Imagen: Gojko Franulic

Emprendimiento: si no es social, ya no sirve

Fran Solar estuvo en MeetLatam, conversando con algunos "secos" del emprendimiento social y nos cuenta los que piensan sobre la actualidad y el futuro de este tipo de proyectos.

Por Francisca Solar @FranSolar | 2014-04-30 | 11:00
Tags | emprendimiento social, MeetLatam, emprendimiento, bienestar, Fran Solar

Gracias a la invitación de los organizadores de MeetLatam, tuve el privilegio de moderar uno de los primeros paneles de este importante ciclo de conferencias sobre emprendimiento e innovación. Representando a Girls in Tech en Chile, lideré una entretenida conversación de casi 1 hora con cinco empresarios y líderes en sus áreas. ¿Sobre qué? Sobre emprendimiento social.

El apellido “social” es importante aquí, así que paso a explicarlo, porque no es igual que el emprendimiento a secas. Si bien el emprendimiento social como concepto no tiene una sola definición, ya que de alguna manera todavía se está construyendo, si quisiéramos resumirlo se refiere básicamente a aquellas iniciativas empresariales que se desarrollan tomando el bienestar social como norte, objetivo o foco principal, eligiendo, además, la tecnología e innovación para armar dichas iniciativas. Se dice que surge como una alternativa rupturista para resolver problemas socio-culturales, económicos, incluso ambientales, sin esperar que el gobierno de turno o un agente privado ya consolidado llegue a solucionar esos problemas. El emprendedor social, tal como dije en la conferencia, no espera a nadie: es ese creativo que busca y lidera los cambios para el desarrollo sustentable y armónico de su comunidad, ciudad, país, región… y el mundo, por qué no. 

La diferencia sustancial es que para el emprendedor social lo más importante no es ganar mucha plata, ni construir un imperio, ni salir en la lista de Forbes o vender la empresa en 5 años por un precio millonario al fundador de Facebook. No. Lo más importante para él es aportar al bienestar de otros, ya tenga impacto sólo en su comuna o en todo el globo, pero que sea una ayuda real. Del panel que debí moderar, con el primero que conversé fue Sergio Fernández de Córdova. Entre sus muchas actividades y cargos –tiene un currículum impresionante que pueden revisar en el sitio de MeetLatam– fundó PVBLIC Fundation, la cual se dedica a ceder espacios publicitarios para impulsar causas sociales. Ya ha apoyado pequeñas y grandes campañas solidarias o con diversos fines loables. “La gente quiere comunicarse, contar lo que le está pasando, encontrar a otros que vivan lo mismo y buscar entre ellos las soluciones.” Puede parecer poco, pero un cartel o una pantalla puede hacer mucho por un llamado valioso. Piensen en todo lo que se logró como ayuda para Valparaíso utilizando mayormente sólo las redes sociales… La publicidad tradicional (desde folletos hasta gigantografías) pueden ser muy poderosas aún en varios lugares del mundo.

Marcus Shingles es partner en Deloitte Consultings y ha ayudado a muchas non-profits a conseguir capital para desarrollar sus ideas sobre un mundo mejor. Se sentó al otro lado del panel, justo frente a mí, y su filosofía sobre el emprendimiento social es preciosa; según él, de aquí a 5 o 10 años más, si un nuevo nuevo negocio o empresa no tiene un sólido componente social, no va a subsistir. Para Marcus, eso de generar y acumular ganancias por el placer de la fama o riqueza está algo obsoleto, pero más allá de la valoración en sociedad, piensa que en el corto plazo los emprendimientos sociales serán una necesidad. No sólo la gente los va a exigir: los inversionistas también. Hay muchas cosas que los gobiernos y/o las empresas grandes y tradicionales no han podido hacer –por mil factores desde la linealidad de sus procesos, la falta de creatividad en sus áreas hasta sus directorios octogenarios que no han logrado subirse a la micro de la modernidad –, por lo que los verdaderos cambios están en manos de los jóvenes, los millenials, según Marcus, y lo dice con tanta convicción que da gusto creerle.

Eduardo Abeliuk aporta lo suyo desde la educación con Classroom.tv, convencido de que las plataformas digitales son grandes soluciones aún no totalmente exploradas. E Ingrid Vanderveldt y Susan Fonseca, por sus lados, luchan por abrir caminos a niñas y mujeres, empoderarlas, darles herramientas para que demuestren sus capacidades en un mundo que, de a poco, está cada vez más abierto al liderazgo femenino, y así construir una mejor sociedad. El proyecto de Susan es el más ambicioso de todos: Women at the Frontier quiere visibilizar a todas las grandes líderes desconocidas del mundo para mostrarlas como inspiración y modelo, no sólo a otras mujeres, sino a todo el que le interesen las mentes brillantes…

Fue un placer hablar con todos ellos sobre cómo la gente común y corriente está tomando las cosas con más independencia. Que ya no se quedan de brazos cruzados: identifican la necesidad de su comunidad y se organizan para hacer algo al respecto. De ahí, del ciudadano común, nace la mayoría de los emprendedores sociales, y los grandes desafíos del futuro cercano (según concordaron todos los panelistas) son aquellos relacionados con el acceso a agua potable, a electricidad e internet en lugares aislados, a educación de calidad en… bueno, todos lados, y muchas otras áreas que gobiernos o transnacionales han dejado en el olvido. ¿Tienes alguna idea que pueda revolucionar al mundo? ¿Te atreves?

Me quedo con el vaticinio de Marcus. Los emprendimientos sociales se convertirán en los grandes negocios del mañana, en grito y plata, porque la plata por la plata ya no está de moda, y gritar con fuerza sí.

¿Qué les parece esta manera de ver el emprendimiento?