Imagen: Gojko Franulic

¿Por qué le seguimos poniendo tanta atención a Apple?

¿Merece esta compañía toda la atención que reciben sus nuevos productos? ¿Por qué la prensa y el público siguen obsesionados con ella? Aquí proponemos 4 razones.

Por Marco Canepa @mcanepa | 2014-09-24 | 15:25
Tags | tecnología, teléfonos, smartphones, iPhone, Apple, Android, innovación
"Apple no ha inventado realmente nada. Nunca. Lo que ha hecho es transformar inventos preexistentes en productos de consumo masivo"

Cuando Apple develó el nuevo iPhone 6, ante la ávida cobertura de la prensa mundial, los ojos atentos de sus fans y la mirada curiosa del resto, hubo dos reacciones simultáneas. Los usuarios de Apple celebraron rabiosamente y comenzaron a contar los días (y los billetes) hasta la fecha de salida del aparato, mientras que todo el resto del mundo se encogió colectivamente de hombros, hizo rotar los ojos y dijo: "Pfff... Android tiene teléfonos así hace años". De hecho, la frase más repetida en los comentarios de todos los medios que cubrieron el evento fue: "¿Por qué le siguen dando tanta bola a Apple?"

Es una buena pregunta. ¿Por qué le seguimos poniendo atención a la empresa del difunto Steve Jobs? Para muchos, la aparición del iPhone, hace ya 7 años, fue la última novedad importante que entregó al mundo y, desde entonces, sólo se ha dedicado a iterar sobre el mismo concepto, incluso quedándose atrás de sus competidores, particularmente Samsung, que demostró empíricamente lo equivocado que estaba Jobs respecto a que la gente no querría teléfonos con pantallas gigantes.

Entonces, ¿por qué le seguimos dando bola? ¿Por qué los usuarios de Apple siguen prefiriendo tercamente sus productos por sobre los de la competencia? ¿Por qué la prensa está obsesionada con esta compañía? En definitiva...

¿Por qué el mundo gira en torno a Apple?

Creo que es bueno aquí aclarar algo: no soy un Apple Fanboy. De hecho, mi relación con la compañía es de amor-odio. Utilicé PC toda mi infancia y hoy sigo usando un PC para mi trabajo, aunque en la casa manejo un Mac. En telefonía he saltado entre Android y iPhone varias veces y lo seguiré haciendo cuando la situación lo amerite.

Como se ve, no soy un usuario particularmente fiel a ninguna marca y mi relación con la tecnología es más bien utilitaria. Hay cosas que me gustan y cosas que detesto de cada OS y equipo. Así que mi columna, si no "neutral", al menos no proviene del fanatismo.

Pero vamos al grano: ¿Por qué todo el mundo le da tanta atención a Apple?

1. Porque transforma inventos en productos de consumo masivo

Una crítica recurrente a los eventos de Apple, es que no han presentado "nada nuevo" por años. Esto, porque existe la impresión de que el iPhone fue un invento verdaderamente revolucionario y que para seguir siendo merecedor de nuestra atención, toda novedad de Apple debería ser igualmente revolucionaria e innovadora.

Pero la verdad es que Apple no ha inventado realmente nada. Nunca. Lo que ha hecho es transformar inventos preexistentes en productos de consumo masivo que la gente quiere tener.

El computador personal lo inventó Olivetti en 1965. Xerox desarrolló la interfaz gráfica en 1973. Pero no fue hasta que Apple puso las dos juntas en 1977 que surgió un computador que la gente podía usar en sus hogares. El reproductor de MP3 llevaba años en el mercado, pero fue Apple el que lo dotó de un disco duro capaz de almacenar miles de canciones y una pantalla grande para navegar tu colección. La descarga de música online se había intentado sin éxito, hasta que Apple dispuso catálogos gigantescos, precios accesibles, interfaz atractiva, sistema de pago sencillo y protección de derechos de autor sin perjudicar al usuario. Los smartphones ya eran populares cuando Apple entró al ruedo, y hacían todo lo que el iPhone hace, pero ellos eliminaron el teclado físico y lo reemplazaron por una pantalla táctil con aplicaciones descargables. Las tabletas también eran cosa conocida hacía rato, pero Apple fue la que entendió que para que funcionaran, no debían ser notebooks en miniatura, sino teléfonos gigantes (lección que Microsoft y su Surface aún no aprenden). Este año, volvieron a la carga con los relojes inteligentes, y aunque sé muy poco sobre el tema, me parece que el factor que podría marcar la diferencia es el haber transformado al reloj en una extensión del teléfono, en lugar de intentar reemplazarlo.

