Damas y Caballeros: ¡Esta es la solución para el sistema de pensiones!

Combinando la solidaridad del sistema estatal de reparto y la capacidad de multiplicar el dinero del sistema de AFP, es posible resolver el problema de las pensiones para todos los chilenos. ¡Y a un costo mínimo para el Estado!

Por Marco Canepa @mcanepa | 2014-09-03 | 11:53
Tags | reformas, leyes, pensiones, AFP, mercado, economía, jubilaciones
De aplicarse el sistema que propongo, se podría asegurar una pensión equivalente al sueldo mínimo a TODOS los chilenos nacidos de aquí en adelante, por menos de lo que el país gasta hoy en el Pilar Solidario.

Desde hace un tiempo el problema de las bajas pensiones está en el primer plano y básicamente se debaten dos ideologías: la que pide mejorar y perfeccionar el sistema de capitalización individual (AFPs) que hoy ocupamos, incorporando o no una AFP estatal, aumentando el porcentaje de sueldo que debe destinarse a cotizaciones, atrasando la edad de jubilación y otras medidas por el estilo, y la que dice que deberíamos volver a un sistema público de pensiones (sistema de reparto). Para una explicación más en detalle sobre cómo funcionan estos dos sistemas, revisa este otro artículo.

El problema es que ambos sistemas tienen defectos graves, por lo que difícilmente nos podremos poner de acuerdo, dado que optar por una alternativa u otra, siempre implicará perjuicios para los cotizantes o para el Estado en su conjunto. Me explico:

La mayor debilidad del sistema público de reparto, como muchos han advertido, es su alto costo para el Estado, dado que la población activa debe financiar a los jubilados y, a medida que un país envejece, eso se va volviendo insostenible. Esto porque para pagar una pensión de 500 mil pesos a una persona, el Estado debe poner exactamente eso, 500 mil pesos. La relación entre gasto y pensión es 1:1. Entonces, necesitas 10 personas activas cotizando 50 mil pesos mensuales, para pagar una pensión de $500 mil a una sola persona. Obviamente los números no dan, y por eso a la larga el Estado debe echar mano a sus ahorros o impuestos, que dejan de ocuparse en cosas más urgentes como educación, salud, etc. Algunos países, incluso, han entrado en crisis por la pesada carga que significa sostener este sistema de pensiones.

Como respuesta a ese problema fue que se creó el sistema privado de capitalización individual, que fue muy celebrado cuando se inventó, porque es un sistema en que la plata se multiplica a sí misma y tiene un muy bajo costo para el Estado. En este sistema, la cotización que el trabajador puso a los 25 años, se queda en el sistema multiplicándose a sí misma por 40 años. Y como cada mes uno le mete más plata al chanchito multiplicador, para cuando se jubila, su dinero se ha multiplicado varias veces y le permite pagarse a sí mismo una pensión digna. O esa era la teoría...

Las pifias del sistema de AFP

Desgraciadamente, la realidad ha dicho otra cosa: la plata ahorrada por la mayoría de la gente no ha sido suficiente para darles una pensión similar al sueldo que ganaban al momento de llegar a su jubilación. 

El problema es que, justamente porque cada peso que metes se multiplica varias veces, cada peso que dejas de meter, también implica una pérdida importante y casi irreparable, especialmente al principio. Y motivos para no cotizar hay muchos: desempleo, informalidad, inicio tardío de la vida laboral, etc. Por eso, muchas de las propuestas para arreglar el sistema, pasan por obligar a cotizar un porcentaje mayor del sueldo, obligar a cotizar a los independientes, crear seguros para que los cesantes sigan cotizando, atrasar la edad de jubilación para que el dinero tenga más tiempo para acumularse y cosas por el estilo.

Pero ninguna de estas soluciones considera el GRAN punto débil del sistema: que la plata MÁS importante es la que pones al principio de tu vida laboral, porque es la que se multiplica por más tiempo. Por ejemplo, para una rentabilidad de 5% anual, si metes $ 50 mil a los 25 años, al jubilar se habrán convertido en $ 352 mil pesos (7 veces). Pero si los metes a los 35 años, sólo rendirán $ 216 mil (4,3 veces) y si los metes a los 45 años, sólo obtienes $ 133 mil (2,7 veces). ¡Por el contrario, si los hubieses podido meter al nacer, tendrías $ 1.192.000 (24 veces)!

La lata es que, como todos sabemos, el período de la vida en que uno menos gana, y que es más inestable laboralmente, es justamente al principio. Sea porque te equivocaste de carrera y se te alargaron los estudios, porque decidiste sacar un postgrado, porque te costó mucho conseguir un trabajo seguro, te fuiste de viaje o todas las anteriores, lo cierto es que mucha gente recién empieza a cotizar de manera constante pasados los 30 años, farreándose hasta 12 años de cotizaciones (si hubieras trabajado desde los 18). Y peor aún, incluso si te empleaste y empezaste a cotizar desde el día que terminaste tus estudios, aún hay cálculos que dicen que tu cotización será insuficiente. Cuec.

