Imagen: Gojko Franulic

¿Leche materna o fórmula? No hay por dónde perderse

Muchas mujeres hoy nos planteamos la decisión de si amamantar a nuestro hijo o darle fórmula de tarro, poniendo en la balanza las ventajas de cada opción. Sin embargo, desde la perspectiva de la salud del niño, no hay comparación, la leche de la propia madre es el alimento por excelencia.

Por Luz Edwards @luzedwardss | 2014-06-19 | 12:30
Tags | leche materna, lactancia, bebes, madres
"La promoción de la lactancia materna, entonces, no es un tema de estilo de vida ni ideología ni moda pasajera. Es un tema de salud"

No es raro escuchar mujeres mayores de 50 años decir que la lactancia materna "se puso de moda". Están las famosas “tetadas” que promueven lo natural de dar pecho y luchan porque no sea mal visto hacerlo en lugares públicos. También venden ropa que facilita el amamantamiento, así como sacaleches cada vez más cómodos y adecuados a las necesidades de cada mujer. Están apareciendo consultoras de lactancia y grupos de apoyo para ayudar a las madres que tienen dificultades y, en general, es un tema cada vez más presente en las conversaciones familiares, médicas, redes sociales y medios de comunicación. 

Por lo tanto, sí: parece que la lactancia materna está de moda. Sin embargo, las raíces de esta tendencia son mucho más profundas que las de otras modas. Lo que están haciendo las organizaciones y personas que promueven el amamantamiento es intentar hacer contrapeso a la idea que se instaló en Chile y muchos otros países a partir de la década de los ’60, que dictaba que la leche de tarro es suficientemente buena para los recién nacidos.

Esa idea fue consecuencia de la invención de fórmulas sucedáneas de leche materna que, efectivamente, eran mucho mejor toleradas por los bebés que la leche extraída de la vaca o de otros animales. Fue un éxito más de la Revolución Industrial y se puso de moda en Estados Unidos y, de a poco, en Europa. Alrededor de dos décadas después, la tendencia fue llegando a los países no desarrollados. 

En todos estos países la nueva usanza partió entre las personas con mayor poder adquisitivo y se fue masificando de a poco. “Va a ser precisamente en los países más pobres y en las clases más deprimidas donde las consecuencias del abandono indiscriminado de la lactancia materna no se van a dejar esperar. En estos países rápidamente aumentó la morbimortalidad infantil: los bebés enfermaban y fallecían masivamente como consecuencia fundamentalmente de procesos infecciosos y de trastornos hidroelectrolíticos (por desequilibrio en la cantidad de agua presente en el cuerpo)”, señala el estudio “Leche materna: factor de salud”, un clarificador texto del equipo de Atención Primaria del Servicio Navarro de Salud.

Esta situación se atribuye a la preparación incorrecta de los biberones (sin medidas higiénicas adecuadas y/o con una concentración incorrecta) junto con la pérdida de la principal defensa natural disponible, que es la leche materna. Así, se activó una alarma sanitaria encabezada por la Organización Mundial de la Salud (OMS): la relación entre el abandono indiscriminado de la lactancia materna y la pérdida de salud era indiscutible. Ya en los ’70 comenzaron campañas en Estados Unidos y Europa promoviendo los beneficios del amamantamiento. Esto no ocurrió en los países menos desarrollados, donde la lactancia artificial siguió ganando adeptos, a pesar de que los datos ya mostraban lo perjudicial que resultaba ofrecer esa alternativa casi como un equivalente de la leche materna.

Un fluido vivo que se adapta al niño

La promoción de la lactancia materna, entonces, no es un tema de estilo de vida ni ideología ni moda pasajera. Es un tema de salud. La existencia de las fórmulas sucedáneas es, por supuesto, un alivio para las madres que por circunstancias personales no pueden amamantar o cuyos hijos tienen necesidades especiales; sin embargo, la verdad es que ni los tarros más caros se acercan a la calidad de la leche materna. Es algo que reconocen una y otra vez los científicos, quienes mientras mejor entienden la composición de la leche humana, más se sorprenden. La complejidad y el dinamismo de esta sustancia que se adapta a los requerimientos de cada bebé, que cambia sus niveles de agua según haga calor o frío haciendo que hasta los 6 meses el niño no necesite ni siquiera tomar agua, es imposible de comprender a cabalidad y de replicar de manera artificial.

El cuerpo de la madre es el laboratorio perfecto que produce a demanda, sin tener que darle órdenes ni utilizar ningún artefacto externo. Por ejemplo, una mujer puede seguir amamantando si se queda embarazada y amamantar a los dos bebés de distintas etapas de desarrollo después del parto. El cuerpo producirá calostro por unos días, que es el tipo de leche que brota las primeras horas después del parto y que tiene la composición que necesita el recién nacido. 

