Cuando la originalidad está de más

El Barbón reflexiona sobre la supuesta "falta de originalidad" de los afiches de Hollywood y descubre que, más que un problema creativo, es una ayuda al público.

Por Alfredo Rodríguez @AlfreoRodriguez | 2013-05-10 | 08:52
Tags | cine, afiches, diseño, hollywood, similitudes, publicidad
"El afiche es un medio (y no un producto final) para ayudarte a tomar la decisión de ver o no una película"

Hace un tiempo me encontré en internet con fotos que denunciaban la falta de originalidad de Hollywood, de los publicistas y los diseñadores, utilizando como ejemplo recopilaciones de cientos de posters de películas muy, pero MUY parecidos. En un principio yo también me uní a la denuncia, pero el tema me quedó dando vueltas. ¿Es tan necesario que los afiches de cine sean tan originales?

Una guía estandarizada.

Yo, con lo que sé de cine, y con lo mucho que me gusta, jamás iría a ver una película sólo con ver el poster. Siempre trato de elegirlas por su director, por su temática, por la repercusión que ha tenido o incluso por el trailer. Pero pensé en mis familiares y amigos que menos saben de cine. ¿Qué hacen ellos? Van al cine sin mirar siquiera qué están dando y en la fila de la boletería deciden qué ver ¡sólo mirando los afiches! Y la verdad es que el método les funciona.

Mirando los posters agrupados supuestamente porque “se copian mutuamente” me pude dar cuenta que no sólo coincidían en su diseño, sino que se trataba de películas con temáticas similares. Al final, parecía una agrupación de cintas afines más que de afiches copiones.

Visto desde esa perspectiva, entonces parece importante el no ser original. Para el consumidor casual de cine, el género es lo que más le importa, y la estandarización de los afiches le ha permitido a Hollywood representar perfectamente la temática de la cinta gracias a conectar con el recuerdo de otra cinta o incluso otro poster, que tenemos almacenado en el inconsciente.

¿No me cree? ¡Hagamos el ejercicio! Acá algunos ejemplos:

1. Cabezas y nubes.

Estas son las películas favoritas de mi mamá. Hablan de grandes dramas de superación de la adversidad. Generalmente tienen un tono intimista y cotidiano. Lleve pañuelos desechables. La edad de las personas en la fotografía dirá mucho de la edad del público objetivo.

2. Espalda contra espalda, mirada picarona.

Estas son las películas favoritas de mi señora. Amor y humor por partes iguales. Suelen ser historias de dos personas que se odian y aprenden a amarse. No espere nada muy profundo. El cómo están vestidos dirá mucho del contexto.

3. Amarillo.

No me pregunten por qué, pero el amarillo fuerte, en color plano, se asocia al cine independiente, que muchas veces tienen tramas más extremas de lo que acostumbramos. En general se trata de películas poco convencionales.

4. El ojo.

Acá conviven dos tipos de película. Por un lado están las de emociones fuertes, que generalmente muestran un ojo en estado perturbado y suelen ser de terror. Por otro lado están las de criaturas fantásticas, que a través de mostrar su ojo entendemos que no se trata de humanos. Muchas veces coinciden en el género del terror, pero no siempre.

5. Cara con letras.

Son películas con un personaje principal fuerte, la historia se centra en él. Pareciera que mientras más letras le tapen la cara, más dificultades enfrentará en su vida. Suele tratarse de personajes más duros que los de las cabezas en las nubes, con tramas más intelectuales y menos emocionales que las otras.

6. Blanco y negro, pistolas y fuego.

Acción y sólo acción. No pidas realismo, solo adrenalina.

7. Dando la espalda, mirando de reojo.

Se trata de películas de acción y aventuras con un personaje principal antiheroico y/o introvertido. Es un héroe rudo, serio y a veces mala onda (sobretodo el Gato con Botas... me da miedo ese tipo)

8. En la cama.

Sobre lo complejo de mantener una relación saludable. El número de ocupantes de la cama y su expresión facial señalan el tono de la película, de comedia a drama.

 

Advertencia: temática, no calidad.

Como ven, realmente es posible conocer el enfoque de las historias gracias al parecido entre unos y otros afiches. Se agradece que no sean todos completamente diferentes, porque el afiche es un medio (y no un producto final) para ayudarte a tomar la decisión de ver o no una película. Cuando le exigimos un nivel de originalidad innecesaria nos estamos olvidando de su función: lo importante es que represente muy bien la historia que promociona.

Obviamente un poster no habla de qué tan buena o mala es la cinta, pero muchas veces, cuando un género nos gusta lo suficiente, estamos dispuestos a ver películas que no sean una obra maestra. Además, si realmente nos importa la calidad más que la temática, probablemente no decidamos qué ver simplemente mirando un poster.

(N. de R. Pueden ver más posters similares en este link)