10 cosas que tanto odiamos de la Navidad (y cómo podemos cambiarlas) – Parte 1

El barbón saca su Grinch interno y nos habla de todas las cosas que no soporta de la navidad. Pero como estamos en El Definido, también nos explica cómo podemos solucionarlas sin rabiar en estas fechas.

Por Alfredo Rodríguez @AlfreoRodriguez | 2013-12-03 | 11:00

Llega el mes de diciembre y la navidad comienza a invadir nuestros corazones (porque al comercio lo invadió como en septiembre). Y como siempre, junto con el espíritu navideño surge la otra cara de la moneda: esas ganas de quemar los pinos navideños, obligar al viejo pascuero a bancarse los 30 grados de calor en el paseo ahumada con su ropa invernal y las ganas de cenar reno asado para nochebuena.

Esos pensamientos destructivos que provienen del pequeño Grinch que todos llevamos dentro que nos invita a odiar al mundo solo porque no es como nosotros quisiéramos. Porque, asumámoslo, la navidad no es para nada una fiesta perfecta. Pero como la invitación en El Definido es a ser un agente de cambio, en este artículo los invito a matar el Grinch, cambiando 10 cosas que (quizás) odiamos de la Navidad.

10. Malditos villancicos.

¿Odias los villancicos? ¿Estás chato de escuchar cómo los peces beben en el río y todo duerme en derredor? ¡Pare de sufrir! La solución está al alcance de su mano y se llama audífono. Está bien, no es la solución más sociable del planeta, pero entre andar rabiando o sufriendo, y andar ensimismado por la vida, mejor lo segundo. Además, necesitaremos utilizarlos solo un mes, después podremos volver a escuchar al mundo (a menos que también odiemos las cuecas de septiembre, en ese caso serán dos meses).

9. Malditos adornos navideños.

¿Odias el glamour kitsch de los brillos plásticos propios de la estética navideña? Bueno, a menos que seas un poderoso dictador, el cambiar el cómo adorna su casa el vecino es imposible. Pero siempre se puede cambiar el mundo empezando por casa. Por un lado, este año como nunca he visto que hay oferta de adornos navideños para todos los gustos, así que si estás dispuesto a gastar, la tienes fácil. Ahora, si no queremos desbancarnos comprando adornos, nos quedan dos opciones: hacer nuestros propios adornos o simplemente no adornar.

Los que se animen a hacer sus adornos, pueden encontrar miles de ideas en internet, en tutoriales de Youtube o en sitios de manualidades. Ahora, quienes tenemos niños pequeños y nos gusta la onda hecha a mano, contamos con mano de obra dispuesta a realizar todo tipo de adornos con fideos y cola fría. No es lo más sofisticado del mundo, pero con unos pocos pesos tendrás el árbol adornado, y lo más importante, tardes completas de niños entretenidos lejos del televisor.

8. Maldita comida cálida.

¿Odias el jengibre? ¿No aguantas el pan de pascua? ¿En navidad lo único que ansías es un enorme vaso de agua? Bueno, asumámoslo, es diciembre y hace calor ¡No tenemos para qué estar comiendo galletas recién horneadas! Vivimos en un país con buena fruta fresca que podemos disfrutar. Y si lo que nos gusta es pasar tardes adornando galletas, podemos cambiar las masas por unas frutillas bañadas en chocolate, igualmente decorables. Con un poco de ingenio verás que no es necesario morir de sed esta navidad.

7. Maldito colapso en las tiendas.

Esta es la típica paradoja: odias que todos vayan a comprar al mismo tiempo que tú, pero no te das cuenta que tú fuiste al mismo tiempo que todos ellos. Acá la mejor forma de sobrevivir es ser organizado y evitar el comercio en sus horas peak. Pero, si nos toca sumergirnos en el colapso, lo mejor es hacerlo entendiendo que nosotros no somos las víctimas, sino responsables en parte del problema. En ese caso, lo mejor ponerse los audífonos, respirar profundo y armarse de paciencia.

6. Maldita programación navideña.

¡Todo es navidad en la TV! En tu caso yo también estaría desesperado, pero ¿por qué todavía vives a merced de la programación? ¡No te quedes en el pasado! Ahora existe la internerd, donde puedes manejar tus propios contenidos. Netflix, Youtube y un sinnúmero de alternativas. Incluso, si somos  busquilla, podrás encontrar mucha de la programación de televisión abierta disponible para ver on-line en diferido y sin comerciales. Ahora, si lo que nos gusta es ver el matinal, entonces estamos condenados a prender la TV, pero no creo que en ese caso tengamos derecho a quejarnos por los contenidos.

¡Lo sé! ¡Todavía queda muchas más cosas que odiamos de la navidad! En la próxima columna revisaremos otras 5 cosas, aún peores, que odiamos de la navidad, pero que (aunque no lo parezca) sí tienen solución.