Cuando estaba en la universidad, el “mito” del People Meter aparecía constantemente en las conversaciones. Nadie nunca había visto uno ni conocía a nadie que tuviese el dichoso aparatito en su casa. Tras un par de preguntas al callo e ideas conspirativas, el asunto siempre adoptaba un cariz de leyenda urbana creada para embaucar a los ingenuos, con números inventados o “al ojo” para sacar más dinero a las marcas con tal o cual programa al aire…
Esa es una de las razones, pienso, por las que siempre me ha entusiasmado el papel de las redes sociales en los dictámenes televisivos. Más allá de que el People Meter sea real o no, su alcance a estas alturas estaría obsoleto, desplazado por otro sistema más inmediato: las redes sociales. Y he aquí la mayor evidencia: la consultora Nielsen –ícono en investigación y análisis de audiencias– acaba de lanzar oficialmente su nuevo ranking de preferencias en la pantalla chica, de la mano de, obvio, Twitter.
Ya en el 2011 hablábamos que los realities, los culebrones y las series se habían tomado los Trending Topics, que suponían una novedosa “medición” que ningún canal estaba tomando en serio pero que pronto estarían obligados a dilucidar cómo aprovechar. Hoy se pelean y celebran esos escalafones, aunque la mayoría de los ejecutivos siga sin tener ni idea por qué o qué ganan con eso; simplemente, “hay que estar ahí”. Es así como la iniciativa "Nielsen Twitter TV Ratings" ayuda ordenar el gallinero, dando seriedad y profesionalismo a esta nueva forma de “ver” televisión que es mucho más activa e invasiva que antes, con espectadores más informados, más demandantes y con mayor libertad (y vitrina) para expresar sus opiniones.
¿Cómo lo hace? Genera listas de Top 10 (diarias, semanales y mensuales) midiendo y cruzando cuatro factores: Tweets, la cantidad de tuits que nombran o aluden al programa; Unique Authors, la cantidad de cuentas (usuarios) que postearon al menos un tuit al respecto; Impressions, la cantidad de veces que esos tuits fueron vistos por otros usuarios; y Unique Audience, el número total de las distintas cuentas que demuestran al menos una impresión de uno o más tuits sobre el programa.
Son varios los argumentos a favor de este nuevo sondeo en desmedro del antiguo, pero hay dos que quisiera destacar. El primero es el “alcance”. Se sabe que 1 punto de rating significa, en promedio, que 63.180 personas sintonizaron cada minuto de duración del programa, claro que dicho número es tan sólo una estimación, pues de esos miles, la muestra real –es decir, quienes poseen un people meter en su casa y sintonizan realmente uno u otro canal– es bastante más pequeña. En ese sentido, la estimación en Twitter es mucho más concreta de cuantificar. Nielsen no sólo da el número exacto de personas que dicen estar viendo tal programa, sino que asegura ofrecer una proyección certera: si 2.000 usuarios tuitean sobre algo específico, al menos 100.000 personas verán esos tweets. La verdadera audiencia de un determinado episodio de una serie es 50 veces más grande que las personas que generan tweets al respecto, afirma, y tiene las herramientas para demostrarlo.
Lo segundo es su potencial de credibilidad. Estoy de acuerdo en que cualquier cosa que suceda en Internet debe mirarse con un margen de duda (es muy fácil mentir en esta plataforma), pero aun cuando supone riesgos, lo que el usuario comunica en las redes lleva consigo un mensaje de “veracidad social” que los puntos de rating del People Meter hasta el día de hoy no han logrado generar. ¿Si un programa tiene más rating, es porque es mejor? Claramente no. Los únicos que creen ciegamente en esos resultados son los canales, a los cuales, siendo justos, no les quedaba otra, pues no existía una forma distinta de medir. Sin embargo, para la gente común y silvestre sigue siendo un sistema misterioso, en las sombras, en el que pocos confían y todos cuestionan en funcionamiento y representación.
En ese sentido, el camino que Nielsen debería seguir lo antes posible es el considerar y ponderar el análisis cualitativo (ya que por ahora sus estadísticas son algo frías y sólo cuantitativas), proceso que varios sistemas de social media ya realizan. En otras palabras, no sólo decir qué serie es la más tuiteada, sino también si esos tweets son positivos o negativos, por ejemplo. Aportaría enormemente a desbancar esa idea malamente arraigada sobre la calidad del contenido que en las redes llevamos un par de años contrariando: si es el programa más visto, no necesariamente gusta más, ya que los comentarios en tiempo real pueden reflejar más críticas o burlas que felicitaciones. Todos alguna vez hemos sintonizado cierto producto sólo por morbo…
Sincerar las mediciones es un paso gigante que como sociedad estamos ansiosos de dar. Las primeras opiniones “expertas”aseguran que “Nielsen Twitter TV Ratings” –que por ahora sólo analizará contenido de canales estadounidenses– viene únicamente a complementar el sistema ya existente, pero todo apunta a que debería más bien reemplazarlo en el mediano plazo, pues empujará a la luz las falencias conocidas pero silenciadas del rating clásico. Valorar el “teletuiteo” en una justa y sana medida fomentará la transparencia de acción en muchos ámbitos y puede contribuir, si somos suficientemente optimistas, al desarrollo de una largamente esperada TV de calidad.