Apple sólo entra a un mercado cuando ha logrado descifrar el modo correcto de sacarle partido a una tecnología. Sus productos parecen obvios y lógicos desde el momento en que los vemos y, por lo tanto, indispensables. Podemos estar seguros que si Apple decidiera meterse en el negocio de Google Glass, probablemente lo haría de tal forma que todos querríamos tener uno.

2. Porque Apple no vende sólo productos, vende experiencias

Si hay algo que Apple tiene, es sentido teatral. La preparación de sus eventos de lanzamiento están siempre envueltos en una ola de misterio, eincluso las cada vez más frecuentes filtraciones sólo contribuyen a generar ruido y expectativa. Considerando que en estos eventos -que adquieren una mística casi religiosa- hemos visto el surgimiento de casi todos los gadgets tecnológicos populares de la última década, ya estamos condicionados a esperar grandes cosas de ellos, como una ratita de laboratorio que espera su premio al apretar un botón.

Por otro lado, la experiencia de uso de los productos Apple comienza mucho antes, desde el momento de la compra. Las tiendas de la compañía se asemejan más a una galería de arte contemporáneo que a un showroom y la gráfica minimalista de las cajas de sus productos son el paradigma de la elegancia y la coherencia a toda prueba. Donde otros fabricantes intentarían meter logos, fotos de usuarios multirraciales felices y tablas de información, Apple sólo deja espacio blanco. "Soy un Apple" -parece decir- "y eso es todo lo que necesitas saber". La caja misma del producto está pensada con elegancia y eficiencia, en que nada falta y nada sobra, presentando a su contenido como si de una joya se tratara. El producto obedece la misma lógica minimalista: cargadores llevados a su mínima expresión, cables icónicamente blancos, de un material que no tiene memoria y rara vez se enredan (no sé por qué nadie ha imitado eso), y el aparato mismo, un prisma perfecto, habitualmente más delgado, liviano y eficiente que cualquiera de la competencia. (Mi Macbook Pro del 2009 sigue viéndose y funcionando mejor que cualquier notebook con Windows que haya probado desde entonces). Por último, en su interior el software, unificado en una experiencia coherente y consistente a todos los productos (pero en serio, muérete iTunes).

Los productos Apple rara vez superan a su competencia en atributos individuales, pero es el balance perfecto entre todos sus componentes y su orientación a las necesidades del usuario lo que los hace destacar en el mercado. Esta compañía entendió que uno no busca la cámara con más megapixeles, sino la que saca mejores fotos. Uno no quiere el procesador más rápido, sino la experiencia de uso más fluida. Uno no busca la pantalla más grande y colorinche, sino la con mejor imagen y realismo de color. Uno no necesita mil opciones de apps para cada tarea, sino sólo un par que funcionen fenomenalmente bien. Uno no quiere un gadget, quiere un accesorio con estilo.

3. Porque crea mercados

Cada nuevo producto que Apple saca al mercado, rompe todos los récords de venta anteriores de la compañía y, casi siempre, de la industria. Si el iPhone 4S vendió 1 millón de unidades en las primeras 24 horas, el iPhone 5 duplicó esa cifra y el iPhone 6 la dobló de nuevo, alcanzando los 4 millones en el mismo período de tiempo.

Cuando una marca vende una cantidad de productos equivalente a un país pequeño en sólo 24 horas, eso hace girar algunas cabezas. Y no sólo por lo espectacular de las cifras, sino porque esa marca está en condiciones de darle forma a un mercado. La incorporación de una nueva tecnología o modelo de negocio en el ecosistema Apple (como fueron en su momento las pantallas táctiles o la venta de música en línea), puede modificar por completo el comportamiento del mercado, creando nuevas oportunidades y dejando obsoletas otras. Lo que nos lleva al siguiente punto...

4. Porque seguirá revolucionando nuestras vidas

Si bien toda la atención mediática se la llevaron las pantallas y cámaras de los nuevos iPhones y el iWatch AppleWatch, probablemente el aspecto que más impactará en nuestras vidas es la incorporación del sistema NFC para pagar por proximidad con el teléfono.

