"Leaving Neverland": el documental que relata testimonios de los supuestos abusos de Michael Jackson

Este fin de semana, el polémico documental de HBO que detalla los explícitos relatos de abusos a menores y pedofilia de parte del rey del pop, llega a las pantallas locales. Y el Chaya de Nerdix nos entrega sus pormenores, antecedentes y preguntas.

Es el espectador quien, con estas y otras lecturas, debe ver cómo sigue percibiendo a Michael Jackson, pero por sobre todo y más importante, creo yo, es cómo respondemos ante este tipo de crímenes, sin importar quién esté detrás.

Un tipo frente a una cámara observa serio y silente, está en una playa, su pequeño hijo lo acompaña, y con un encendedor y dentro de un neumático comienza a quemar diferentes artículos: un vinilo, unos guantes con diamantes, fotos firmadas y una chaqueta roja ochentera.

El hombre es Wade Robson (36), la chaqueta se supone que es la que usó y se hizo famosa con Michael Jackson en ese video que revolucionó la música y la televisión: Thriller. El registro es de años después de la muerte del astro del pop y es parte del archivo visual de Leaving Neverland, bullado documental que por fin se estrena este sábado 16 y domingo 17 de marzo (consta de dos partes, pues supera las cuatro horas de proyección), a las 20 hrs por la señal básica HBO.

Y parece confirmar lo que para muchos era un secreto a voces: Michael Jackson fue un pedófilo y abusador de niños. Y una de sus víctimas, fue Robson.


El rey del pop y el pequeño Wade Robson.

“Who´s bad”

Estas últimas semanas, el fallecido cantante de Bad ha estado en el ojo del huracán y dentro de los temas más comentados en redes sociales y medios de internet, situación que no se debe solo al absurdo y freak video-meme del “aywoki”.

Leaving Neverland, ya se ha emitido en algunas partes y cadenas, y después de su proyección en el pasado festival de Sundance, ha sumado detractores y aliados. Entre los primeros están familiares del menor de The Jackson 5y, en la otra vereda, importantes radioemisoras norteamericanas, que han optado por dejar de tocar repertorio del cantante, además de la mismísima serie The Simpsons, cuya producción decidió quitar el episodio donde MJ puso su voz.¿Y por qué es tan polémico este documental?

Porque revisa los sucesos, abusos y violaciones que, según expone el film a través de testimonios, cometió Jackson contra Wade Robson y James Safechuck (41), quienes habrían sido víctimas de estas aberraciones desde los 6 y 7 años de edad aproximadamente. El relato se logra a lo largo de 240 minutos de una narración extremadamente cruda, explícita y verosímil de lo que ambos vivieron al ser parte del grupo de niños “mejores amigos” del músico, mezclando declaraciones, fotografías, grabaciones de audio, cartas de fax y registros de VHS como soporte. A pesar de no tener mucho ejercicio cinematográfico, salvo el uso de la música y esta falsa idea de fantasía que evocaba Neverland—la villa privada donde residía el artista-, funciona como un producto que golpea y conmociona al espectador.


Michael Jackson junto a James Safechuck.

“Black or White”

Dirigido por Dan Reed, quien el 2014 ya había investigado del tema con su documental El cazador de pedófilos (premiado con un BAFTA), esta producción se estructura con la infancia, juventud y adultez de los dos posibles abusados, trabajando en paralelo con la carrera musical, vida y muerte del genio detrás del disco Dangerous. Así, por un lado se descubre a James Safechuck, un tierno niño que no era fanático acérrimo de Jackson, pero que por una participación en un comercial de televisión donde aparecía el cantante, comenzó una relación sumamente íntima que finalmente lo hizo ser parte del staff de bailarines en giras y conciertos, e incluso tener una suerte de anillo de matrimonio junto a la estrella pop.

En cuanto a Robson, su historia es más de esfuerzo, pues desde los seis años imitaba al bailarín en festivales y programas de TV, hasta dar con MJ, quien lo invitó a él y su familia a pasar un fin de semana en el rancho de Neverland, iniciando su “amistad” hasta la adultez. Desde estos contextos, se exhiben momentos de celos entre los chicos, manipulaciones de parte de Michael, tergiversaciones de lo que es el amor de amigos y pareja… Una vorágine de situaciones y momentos íntimos perturbadores y sin precedentes.

Cabe mencionar que ambos confesores apoyaron y defendieron al artista cuando fue acusado en las décadas de 1990 y 2000, pero fue después de su fallecimiento, que decidieron romper el silencio luego de años de traumas, miedos y conflictos familiares y maritales, optando por denunciar y ser parte de este documental.

Obviamente, fanáticos y fanáticas del rey del pop consideran que tanto Robson como Safechuck mienten y sólo desean lucrar con este registro; también están los que siguen manteniéndose escépticos y recelosos frente al tema al considerar que hay verdades, pero que responden a un buen ejercicio de documentación y montaje audiovisual; y por último, están los críticos que de frentón confirman una terrible y oscura realidad que siempre estuvo latente, como el emblemático caso del periodista chileno, Víctor Gutiérrez, quien en 1997 fue de los primeros en denunciar al astro musical con su libro Michael Jackson fue mi amante: el diario secreto de Jordie Chandler.


Los protagonistas y Dan Reed, director del documental.

“Man in the mirror”

Después de ver Leaving Neverland surgen preguntas, en lo personal como seguidor del fallecido ídolo, uno queda con sentimientos encontrados, no simplemente porque se te revuelve el estómago de las descripciones y atrocidades que se testifican, sino por desde dónde decido seguir observando a Michael Jackson y su legado, o incluso a otros personajes públicos admirados por su trabajo, pero que, al parecer, eran horrendas personas. ¿Se logra separar la vida privada del artista, de su obra? ¿Se es consecuente y se condena tanto a las canciones como al personaje? Todo este juicio, documentación y experiencia, son aristas que hacen de esta cinta un imperdible.

También se suman lecturas de otros implicados o posibles cómplices de estos actos, y Leaving Neverland, por lo menos, le pasa la cuenta y mea culpa a las madres y padres de Robson y Safechuck, planteando los cuestionamientos de cómo podía ser normal o criterioso que sus hijos durmieran en piezas privadas junto con Jackson, o por qué compartían o viajaban 24/7 con él. “Quizás pueda perdonarlo a él porque estaba enfermo, pero a mí jamás me perdonaré”, exclama entre sollozos una de las madres implicadas, a lo que la mamá de James responde, “él era un pedófilo”.

Finalmente, hay que analizar el contexto en que se instala este documental, en tiempos donde las denuncias de casos de violaciones y abusos están destapándose y siendo validados por la prensa y opinión pública. Se debe añadir que se hace con un Michael Jackson o supuesto criminal ya muerto, entonces los platos rotos y consecuencias van hacia su herencia musical y relevancia como ícono cultural. Y con dos confesores que, por lo demás, ya tenían sus vidas hechas, económicamente hablando: Robson es un destacado bailarín con un pasado trabajando junto a grupos de la talla de N´Sync y Britney Spears; y Safechuck tiene su empleo ligado a temas audiovisuales.

Entonces, después de ver Leaving Neverland, es el espectador quien, con estas y otras lecturas, debe ver cómo sigue percibiendo a Michael Jackson, pero por sobre todo y más importante, creo yo, es cómo respondemos ante este tipo de crímenes, sin importar quién esté detrás.

¿Valoras el legado musical de Michael Jackson tras ver el documental?