Con una estrategia de marketing silenciosa, pero efectiva, San Expedito se ha convertido en el santo de moda, venerado por miles de fieles dispuestos a hacer fila por horas bajo el sol, tal como si se tratase de la apertura de la tienda H&M o el primer concierto de The Cure en Chile. Venerado y querido, cuenta con la confianza ciega de quienes lo proclaman el “más cumplidor” de los beatos.
Su imagen llegó al país el año 2000 a la parroquia Santa María de los Ángeles de Reñaca, en Viña del Mar, sitio desde donde se comenzaron a propagar sus milagros. Incluso, el 2004, en la capital, tras el consejo de una creyente, la Parroquia de la Santa Cruz de Ñuñoa instaló la imagen del mártir, lo que les permitió obtener recursos para reconstruir el templo. Hoy es un centro activo, con una pequeña capilla destinada a su benefactor y un bazar con merchandising religioso.
Si hablamos de llaveros, poleras, pulseras e imágenes quizá no parezca novedad, ni llame la atención. Sin embargo, San Expedito va más allá, mucho más allá. En la web los devotos pueden realizar on line sus peticiones y agradecimientos. Así de simple, cual promesa de banco, este santo intercede ante Dios rápidamente y sin hacerlo perder el tiempo. Su urgencia se resolverá, se ganará el cielo y podrá sacar a los niños al parque o ir al happy hour con los colegas, sin sentir la culpa o el peso de sus problemas, porque, como ya dijimos, él los está resolviendo.
Hoy, 19 de abril, se celebra el aniversario de San Expedito. Misas, procesiones, rezos y clics en su honor lo llamarán desde la tierra a resolver las suplicas de los afligidos mortales. Faranduleros y políticos envidiarán su fama y la confianza y el cariño que despierta en la población. El porqué de los buenos frutos de su estrategia no están claros, pero quizá el simple hecho de cumplir, en tiempos en los que no se acostumbra a respetar la palabra, sea lo que mueve a muchos fieles e interesados.