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"Como en todo ámbito de la paternidad, ser ejemplo es lo principal".
El domingo pasado fueron las elecciones presidenciales, lo que puede haber dejado a unos contentos y a otros tristes. Sin embargo, a nadie puede dejar indiferente la baja participación que se obtuvo. Se pueden hacer diversas lecturas al respecto, pero hay un tema de fondo que no podemos obviar: la falta de compromiso y sentido cívico.
Si queremos que esta situación cambie, tenemos que detenernos y reflexionar sobre nuestro rol de padres como formadores de los ciudadanos del mañana.
Ser padres implica formar a los hijos en muchas dimensiones: inculcar hábitos, normas, rutinas, valores, fortalecer la autoestima, el desarrollo socio emocional, el manejo de las emociones, entre otros y muchas veces no somos conscientes de que también tenemos un rol en educar a nuestros hijos para que el día de mañana sean buenos ciudadanos, que sepan que así como tienen diversos derechos, tiene que cumplir ciertos deberes.
Para los niños preescolares, el mundo es su familia y de nosotros depende que les mostremos que somos parte de una sociedad, en la que cada uno colabora y construye. Sus primeras experiencias de vida en común son en el jardín infantil o en el colegio y ahí comienzan a aprender el respeto por las autoridades, a vincularse con otros, la tolerancia a los demás. Pero también nosotros podemos hacer un trabajo explícito de generar las instancias para que valoren la vida en comunidad y la reflexión en torno a nuestro rol en ella.
Como en todo ámbito de la paternidad, ser ejemplo es lo principal. Que nos vean a nosotros siendo personas comprometidas con la sociedad es fundamental para que sea algo común y natural para los niños. También se puede inculcar el sentido cívico y de pertenencia ala comunidad, en pequeños detalles de la vida cotidiana tales como:
- Usar los espacios comunes. Salir de la propia casa y mostrar el valor de la vida en comunidad, llevándolo a plazas, actividades, exposiciones, etc.
- Cuidar los espacios y bienes públicos. No botar basura, usar bien los juegos de las plazas, no rayar mesas, bancos, etc., y usar estos momentos como instancia de reflexión en torno a que si él lo cuida, otra persona también podrá disfrutarlo.
- Llevarlo a que conozcan los lugares significativos de la ciudadanía, explicándole el rol que cumplen en la sociedad. Por ejemplo, la plaza da armas, el palacio de gobierno, la municipalidad, el centro comunitario.
- Enseñarle que existen autoridades y hay que respetarlas aunque no nos guste su forma de pensar. El Presidente, el Alcalde, los Carabineros, etc.
- Enseñar que existen leyes, como las del tránsito, para vivir en paz y se deben respetar. Por ejemplo, cruzar por los paso de cebra, no estacionar en lugares prohibidos, no exceder la velocidad, ante la luz roja detenerse. Por lo mismo, predicar con el ejemplo y jamás, por ejemplo, cruzar con el niño por un lugar prohibido.
- Enseñarle que pueden y deben hacer cosas por los demás, que no solo hay que recibir sino también que dar. Por ejemplo, participar en colectas nacionales y campañas solidarias.
- Mostrarle que dentro de la sociedad existe diversidad y que cada persona tienen algo valioso que aportar, que merecen nuestro respeto y valoración. Por ejemplo, hablares de las personas que tienen capacidades diferentes, que hay personas de distintas etnias o religiones y no por eso las vamos a discriminar, hablar mal de ellas o darles un trato peyorativo. Es fundamental que nuestros hijos nunca nos escuchen hablar refiriéndonos de una manera burlesca sobre personas por ser diferentes.
- En las instancias formales donde se ejerce el deber cívico, como las elecciones o pagar los impuestos, hablarle de qué se trata, por qué se está haciendo y para qué sirve, mostrando nuestra responsabilidad hacerlo.
- Hablar con los niños desde que son pequeños sobre el deber cívico. Muchas veces creemos que porque son chicos no son temas que les competen, sin embargo, si usamos un lenguaje adecuado y sencillo, podemos ir gradualmente enseñándoles diversos conceptos de la educación cívica.
- Hablar de temas de contingencia que afectan al país y al mundo, en un lenguaje apropiado, de manera que desde chico se familiaricen con aspectos que son relevantes por ser parte de una sociedad. Por ejemplo, tras una catástrofe, comentar lo difícil que es para las personas, cómo les afecta y cómo nosotros podemos ayudar.
- Enseñarle que si no están conformes con algo, la manera de generar cambios es actuando y haciendo algo al respecto, no solo criticando.
La sociedad en la que vivimos y se desenvuelven nuestros hijos la construimos entre todos, cada uno aportando con sus diferencias y debemos inculcar a nuestros hijos desde que son muy pequeños el sentido del deber para con nuestra sociedad, donde ellos y nosotros, con nuestros pequeños actos podemos hacer más llevadera la vida de los demás y contribuir a una sociedad mucho mejor.