de salir a comprar de inmediato todo lo “necesario”, pero la verdad es que lo más sensato es esperar. Durante los 9 meses de embarazo, y sobretodo los últimos meses, existirán montones de instancias en las que les van a preguntar (sobretodo a las mujeres) qué es lo que necesitan, qué les falta. Además, es común que otros padres que ya dejaron de utilizar sus coches y cunas te ofrezcan sus artículos en desuso como préstamo o a precio conveniente. Y por último, si vas a tener que comprar tu coche o cuna, ten en cuenta que en internet está lleno de sitios de remate con artículos usados en buen estado a precios muy convenientes.

- Pedir ayuda.

No se trata de pedir limosna, sino de decirle a nuestros familiares y amigos qué es lo que realmente se necesita. Si como futura mamá vas a organizar un babyshower y no tienes algo específico, cuéntaselo a tus amigas. De otra forma, la gente se dedica a regalarte un sinfín de inutilidades, probablemente muy tiernas, pero que no te resuelven ningún problema. La familia y los amigos siempre están dispuestos a ayudar, pero tienen que saber en qué.

Finalmente.

Nunca es posible prever todos los gastos, y así como un hijo puede tener una enfermedad, uno como padre también puede tenerla. Mi filosofía es que frente a casos excepcionales, medidas excepcionales, ya que no puedo vivir pensando en qué hacer en caso de que ocurra algo que no sé que va a ocurrir. Por eso, si a la hora de querer tener un hijo te ataca el fantasma de las lucas, mi consejo es que te sientes con calma, evalúes los verdaderos costos de tener un hijo (aquí tus amigos que ya fueron papás serán de gran ayuda) considerando los costos realmente importantes. Si eres astuto, podrás ahorrarte mucha plata, porque nos tienen convencidos de que para tener un hijo se necesitan muchas más cosas de las que realmente son necesarias. Lo bueno es que la naturaleza nos da unos cuantos meses para hacer todas las averiguaciones. ¡Aprovechalos!