actualidad | Opinión | Explicación

¿Qué es un doblaje? ¿A quién beneficia el binominal? y otras dudas

Desde un tiempo a esta parte, el sistema electoral chileno se ha vuelto el enemigo público número uno y pocos quedan que no pidan cambiarlo. Aún así, una importante cantidad de personas no entiende realmente cómo funciona. Por eso, aquí se los explicamos.

Por Marco Canepa @mcanepa | 2013-11-20 | 12:11
Tags | política, binominal, sistema electoral, elecciones, candidatos, campañas

No se requiere pasar muchos minutos en las redes sociales en época electoral para encontrar comentarios y declaraciones en contra del sistema electoral binominal. Lo curioso es que muchas veces quienes emiten esos comentarios, lo hacen en casos donde el sistema ni siquiera aplica (por ejemplo, en elecciones municipales) o emiten preguntas como "Oye... ¿qué es un doblaje?".

Personalmente, creo que un acto básico de madurez y responsabilidad, es entender de lo que uno habla antes de opinar al respecto. Por eso, trataré de explicar aquí, en sencillo y lo más neutralmente posible, cómo opera el binominal y qué tiene de bueno y malo. Además, veremos a quién beneficia este sistema electoral.

¿Quién y cuándo lo ideó?

El principal ideólogo fue Jaime Guzmán, el fundador de la Unión Demócrata Independiente (UDI). Entró en funcionamiento en 1989, para las elecciones parlamentarias que pondrían fin a la dictadura, régimen militar o "democracia no-electiva" de Pinochet, según el grado de eufemismo que usted prefiera para referirse a este período de la historia nacional.

Lo irónico es que se inspiró en la reforma electoral creada por el último líder comunista de Polonia, Wojciech Witold Jaruzelski, para asegurar que el Partido Obrero Unificado Polaco, de orientación marxista-leninista, no perdiera poder ante el opositor "Solidaridad".

Las vueltas de la vida ¿no?

¿Cuándo aplica?

Aplica en las elecciones parlamentarias y sólo en las elecciones parlamentaras. Es decir, en elección de Senadores y Diputados. 

No aplica ni en las elecciones presidenciales, ni en las municipales ni en la de consejeros regionales (Core).

¿Cómo funciona?

Lo primero es que los candidatos se agrupan en listas (por ejemplo, "Alianza", "Nueva Mayoría", "Si tú quieres Chile cambia", "Independientes", etc.) para competir en diferentes zonas, que se llaman "circunscripciones" (senadores) o "distritos" electorales (diputados). Por cada zona se eligen dos candidatos.

El sistema establece que se elige el candidato más votado de cada una de las dos listas más votadas. Es decir, el más votado mío y el más votado tuyo. 

Lo importante aquí es que la suma de los candidatos de la lista importa más que la votación de cada uno de ellos. Así, puede pasar que un candidato, pese a tener más votación que otro de la lista contraria, no logra elegirse. Incluso puede pasar que el candidato más votado no se elija. 

¿Te enredaste? Con este mono queda más claro:

  • Como vemos, en el Caso 1, los dos candidatos más votados son el "A", de la lista 1 y el "C", de la lista 2. Ambos salen elegidos, por pertenecer a listas diferentes. ¡Todo bien!
  • Sin embargo, en el Caso 2, los dos candidatos más votados son el "A" (25%) y el "B" (20%), ambos pertenecientes a la Lista 1. A pesar de esto, el sistema binominal indica que se debe elegir uno de cada lista más votada, por lo que de todos modos se eligen el candidato "A" y el candidato "C". ¡Mala suerte, candidato "B"!
  • El caso 3 es el más curioso. El candidato "E" de la Lista 3 es el más votado, pero su compañero sacó tan pocos votos, que entre ambos consiguen menos votos que las otras dos listas, que eligen a sus respectivos candidatos más apoyados. 

El doblaje

Sin embargo, existe una excepción a la regla anterior. Cuando la lista más votada logra DUPLICAR la votación de la segunda mayoría, ocurre lo que se llama un "doblaje". Cuando eso ocurre, se eligen los dos candidatos de la lista ganadora.

Nuevamente, esto parece lógico si los dos candidatos de la lista ganadora tuvieron una alta votación, pero a veces ocurre que un candidato tiene una votación tan buena, que "arrastra" a un compañero de lista, aunque este haya tenido una votación más baja que sus contrincantes. 

Revisemos este otro monito explicativo:

Como vemos, en ambos casos la Lista 1 sacó 70% de los votos, logrando más que duplicar a la Lista 2, que sólo sacó 22%. Por lo tanto, los dos candidatos de la lista ganadora son automáticamente elegidos.

