Pareciera que somos tercos desde nuestra programación genética. Probablemente la obstinación es una de las razones que nos motiva a conseguir cosas importantes, pero también una de esas características que nos pasa la cuenta a veces. ¿Por qué? Sencillamente porque nos cuesta confiar en la opinión de otros e interiorizarla en nuestro día a día. Con los más cercanos hay un espacio de influencia, pero con el resto cuesta hacerse parte de las ideas que nos quieren promover, tal vez por susto, desconfianza o por no tener suficiente información para aceptar creer en ese punto de vista. Probablemente por eso son muy pocas las organizaciones comerciales que buscan influir en nuestras vidas, es decir, movernos y motivarnos para que seamos factores de cambio. Existen ONGs y fundaciones que promueven causas, pero al otro lado de la vereda, en el mundo de las empresas, muy pocas. TriCiclos es una de ellas.

Esta B Corp es una empresa de reciclaje que busca alcanzar dos grandes objetivos: en primer lugar lograr un mundo mejor con menos basura, para lo cual han implementado puntos limpios a lo largo de todo Chile que reciclan 20 variedades de residuos, aprovechando muchos materiales que otras empresas tradicionales consideran poco rentables para un proceso de reutilización. 

Pero en segundo lugar, TriCiclos busca promover un cambio colectivo e individual en los hábitos de las personas, haciéndolos conscientes de lo que significa el consumo y compra como un proceso de elección, educando y organizando comunidades y asesorando a las mismas empresas. “Quisimos poner en práctica acciones que muchas veces no fuimos capaces de desarrollar siendo gerentes generales de empresas convencionales, donde la maximización de la rentabilidad financiera del corto plazo tantas veces limita la posibilidad de llevar a cabo iniciativas de altísimo valor en el mediano y largo plazo”, explica Gonzalo Muñoz, gerente general y uno de los fundadores de TriCiclos.

Una misión difícil y de largo aliento que busca remover algunos de los puntos “incuestionados” de nuestro día a día, pero a pesar de eso, en TriCiclos están seguros que el cambio puede ser cierto, real y no sólo eso, sino también contagioso, para que en el futuro sus soluciones y servicios dejen de ser necesarios y más ideas como éstas proliferen. “Quiero que esta iniciativa sea un ejemplo que ayude a que otras empresas B nazcan, crezcan y se desarrollen creando bienestar para toda la sociedad”, cuenta Gonzalo.

Una invitación ambiciosa que ha dado resultados con más de 25 puntos limpios instalados desde Calama a Temuco, miles de recicladores activos y varios reconocimientos internacionales y en nuestro propio país. Ahora lo que falta es sacarse una idea de la cabeza y aceptar otra. Hacer ese reseteo que nos permita abrirnos al ofrecimiento de una empresa que quiere cambiar el mundo con todos nosotros. Al final de cuentas, una invitación para que aceptemos ser un factor de cambio.