Bueno, para corregir esa pifia, es que hago mi propuesta de solución.

Propuesta: 

EL SISTEMA SOLIDARIO DE COTIZACIÓN TEMPRANA®

Lo que propongo es un sistema que saque máximo provecho de la capacidad del mercado para multiplicar la plata, pero que además asegure una pensión digna para todos los chilenos. 

De aplicarse el sistema que propongo, se podría asegurar una pensión equivalente al sueldo mínimo a TODOS los chilenos nacidos de aquí en adelante, gastando sólo el 0,67% del PIB. Eso es menos de lo que gasta hoy el Estado en el Sistema de Pensiones (4,12%) e incluso, es menos de lo que el país gasta hoy en día solo en el Pilar Solidario (0,75% del PIB), que beneficia a un pequeño porcentaje de la población y que paga pensiones mucho más miserables de las que se podrían pagar con el sistema que propongo.

Este sistema funcionaría en dos etapas:

Etapa 1: El aporte estatal

Lo que propongo es que el Estado determine el monto que debe ahorrar una persona para asegurarle una pensión digna y luego haga un depósito el día de su nacimiento que, reinvertido durante 65 años, alcance ese monto.

Digamos que el Estado decidiera que una pensión digna es el equivalente al sueldo mínimo ($250 mil) y que uno vivirá 90 años, es decir, que vivirá 25 años más desde que se jubila. Para tener una pensión de 250 mil mensuales por 25 años, uno debería haber acumulado $ 75 millones en pesos de hoy (Como la rentabilidad de las AFP ha sido 5% real o UF + 5%, el monto acumulado será mucho mayor, pero hicimos el artículo en pesos de hoy (2014) para hacerlo más sencillo). ¿Cuánto debería poner el Estado el día del nacimiento de una persona, para asegurarle ese monto?  

Considerando que la rentabilidad promedio del sistema de pensiones ha sido 5% real (UF + 5%), el Estado sólo requeriría poner $3.146.000 por cada bebé nacidoCon eso, su pensión básica para la vejez estaría prácticamente asegurada.

¿Pero se puede financiar algo así?... ¡Claro que sí! Como al año nacen alrededor de 242.760 niños, el costo anual de financiar la medida sería de 764 mil millones de pesos. Es decir, sólo el 0,67% del PIB, que es menos de lo que gastamos hoy en sostener a una proporción mucho menor de nuestros jubilados, y dándoles una pensión muy inferior. ¡Y eso, suponiendo rentabilidades promedio, porque si se invirtiera en el fondo más rentable (A) el costo sería aún menor!

Etapa 2: El aporte individual

Sobre ese colchón asegurado por el Estado, cada persona podría ir mejorando su propia pensión utilizando el sistema de pensión individual que ya conocemos, es decir, que cada persona vaya cotizando mensualmente el 10% de lo que gana, según su realidad laboral, hasta el día de su jubilación. Y por supuesto, con la posibilidad de complementar sus ahorros con APV, tal cual ocurre hoy.

Así, cada persona podrá adaptar su jubilación al estilo de vida que haya conseguido durante su vida activa, contando con la base provista por el Estado para ayudarle a complementar su pensión y conseguir mejores tasas de reemplazo (o sea, que la pensión sea lo más parecida posible al sueldo que ganaba al jubilarse).

¿Por qué sería mejor este sistema?

La gracia de este sistema es que conjuga la solidaridad del sistema de reparto, con la eficiencia y optimización de recursos del sistema privado de pensiones. Veamos:

  • Todos obtienen una pensión básica asegurada, igualitaria y justa: Dado que al nacer todos somos iguales y nadie tiene su futuro asegurado, es justo que desde el momento del nacimiento, el Estado asegure una pensión justa e igualitaria para todos sus ciudadanos, por el solo hecho de ser chilenos.
  • La pensión individual mejorará de acuerdo a los ingresos de cada uno (factor de libertad): A lo largo de la vida nos vamos diferenciando y adquiriendo estilos de vida divergentes, según nuestra propia capacidad de generar riqueza. Es natural que al momento de jubilarnos, queramos continuar ese estilo de vida, pero no sería justo que el Estado deba financiarlo. Por eso la pata de cotización individual se hace cargo de ese anhelo.
  • El sistema sería más sustentable que la de un sistema de reparto tradicional e incluso que el sistema actual. Dado que cada peso puesto por el Estado se multiplica muchas veces a lo largo de la vida de una persona, el costo para el Estado de otorgar una pensión a todos sus ciudadanos es mucho menor que el del sistema de reparto tradicional, o incluso que el del pilar solidario del sistema actual. 