Nuevamente, este no es un invento de Apple, casi todas las marcas de teléfonos tienen algún modelo que incorpora esta tecnología. Pero como suele ocurrir con Apple, esta vez se hizo bien. No sólo pusieron la tecnología en el teléfono, sino que crearon el ecosistema para que esa tecnología brille. ¿Cómo? En primer lugar, al ponerla en el teléfono más popular del planeta, esencialmente, crearon el mercado para este tipo de tecnología, rompiendo la resistencia del comercio a implementarla; los vendedores tendrían que estar locos para no ofrecer esta opción de pago ahora. Además, negociaron con los principales bancos y tarjetas de crédito de EE.UU., dotando al proceso de un modelo de negocio, en que Apple, por supuesto, se saca una tajada suculenta, pero donde todos ganan. Además, hicieron el proceso transparente para el usuario: lo único que él debe hacer para empezar a operar, es fotografiar su tarjeta de crédito ¡y listo!. Por último, resolvieron el problema de seguridad (en teoría), merced del lector de huellas digitales que incorpora el equipo.

No sé si se dan cuenta de las implicancias de esto. Hasta ahora el iPhone ya había reemplazado exitosamente a calculadoras, cámaras fotográficas, cámaras de video, notebooks, walkmans, radios, mapas, TV y un largo etcétera, al punto que cuando salgo en las mañanas, sólo necesito meter tres cosas a mis bolsillos: mi teléfono, mi billetera y mis llaves. Si ApplePay funciona, es posible que en adelante también podamos sacar a la billetera de la ecuación.

Y cuando eso ocurra, Apple tendrá su siguiente desafío listo para ser atacado: reemplazar nuestras llaves.

¿Cuándo se volverá irrelevante Apple?

La manzanita lleva casi 15 años surfeando con éxito la ola tecnológica, pero si algo sabemos del mundo digital, es que en cosa de años, una nueva tecnología o un nuevo competidor pueden dejar a los líderes del mercado tragando arena.

Y es evidente que, desde que la empresa quedó en manos de Tim Cook, Apple ha dado algunos pasos en falso, como los íconos colorinches e inconsistentes de su iOS 7, que fueron la burla de las redes sociales. Famosamente, el diseño de los íconos quedó en manos del equipo de marketing en lugar de el de diseño, algo que Jobs jamás hubiera tolerado (hablamos de un tipo que rechazaba las mascarillas de oxígeno en su lecho de muerte, porque según decía "su diseño apesta". Para Jobs, el diseño era más importante que respirar).

Si bien no es raro que Apple se haya tardado en entrar al mundo de las pantallas ultra grandes (esa ha sido su tónica desde el principio, esperar y ver qué funciona y qué no), esta vez su introducción a ese mercado no vino acompañado de una reflexión importante respecto a cómo sacar provecho al espacio adicional ni de un replanteamiento del teléfono mismo. iOS 8 no hizo ninguna concesión especial al nuevo formato y el iPhone mismo, en opinión de todos los que lo han tenido en sus manos, es sólo un iPhone más grande. Es lo que la gente pedía, pero Apple no se caracterizaba por hacer lo que la gente pide, sino por darle algo totalmente inesperado y hacerle desear tenerlo. No puedo evitar pensar que Jobs, una vez convencido de la necesidad de hacer un iPhone de pantalla grande, hubiese optado por eliminar todo lo que rodea la pantalla, llevándola hasta los bordes mismos del aparato para minimizar su tamaño total y hubiese encontrado la forma de emplazar el botón principal en el costado o reverso del aparato, incrustarlo en el logo de la manzana, o hacerlo desaparecer por completo.

Es evidente que Tim Cook es muy bueno tomando decisiones comerciales y optimizará al máximo la herencia de Jobs por muchos años más, pero también es claro que no es el hábil e inconformista orquestador que Steve Jobs era, capaz de cuestionarlo todo de un año a otro, sorprender al mercado y seducir a los usuarios.

Y esa es, en esencia, la mayor amenaza para Apple, dejar de ser un objeto de culto, para volverse un commodity.

¿Crees que Apple se haya vuelto irrelevante?