Sin embargo, sólo en el primer caso los dos candidatos tenían las más altas votaciones. En el Caso 2, la segunda mayoría pertenecía al candidato "C", de la Lista 2, pero de todos modos no fue elegido.

¿Por qué es así el sistema?

Básicamente, para obligar a los acuerdos. La idea es que, a menos que haya una clarísima preferencia por una lista, las dos facciones con más apoyo queden representadas en el congreso de manera más o menos equilibrada. Con eso, se asegura que las decisiones que se tomen sobre el país sean "de consenso". Así, se pretende evitar que cada vez que el poder cambia de manos, el nuevo gobierno desmantele todo lo hecho por el anterior o cambie las leyes fundamentales a su gusto.

Además, al forzar un sistema de listas, se promueve que los partidos formen alianzas con otros partidos afines, de modo que entreguen gobernabilidad.

¿Y cuál es el problema?

Existen tres críticas al sistema:

La primera crítica es que se trata de un sistema poco representativo, porque al final, la mayoría y la primera minoría terminan pesando lo mismo. En otras palabras "da lo mismo qué bando gane, porque igual salen elegidos los dos". Esto, a su vez, afecta la credibilidad de los políticos y el sistema, porque muchos salen elegidos con bajas votaciones. Así mismo, también desincentiva el interés de la gente por votar.

La segunda crítica tiene que ver con los altos "quorums" necesarios para modificar cierto tipo de leyes importantes. Por ejemplo, para modificar la Constitución se requiere el voto favorable de 3/5 de los diputados y senadores en ejercicio; algunos capítulos, incluso, requieren una aprobación aún más alta, de 2/3. Como el sistema binominal tiende al "empate" electoral, es muy difícil que una facción logre una mayoría tan abrumadora como para modificar a su gusto la carta fundamental, por lo que igual deben intentar llegar a acuerdo con los contendores, que bloquean la iniciativa pese a ser minoría.

Por último, la tercera crítica es que el sistema de listas hace muy difícil para los independientes entrar a la política, salvo que hagan alianzas con partidos tradicionales y se incorporen a sus listas. 

¿Y qué hacemos? 

Finalmente, depende de lo que se quiera lograr. ¿Queremos mayor representatividad o queremos mayor gobernabilidad? Debemos entender que ningún sistema es perfecto y que sus fortalezas son al mismo tiempo sus debilidades. 

Me explico: En un sistema proporcional, altamente representativo, en que todas las minorías están expresadas proporcionalmente en el congreso, todos pueden expresarse, pero es muy difícil ponerse de acuerdo. Si existe demasiada variedad de ideas, es muy fácil que se paralice la labor legislativa por falta de acuerdos y que el gobierno, en definitiva, se estanque. 

Por otro lado, en un sistema mayoritario, en que se produce un claro ganador, el resultado es un grupo fuerte que puede hacer grandes cambios, pero que a la vez, no tiene ninguna obligación de escuchar a las visiones minoritarias. En otras palabras, carece de contrapesos. Y bien dice el dicho que "el poder absoluto corrompe absolutamente".

Así, no es tan obvio qué camino hay que seguir y no corresponde a esta columna apuntar al camino. Sólo me interesa que quede claro que la cosa no es tan fácil y que no hay una "bala de plata" que solucione todos los problemas. Cada sistema tiene sus defectos.

Por eso, antes (o además) de gritar "hay que cambiar el sistema", sería bueno que nos pusiéramos de acuerdo respecto a qué sistema queremos que lo reemplace.

¿A QUIÉN BENEFICIA EL BINOMINAL?

Dado que el sistema tiende al empate, se supone que beneficia a la segunda mayoría. Y como en Chile la derecha ha sido tradicionalmente esa segunda mayoría, lo habitual es señalar que es la derecha la gran beneficiada. Sobre todo por el tema de los quorums que hablamos antes.

Sin embargo, no siempre es así. Por ejemplo, este año, el binominal benefició mucho más a la "Nueva Mayoría" para ampliar su ventaja, y la "Alianza" salió bastante damnificada. 

De hecho, en la elecciones senatoriales, se eligieron 2 senadores más para la "Nueva Mayoría" producto de la aplicación de este sistema, que si se hubiesen elegido los dos candidatos con más votos. 

En el caso de los Diputados, el binominal benefició a la "Nueva Mayoría" en 7 distritos y la perjudicó en 4, así que ganaron 3 diputados. Con la Alianza pasó exactamente lo contrario, el Binominal les ayudó a elegir 4 diputados pero les hizo perder 7. En cuanto al pacto "Si tú quieres, Chile cambia", perdieron un diputado pero ganaron otro.

¿Quieres cambiar el binominal? ¿Qué pondrías en su reemplazo?