Otra arista de la complejidad de la leche materna es que no sólo tiene las cantidades óptimas de nutrientes, sino que éstos se encuentran de tal manera que el niño las puede digerir fácilmente y son absorbidas de forma óptima. En el Manual de Lactancia para Profesionales de la Salud de Unicef se explica, por ejemplo, que el hierro de la leche humana se absorbe en un 70%, el de la leche de vaca un 30% y en los sustitutos sólo el 10%. Por eso, las leches artificiales contienen mayor cantidad de hierro, lo cual tiene consecuencias negativas en el lactante, como propensión al estreñimiento. Algo similar ocurre con el zinc, que se encuentra en pequeñas cantidades en la leche humana, siendo lo suficiente para cubrir las necesidades del niño sin alterar la absorción del hierro y del cobre. Lo mismo sucede con todos los demás nutrientes, y es una característica que las fórmulas sucedáneas están muy lejos de alcanzar. 

Por último, la distancia entre leche humana y artificial se amplía aún más cuando se detallan las cualidades inmunológicas de la leche materna. De acuerdo al texto de la Unicef, “además de proteger activamente es inmunomoduladora, es decir, no sólo transfiere una protección contra infecciones y alergias específicas, sino que también estimula el desarrollo del propio sistema inmune del lactante. Contiene además muchos componentes antiinflamatorios cuyo mecanismo de acción aún no se conoce”. Esta es la razón por la cual los bebés y niños que se alimentan con leche materna se enferman menos y, cuando se enferman, rara vez llega a ser un cuadro grave. 

Proteger la díada madre e hijo

Al hablar de lactancia no se puede olvidar que se trata de un sistema orgánico de dos personas. Para que el niño pueda beneficiarse de la leche materna, es indispensable que la madre esté bien y que pueda elegir libremente, cada día, seguir amamantando a su hijo. La promoción de esto debe hacerse por la vía de informar acerca de los beneficios que tiene para la madre y el niño, apoyar a la madre desde la familia y a través de políticas públicas y, sobre todo, mostrarles a las mujeres que amamantar no es privilegio de algunas, sino que todas pueden hacerlo. Por lo mismo, la formación de los profesionales de la salud en esta línea es básica, pues ellos son la guía de muchas madres. Por ejemplo, si el niño nace sano no es necesario darle “relleno” apenas baja unos gramos, sino que se puede esperar y, sobre todo, facilitar la ayuda de una persona que pueda aconsejar a la madre. Por lo mismo, los días que siguen al parto, lo natural es que la madre y el niño se encuentren en un ambiente tranquilo para poder practicar la lactancia, cosa que se puede volver muy complicada si se reciben muchas visitas. 

Otra manera práctica de fomentar la lactancia materna es normar la publicidad de leche de fórmula. Chile suscribió el “Código de comercialización de sucedáneos de la leche materna” de la OMS que se aplica a todos los alimentos dirigidos a menores de 6 meses, mamaderas y chupetes. Los países adherentes se comprometen a prohibir la publicidad de estos productos y la entrega de muestras gratis a las madres de niños menores de 6 meses. También se prohíbe que las empresas usen en los envases de sus leches y mamaderas, imágenes de madres y bebés que idealicen la lactancia artificial. Esto, luego de que se comprobara que existe una relación entre la publicidad y la decisión de seguir o no amamantando. Este código no se respeta a cabalidad en ningún país, sin embargo entrega una norma y abre la posibilidad de denunciar ante la comunidad internacional a los comerciantes que no lo estén cumpliendo. 

Datos claves de la leche materna según Unicef

- La leche humana ofrece al niño el alimento ideal y completo durante los primeros 6 meses de vida y sigue siendo la óptima fuente de lácteos durante los primeros dos años, al ser complementada con otros alimentos. 

- Cada leche tiene características propias que la diferencian significativamente de otras leches de mamíferos y la hacen adecuada a la cría de la especie. Del punto de vista nutricional, la infancia es un período muy vulnerable, ya que es el único período en que un solo alimento es la única fuente de nutrición, y justamente durante una etapa de maduración y desarrollo de sus órganos.

- Es un fluido vivo que se adapta a los requerimientos nutricionales e inmunológicos del niño a medida que éste crece y se desarrolla. 

- Hay que tener en cuenta que en un recién nacido de muy bajo peso (MBPN), menos de 1.500 g, la leche no alcanza a cubrir los requerimientos de calcio y fósforo y ocasionalmente de proteínas, por lo que debe ser suplementada con estos elementos. El ideal es hacerlo con preparados que vienen listos y que se denominan  "fortificadores de leche materna".

- Por tener la concentración adecuada de grasas, proteínas y lactosa, la leche materna es de muy fácil digestión. Se aprovechan al máximo todos sus nutrientes y no produce estreñimiento ni sobrecarga renal.