Imagen: Gojko Franulic

Mamaaaaaá ¡tienes tarea! - Los temibles deberes escolares

Un gran punto de conflicto para los padres, ¿Es el colegio quien los sobrecarga de tareas? ¿Son los niños de esta generación menos esforzados? Estas recomendaciones te ayudarán a enseñarles a ser responsables de la mejor manera.

Por Ignacia y Javiera Larrain | 2014-05-29 | 12:30
Tags | educación, colegio, tareas, deberes, trabajo, responsabilidad, autonomía

Juan está en 3º básico, sus padres están cada día más angustiados porque ven que es un “irresponsable”. No es que le vaya mal en el colegio, su rendimiento se encuentra dentro del promedio del curso, pero él “vive en otro planeta”. Nunca sabe cuándo tiene prueba, se le quedan todos los cuadernos en el colegio por lo que tiene a la fecha alrededor de 10 anotaciones “sin tarea” y otras cuantas por no llevar los materiales requeridos. Si bien en su escuela usan una agenda y hay un calendario donde se anota lo que deben hacer, esta herramienta no cumple su objetivo, ya que la mitad de las veces, se le queda en el colegio y la otra mitad no ha copiado lo que debía realizar.

Su madre ya no sabe qué hacer, porque lo ha intentado todo. Va semanalmente al colegio y le saca una foto al calendario de tareas del niño, cada vez que se que queda un cuaderno ella llama a la mamá de algún compañero para conseguirle la materia,lo que significa partir a la casa del niño a buscarlo. Ha pedido dos entrevistas con la profesora para que lo ayuden en el colegio, pero nada de esto parece dar resultados. 

La mamá de Juan comenta su preocupación a través del grupo de WhatsApp de apoderadas del curso de su hijo. “Por suerte existe WhatsApp!”.  Éste aplicación del celular para ella se ha convertido en un apoyo para ella y otras mamás, ya que pueden preguntar qué tienen que hacer o llevar los niños al colegio al día siguiente. Además algunas mandan las fotos de las tareas para que las que no llevaron sus materiales sepan qué es lo que hay que hacer e incluso es un espacio donde apovecha de descargarse y quejarse de lo “terriblemente exigente que es el colegio” y “lo difíciles que son las pruebas y trabajos que se les manda”.

¿Es realmente una buena estrategia la que está siguiendo la mamá de Juan? ¿Qué efectos produce esta hiperconectiviadad que hoy existe entre los apoderados?

Lo primero que hay que considerar es que es muy poco probable que Juan logre hacerse cargo realmente de sus deberes escolares ya que tiene una verdadera secretaria personal, que ha asumido por completo la responsabilidad de saber qué, cómo y cuándo hay que hacer cada cosa para cada asigntaura. Si bien la madre tiene la mejor de las intenciones y lo que quiere lograr es que su hijo llegue con sus tareas hechas y cumpla con lo que el colegio le exige, en el fondo no ha logrado darse cuenta que el mensaje que le está enviando a su hijo con toda sus acciones y esfuerzo es: “yo me hago cargo, yo te organizo la vida, yo soy la responsable”. Así el niño descansa sabiendo que está la mamá detrás para solucionar cualquier problema y no siente la necesidad ni la responsabilidad por hacerse cargo de sus deberes.

Esta es una actitud que podemos observar con frecuencia en muchos padres hoy en día. Se da en el ámbito escolar, pero también podemos observarla en otros planos: como padres queremos evitarle a los hijos la frustración (que no lo anoten en el libro o que no se saque una mala nota). El problema es que asumiendo la actitud de “subsidiar” al niño, resolviendo nosotros los problemas por ellos e incluso adelantándonos a éstos para que no tenga que enfrentarlos, efectivamente le evitamos el problema presente, pero no lo ayudamos a desarrollar en él habilidades fundamentales para desenvolverse en la vida y lograr lo que se proponga. No le estamos entregando las herramientas para enfrentar la vida y no lo ayudamos a hacerse relamente cargo de sus responsabilidades y ni de sus acciones. Y ésta es una habilidad socio emocional funtamental para cualquier persona.

Por otra parte, el WhatsApp de apoderados puede ser un arma de doble filo, porque por una parte ayuda a informarse sobre actividades o necesidades específicas de los niños, pero puede convertirse en una herramienta peligrosa que lleva a que los apoderados sean los que finalmente tienen que hacerse cargo del ámbito escolar de sus hijos. Por ejemplo, en la era pre-whatsApp, cuando al niño se le olvidaba que tenía una prueba, la mamá no se enteraba hasta el día siguiente cuando el hijo llegaba contando que le había ido mal en la prueba porque no había estudidado (o algunos incluso mucho después, cuando recibían la mala nota). Pero hoy, llega un mensaje a las seis de la tarde preguntando “¿Quién sabe qué materia entra en la prueba?”. Y la mamá cuyo hijo le dijo que no tenía nada para mañana entra en estado de shock y responde “¿Qué prueba?”. Y así comienza una cascada de mensajes, los cuales van aumentando el nivel de nerviosismo. “Es una prueba difícil”. “Mi hijo trajo el cuaderno pero incompleto”. “La profesora debiera recordarles”. Al final la mamá parte, ya muy nerviosa, donde el hijo a retarlo por no haberse acordado y le dice que ya le consiguió la materia, porque un amigo le prestará el cuaderno que ella irá a buscar para fotocopiar y cuando vuelva a la casa tiene que ponerse a estudiar (a esas alturas ya son las 20:00). 

