Frozen – Nieve cálida

La nueva película de princesas de Disney entretiene, aunque no alcanza su potencial. Más interesante, en todo caso, es que marca un nuevo enfoque por parte del estudio del ratoncito respecto de este clásico género.

Por Alfredo Rodríguez @AlfreoRodriguez | 2014-01-03 | 10:58
Tags | cine, entretención, películas, crítica, frozen, disney, animación, infantiles
"Se nota que Disney hizo un importante esfuerzo por reinventarse y presentar una forma diferente de hacer películas de princesas"

Recién estrenada en Chile, Frozen: Una aventura congelada es la apuesta de Disney para seguir produciendo películas de princesas. Siguiendo el camino que inició Enredados hace 3 años (finales de 2010), el estudio del ratoncito vuelve a adaptar un cuento de hadas a su pinta: tomando la premisa central y construyendo una historia nueva, agregando personajes y complejizando el conflicto. La propuesta es atractiva, potente, con una trama atrapante y con personajes queribles, aunque algo pasa que a medida que la película avanza, la propuesta sólida comienza a derretirse un poco.

De regreso a los cuentos de hadas.

Elsa y Anna son dos pequeñas y adorables hermanas princesas, ambas muy diferentes. Anna es entusiasta, positiva y está llena de energías. Elsa, por su parte, es más retraída e insegura y esconde un gran secreto: tiene el poder de crear hielo y nieve a voluntad. Luego de que Anna sufre un accidente mientras ambas niñas jugaban con los poderes de Elsa, los padres deciden ocultar las facultades mágicas de su hija mayor para siempre. Luego de la muerte de los reyes, Elsa debe asumir el trono, pero no se siente capaz de hacerlo sin que el pueblo se entere de su secreto… y su temor era justificado, porque efectivamente no lo consigue y desata el caos climático y político en la región.

¿Qué te pasó Frozen?

Todo iba bien, todo iba muy bien, el comienzo de la película lo sentí poderoso y cautivador. Disfruté muchísimo con toda la presentación de la trama y en el momento en el que explota el conflicto estaba alucinando, pero entonces algo pasó. O más bien, algo no pasó. La historia perdió potencia, la tensión se perdió y la gran aventura disminuyó su grandiosidad. Aparecieron personajes que no parecían realmente aportar mucho a la trama y las cosas no parecían complicarse cuando todavía quedaba más de media película por narrar. Y así la historia, sin aburrir, pierde la intensidad que me tuvo al comienzo sentado en el borde del asiento. De todas formas, no aburre en absoluto y está lejos, muy lejos de ser una mala película, pero peca de una falla que a algunos nos cuesta perdonar: el inicio promete demasiado.

Lo bueno de lo frío.

Frozen es una excelente alternativa de entretención, sobretodo si quieres acompañar a tus hijos. Es una película que en sus mejores momentos emociona mucho y en los peores simplemente entretiene. Además, se la juega por un enfoque diferente: la trama se centra en un conflicto entre dos hermanas y sus problemas, donde la fuerza del mal y la historia de amor toman un papel muy secundario. Se nota que Disney hizo un importante esfuerzo por reinventarse y presentar una forma diferente de hacer películas de princesas, donde los personajes femeninos son fuertes y determinados, y ya no necesitan de un príncipe que los salve, ahora ellas están dispuestas a enfrentar sus problemas.

Yo recomiendo ver Frozen, aunque sin hacerse demasiadas expectativas. Es una película con algunos problemas en la trama, que no sentí a la altura de Enredados, pero que está muy, muy lejos de ser ignorable. Sobretodo para quienes nos gustan las películas de animación. Porque quizás no se trate de un clásico instantáneo, pero claramente es de las mejores películas que ha hecho Disney (en sus estudios, no en los de Pixar) en este milenio. Un milenio en el que a Disney le ha costado encontrar el rumbo, pero en que últimamente le hemos visto muy bien encaminado.