    Además, en el sistema propuesto, para el Estado sería más fácil otorgar mejores pensiones, pues sólo necesita subir muy marginalmente el aporte por persona que pone al inicio de su vida, para tener grandes diferencias al momento de jubilar.

  • La pensión sería mejor que la del sistema de AFP actual: Lógico, dado que sería la misma pensión que obtendrías en el sistema actual + el aporte del Estado. Lo bello del sistema es que mientras más años se multiplica tu dinero, más tienes al final. ¡Y el sistema que propongo aumentaría ese plazo en unos 25 años! 
  • El sistema se podría auto-financiar parcialmente: Pese a que los beneficios son evidentes y el costo es inferior al sistema actual, igual se podría compensar el costo del aporte inicial del Estado, descontando un pequeño porcentaje de la cotización individual de las personas una vez que empiezan a trabajar, para destinar a financiar el sistema. Pero dado que el objetivo es que la gente logre la mejor pensión posible, no sería aconsejable.

Dudas por resolver

Por supuesto, esta es una idea muy gruesa y hay muchas cosas que habría que determinar y perfeccionar, como estimar cuál es la pensión “digna” que será el objetivo lograr en 65 años más (ajustándonos al estándar de vida que tendrá el país en ese futuro y las expectativas de vida de esa generación). Además hay otras preguntas:

1. ¿Qué pasaría con las AFP en este sistema?

Aplicar este sistema no altera la institucionalidad vigente en el sistema de AFPs. Pueden seguir existiendo como hasta ahora, con o sin los perfeccionamientos que se les quieren hacer, así que no debería haber rechazo del sector privado a este plan. De hecho, habría diferentes formas de integrarlas:

Una alternativa sería que el Estado licite periódicamente entre las AFP la administración de las platas que otorga a los ciudadanos. Esa licitación sería tan jugosa, que podría hacer bajar las comisiones, resolviendo de paso otro problema del sistema. Otra solución sería que la AFP Estatal administre la plata desde el nacimiento hasta la primera cotización del trabajador y que luego toda la plata pase a la AFP que elija la persona. Por último, otra opción sería que la plata que aporta el Estado al nacer el ciudadano, la administre una AFP Estatal, pero que los fondos adicionales que pone el trabajador en su vida laboral, los administren AFP privadas, manejándose ambos fondos como cuentas separadas. 

2. ¿Qué pasa si uno se muere antes de jubilar?

Una alternativa sería que el dinero aportado por el Estado vuelva al Estado y el dinero aportado por el contribuyente pase a formar parte de su herencia. Pero dado que la inversión ya está hecha, mejor sería que todo el dinero se herede a los descendientes de la persona.

Eso sí, por precaución, la herencia solo debería actuar de manera descendente (a los hijos) y no al revés. Esto, para prevenir que algún padre desnaturalizado se tentara con "cobrar" la herencia de su hijo recién nacido provocándole la muerte.

3. ¿Y qué pasa con toda la gente que está cotizando actualmente?

Esta definitivamente es la pregunta más compleja de responder. El sistema funciona muy bien para las futuras generaciones, pero probablemente habría que hacer algo por todo el resto de los ciudadanos que ya estamos cotizando en el sistema existente. El problema es el costo, porque la solución debería aplicarse a TODA la población.

La alternativa más simple sería tratar de parchar el sistema actual para los que ya lo estamos usando (que es más o menos lo que se está haciendo actualmente) metiéndole más plata al "pilar solidario" para mejorar las pensiones de los más necesitados y haciendo los otros ajustes que se han discutido públicamente para mejorar las cotizaciones individuales. 

Otra alternativa es que el Estado haga una contribución a las cotizaciones actuales de todos los contribuyentes. Puede ser una contribución para todos igual, o hacer un cálculo caso-a-caso para determinar cuánto le falta a cada persona para alcanzar el ahorro necesario para su "pensión mínima digna" y luego hacerles el aporte necesario para cubrir esa brecha.

En cualquier caso, el "Sistema Solidario de Pensión Temprana" debería empezar a operar inmediatamente para todo menor de edad. Ellos aún están a tiempo para sacar buena rentabilidad al dinero que el Estado les aporte, incluso si ya se acercan a la mayoría de edad. ¡Cuanto antes empecemos, mejor!

En fin, definir la transición sería tarea de los técnicos y los políticos. Por lo pronto, me conformo con dejar planteada la idea general. Ahora es el turno tuyo, lector.

¡Ayúdanos a difundir la idea!

¿Te pareció una buena solución? ¡Entonces ayúdanos a hacerla llegar a nuestras autoridades! Comparte esta noticia en tus redes sociales y mándasela a todos los políticos y expertos que puedas. 

Para ayudarte, a continuación te dejo el link a dos archivos con los listados de correos electrónicos de todos nuestros senadores y diputados:

E-Mail de diputados y senadores

Procura hacerles llegar este artículo, para que la idea entre rápido al debate.

¡Vamos que se puede!