Tal vez habría sido mejor que el niño experimentara las conseceuncias de no haber puesto atención, no haber anotado y no haber traído sus materiales de estudio. Solo de esa manera, enfrentando las consecuencias de sus actos, se hará consciente de la importancia que tiene ser responsable y cumplir con sus deberes, y por ende hacerse cargo de ellos.

¿Qué hacer entonces? Algunas sugerencias

- En ocasiones, para los niños es muy brusco el cambio de preescolar (donde están muy protegidos) al primer ciclo básico. Por esto, es bueno comenzar desde que el niño es pequeño a desarrollar hábitos de autonomía escolar, que impliquen que él se haga cargo de algunas cosas sencillas, como por ejemplo, él poner su delantal en la mochila los lunes, ser él el encargado de pasarle la libreta a la mamá para que la firme. De este modo le estamos dando el mensaje de que las cosas del colegio dependen de ellos y que no es la mamá la que debe hacerse cargo de todo.

- Desarrollar hábitos y rutinas en torno al tema de las tareas. Por ejemplo, establecer un lugar fijo para guardar la mochila, libros y cuadernos escolares, de manera que no estén dando vuelta por toda la casa. Además, es bueno que las tareas se hagan siempre en el mismo lugar (idealmente en una mesa o escritorio en un lugar tranquilo de la casa), de manera de eliminar otros distractores y asegurarse que ahí estrán todos los materiales disponibles y a su alcance.

- Diseñar con el propio niño un sistema de registro de tareas. Existen distintas alternativas y cada uno podrá construir el que más le acomode. Una posibilidad es tener un calendario mensual pegado en el lugar donde hace las tareas, y cada día, al comenzar las tareas, copiar en él los nuevos encargos.  Otra alternativa es tener una pizarra en la que cada día él mismo piensa y escribe lo que tiene para el día siguiente. 

- Es bueno que conozca una estrategia para enfrentar situaciones en las que no sepa qué es lo que tiene que hacer o estudiar. Por ejemplo, tener anotado el número de teléfono de dos amigos a quienes él pueda llamar. Es importante que sea él quien se hace cargo de solucionar ese problema (nosotros podemos darle apoyo, estar a su lado, orientarlo, pero no ser quienes resolvemos el problema por completo).

- Establecer un horario de trabajo escolar. Este dependerá de la cantidad de trabajo, de la edad del niño y de su esilo de aprendizaje. Algunos niños prefieren hacer las tareas tan pronto como llegan del colegio (así quedan “libres” para el resto de la tarde), mientras que otros necesitan un rato para jugar o descansar antes de iniciar el estudio. Lo bueno es establecer un compromiso con el propio niño, mostrándole que él puede definir el horario (dentro de un rango razonable) pero que una vez que lo haya escogido, será su responsabilidad hacer que se cumpla. Aquí también se le está entregando el mensaje de que el colegio depende de él.

- Al momento de estudiar o hacer las tareas es bueno que pueda haber algún adulto disponible (que esté cerca) para ayudarlo a solucionar alguna duda o explicar algo que le resulte muy complejo. Pero como actitud inicial no debemos ser nosotros los que nos sentemos todo el tiempo a su lado y vayamos guiando cada uno de los pasos de lo que deben ir haciendo (o peor aun, hacer la tarea por él para que le “vaya bien”). Una buena estrategia puede ser la de revisar inicialmente la tarea con el niño para ver si entiende bien las instrucciones y luego dejarlo que la haga solo, estando disponible en caso de que no sepa cómo hacer algo.  

- Respecto al WhatsApp u otras vías de comunicación entre los apoderados, es recomendable tratar de mantener una actitud serena y no “enganchar” cuando todos comienzan a hablar de lo terrible que es la vida escolar y de las miles de cosas que tienen que hacer. Cuando haya que pedirle ayuda a un compañero, es mejor hacerlo por una vía más directa e individualizada. 

Uno de los objetivos de las tareas y trabajos escolares es ir desarrollando en el niño un sentido de responsabilidad y también la capacidad de hacer frente a los problemas que éstos nos plantean, además de crear hábitos y rutinas de estudio. Como padres tenemos que saber adoptar una posición equilibrada que suponga estar presente y brindar apoyos pero no caer en hacernos cargo nosotros de resolver los problemas escolares del niño, ya que de ese modo se acostumbrará a que de las situaciones difíciles deben hacerse cargo otros y externalizará todas las responsabilidades. Por consecuencia, el sentido de los deberes que él tiene como estudiante (que dependerán de su edad), se pierde por completo y juega un rol completamente contrario.

¿Has vivido esta situación con tus hijos o la ves en otros padres? ¿Qué otras técnicas exitosas recomiendas?